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El siguiente mensaje: el gabinete
El autoritarismo del Presidente saliente le quitó margen de maniobra a su sucesora para mandar sus propias señales y hacerse un espacio prudente para poder intentar su propio plan de gobierno.
Andrés Manuel López Obrador encareció las reacciones de los mercados de lo que se puede esperar en el futuro y los anuncios del gobierno entrante de Claudia Sheinbaum estarán cargados de mucha incertidumbre.
Una siguiente escala de tensión se dará la próxima semana cuando la virtual Presidenta electa anuncie quiénes conformarán su gabinete y habrá dudas razonables sobre dónde queda el escritorio donde se habría palomeado la lista final.
Evidentemente es un gobierno de continuidad, pero una Doctora en Ciencias sí querrá en la mayor parte de las carteras personas que tengan conocimientos en las áreas asignadas, o al menos cuadros políticos con una mínima formación profesional.
Cuando se tiene una pobre educación formal, entonces se entiende que se busque funcionarios con 10% de formación y 90% de lealtad, pero al menos la diferencia en la instrucción académica si es un contraste notable entre gobiernos.
Así que será fácil saber de quién es el visto bueno para cada puesto.
Lo que sabemos hasta ahora es que Rogelio Ramírez de la O se quedará en la Secretaría de Hacienda “por tiempo indefinido”. El planteamiento era que si su equipo descompuso las finanzas públicas, que su equipo las enderece.
Solo que el secretario podría reclamar con justa razón que el ambiente adverso que ahora se ha creado en los mercados financieros no es de su hechura, pero las consecuencias sí recaerían en sus responsabilidades como funcionario público.
De la mano del Secretario de Hacienda, hay dos posiciones del gabinete ampliado que serán básicas el próximo sexenio por su cercanía con una eventual crisis financiera, una es la dirección general de Petróleos Mexicanos y otra es la dirección de la Comisión Federal de Electricidad.
Una ratificación en esos puestos sería el acabose en los mercados, pero el nombramiento de personajes inexpertos cercanos o de apellidos rimbombantes, tampoco garantiza una buena recepción.
Pemex no necesita otro agrónomo, pero quizá tampoco un ingeniero petrolero, lo mejor es un experto en temas financieros que además se lleve muy bien con el secretario de Hacienda, quien acabará por intentar su rescate.
Y la CFE podría echar mano de un político que entienda que la izquierda no está peleada con las inversiones privadas. Ojalá no sea un botín para premiar a algún político medio impresentable.
Podemos suponer, por la cercanía y su presencia en reuniones de transición importantes, que Juan Ramón de la Fuente y Omar García Harfuch deberían ser piezas clave en el próximo gabinete.
Al menos en aquella reunión con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, esa que quedó en segundo plano por los lances vengativos de López Obrador en contra del Poder Judicial, estuvieron presentes estos dos personajes.
Ese fue un encuentro clave y es de esperar que a ella asistan quienes eventualmente se pudieran encargar de la gobernanza, las relaciones exteriores o la seguridad. Ya veremos.
Por lo demás, ojalá haya un médico en Salud, algún empresario o empresaria en Economía, alguien capaz en Educación Pública. En fin, que el gabinete del siguiente gobierno pueda mandar algún mensaje de estructura.
Pemex no necesita otro agrónomo, pero quizá tampoco un ingeniero petrolero, lo mejor es un experto en temas financieros.