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Déficit fiscal, reforma fiscal y Pemex, ya no se pueden aplazar
En este año que inicia, la pregunta es si va a ser igual que 2023 que superó cualquier expectativa que se tenía al inicio del año. La respuesta prácticamente es un No, porque va a ser un año de desaceleración económica, lo importante será ver de cuánto. El consenso entre los economistas, por ahora, es que el PIB andará en 2.2%, aunque es un punto menos que el 2023, no se prevé, por el momento, una recesión.
Hay temas de carácter macro y estructural para la siguiente administración. Se van a tener que estabilizar las finanzas, con déficit máximo 3% del PIB. De ahí que el gran reto será optar por una reforma fiscal o recortar programas sociales y programas públicos. Para entonces, aumentar el nivel de inversión público y privado, y entonces sí, acelerar el crecimiento económico.
En 2023, la inversión extranjera, a decir de economistas, alcanzó los 33 mil millones de dólares, siendo 2,800 millones de dólares inversión nueva. Así que falta estructura para generar certidumbre jurídica en México.
Este año, será tema macroeconómico y político. En México el tema de la disciplina fiscal es primordial, para que no se desborde, por el contrario, se encuentre solidez en la entrada de nuevas inversiones, no se podrá seguir manteniendo un déficit de 5% del PIB, si acaso el 3% será lo máximo, para mantener a flote los compromisos y el detonante de la economía. Dado que se necesita de inversión privada y pública, de ahí que la reforma fiscal será prioridad en 2025, a fin de que no se opte por recortar programas sociales ni obras públicas.
El otro tema, para dar estabilidad nacional, será dejar de abrir más conflictos comerciales con Estados Unidos, porque eso debilita en todo sentido. Marzo es la fecha en que se espera resolver el panel relacionado con el maíz transgénico, el cual no hay manera de que México lo gane, y tendrá que echarse para atrás y dar paso a este producto. Dado que 95% del maíz amarillo es transgénico y no hay forma de sustituirlo.
Seguido de ello, vendrá el tema energético, el cual también se ve imposible que sea ganado por México, situaciones que sólo fortalecen la postura de Donald Trump en caso de llegar a la Presidencia en Estados Unidos, complicando la situación comercial con México.
Y aunque es cierto que, en 2023, el dinamismo económico de México fue acelerado principalmente por el dinamismo de Estados Unidos, mismo que este primer trimestre se espera siga haciendo un gran aliado para territorio nacional, como principal proveedor de mercancías. Comenzará a verse una desaceleración, lo importante, será saber si el aterrizaje es suave, lo cual, sólo ha sucedido una vez desde la Segunda Guerra Mundial, por lo menos así lo considera Víctor Manuel Herrera, quien fuera por varios años presidente de Standar & Poor´s de México. Así que los meses a seguir serán cruciales en la tendencia económica.
En el ámbito político, para la nueva administración, el titular de la política exterior será crucial, dada las elecciones presidenciales de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.
Porque, si llega Donald Trump, la situación se complicaría, y si se mantiene Joe Biden, se necesitará reforzar y limar el trato comercial. En México, el tema político es que el proceso se realice en orden, y en ambos países la composición del Congreso será más que importante.
Un año muy movido nos espera, más cuando México volverá a ser tema electoral para el país vecino, aunque no se debe olvidar que México es el principal socio del país vecino, es una clave toral en su economía y escenario para frenar la migración, no obstante, el ruido que puede generar Estados Unidos a México, este año, moverá las aguas en la economía.
De ahí que la certidumbre que se genere, y las decisiones internas serán claves, tanto del Congreso como de las autoridades mexicanas. Temas que son añejos pero que no podrán seguir pasándose de largo, y que deberán ser atendidos por la Administración subsecuente, como es el caso de Pemex, la cual tiene una deuda por 100 mil millones de dólares, muy por encima de la economía mexicana, además de que la paraestatal no genera sus propios recursos para atender sus necesidades básicas.
La deuda básica es de 32 mil millones de dólares, y ésta se ha ido refinanciando a plazos de 6 meses, plazos que se necesitarán hacer frente y desafortunadamente se tendrán que pagar. Parece que la alternativa de que Pemex genere efectivo enfocándose a la extracción de petróleo es inminente.