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El tema de la salud
La salud ha sido un tema polémico de esta administración. Desde el principio de la misma se trató, y en buena medida se logró, romper con un entramado de sobre precios y contratos, contrarios a las instituciones estatales en medicamentos, servicios subrogados, proveeduría privada, etc. Luego llegó el covid, nos tomó mal parados y nos obligó a enfocarnos a esa tarea, eso acentúo los problemas, que existían desde hace mucho tiempo, como los de abastecimiento de medicamentos. Esto se refleja en los resultados de la Encuesta Nacional Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) cuando se compara el año 2018 con el 2022, ya que crece el gasto de bolsillo de los hogares en salud y se reduce el acceso de los mexicanos a los servicios de salud. La solidez de la encuesta, que reporta buenas noticias en otros campos, como el efecto positivo de los programas sociales en la reducción de la desigualdad, sí muestra que tenemos un problema creciente en los servicios de salud.
Marcelo Ebrard, como parte de las ideas que ha puesto sobre la mesa como parte del proceso de Morena, presentó un programa de salud. Primero, se compromete con la universalidad de los servicios, un proceso que se inició en este gobierno y al que no se debe renunciar, ya que un problema estructural de la salud del país es justo el que tenemos un sistema fragmentado. Otra parte de la propuesta es poner en operación un sistema de atención, basado en la tecnología, similar al que funciona en países como la India, que ha avanzado de manera muy importante en reducir el déficit de su sistema de salud. Se trata de poner en operación procesos y expedientes digitales, telemedicina, y el uso de los llamados wereables, o dispositivos como teléfonos, audífonos, o relojes en pulsera, para apoyar el diagnóstico y seguimiento médicos. Eso permitiría contar con una identificación sanitaria única, con detalles del historial clínico, diagnósticos, informes, medicamentos, etc. Todo esto podría ser integrado en una base de datos común a la que se accedería a través de una identificación única y vinculada al registro de médicos, hospitales y centros de salud de todo el país. Eso haría posible establecer programas basados en el análisis de datos e información, para determinar cómo se asignan y utilizan los recursos de forma eficaz, eficiente y optimizando los resultados en la salud. Todo esto acompañado de la infraestructura necesaria para detectar a tiempo enfermedades vasculares y crónico degenerativas. Eso permitiría incrementar rápidamente la calidad de los servicios para buena parte de la población, en un tiempo relativamente corto, con un enfoque preventivo, con una buena relación costo beneficio.
Otro objetivo a alcanzar es el de la soberanía médica. Durante la crisis del covid fue evidente la necesidad de que el país retome la producción nacional de ciertos farmacéuticos y vacunas, que se desarrolle innovación e investigación en la materia, así como acuerdos con otros países, de Norteamérica y de América Latina, para la provisión y el desarrollo conjunto de los mismos. La industria médica nacional se debe desarrollar, por medio de un policía industrial, por razones económicas, porque el tamaño del mercado mexicano, su desarrollo tecnológico y los procesos de integración con Norteamérica lo permiten, pero también para garantizar el abasto nacional y el acceso a productos estratégicos. Eso es también importante para poner a disposición de los mexicanos nuevos tratamientos preventivos, que la tecnología ya permite, con muy alta efectividad, como las vacunas ARNm.
Marcelo tiene credibilidad en el tema de salud. En buena medida desde la cancillería se llevó a cabo la estrategia de vacunación del covid, incluso se logró realizar parte del proceso de la producción de las vacunas en el país, así como coordinar las acciones público privadas de atención hospitalaria que permitieron contener el problema. Se requiere de visión y de una apuesta clara por acciones que mejore el acceso a la salud en el corto plazo.
Twitter: @vidallerenas