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El paquete que viene
El rumbo de todo país tiene como base de estabilidad la previsión y en ello, mucho apuntala para conseguir una ruta el denominado Paquete Económico que la Secretaría de Hacienda entrega año con año a la Cámara de Diputados. En tal conglomerado de datos, encontramos importantes documentos como los criterios generales de política económica, e iniciativas como las reformas a las leyes fiscales y por supuesto, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Y si bien año con año este evento es de total relevancia por lo que involucra, mucho más lo constituye en un año netamente electoral en donde además, es previsible un escenario de alta polarización y competencia política.
Mucho se tendrá que conciliar, pero lo cierto es que se está partiendo de un escenario con grandes fortalezas económicas e irónicamente, con grandes debilidades manifiestas a su vez. En la parte reconocible y positiva, México es un país con muy elevadas reservas internacionales, con una banca central y privada sumamente fortalecidas y con una cuenta corriente con saldo positivo conforme a la más reciente medición correspondiente al segundo trimestre del año.
Con estos factores, es que la propia Secretaría de Hacienda elaboró los denominados Precriterios para el año 2024, en donde se ha considerado un crecimiento del Producto Interno Bruto del orden de 3% real, además de considerar por igual una inflación del 4% anual para el año venidero, así como un déficit fiscal de 4.2 por ciento.
En conjunto, el panorama resulta sumamente alentador y, conforme al reciente comportamiento de la economía mexicana así como de la economía de nuestro vecino del norte, es sumamente probable que el planteamiento para estos tres factores ya dentro de los criterios generales 2024, ronde en un 4% para todas las cifras. Pero el gran reto de corto plazo es generar las condiciones propicias para la estabilidad generalizada y la gobernabilidad en un año de grandes retos.
Y es aquí donde las cuestiones que se han quedado meramente en el discurso de la acusación con tonos políticos, bien pueden intervenir de manera decisiva para conjuntarse en una mezcla adversa que pueda empantanar el anhelado crecimiento para nuestro país. Temas como la inseguridad, la inviabilidad económica de algunos proyectos insignia, la situación financiera de Comisión Federal de Electricidad y Pemex, así como el alto costo e ineficiencia de programas de asistencialismo vienen a pintar una alerta roja en el horizonte.
Todo esto sumado a riesgos latentes como la posible desaceleración pronunciada de la economía estadounidense en el próximo año. Un declive provocado por el bullicio electoral en dicho país, así como la poca aportación de un sistema fiscal debilitado en pasados sexenios, pueden por igual contagiar a México de manera contundente.
De por si el “paquete” de gobernar a un país como el nuestro ya es un reto único en si, este año que se avecina el reto se hace exponencial.
Twitter: @gdeloya