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Opinión

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El uso de efectivo y los diversos medios de pago en el siglo XXI

El dinero es la base de la economía del mundo y pese a que se desconoce con exactitud, su primera aparición, hasta hace unos años el dinero fue el principal medio de pago. 

Aun cuando en México apareció la primera tarjeta de crédito en 1949, el efectivo permaneció como el medio de pago más utilizado en el país y en otras partes del mundo debido a los atributos que la gente asigna al efectivo como es la practicidad, el sentido de pertenencia, la seguridad y confianza.

De acuerdo con el Banco de México, 32% de la población en el país acostumbra guardar su efectivo en algún lugar, que no sea una institución financiera. Sin embargo, el medio de pago digital ha cobrado relevancia en la última década debido a factores sociales, culturales y naturales. El avance de la tecnología y las catástrofes naturales han sido los parteaguas para cambiar los esquemas de pago clásicos de la sociedad.

Con el uso de la banca digital, el incremento de las transferencias electrónicas y las tarjetas de crédito han diezmado al efectivo como medio de pago. Desde el 2010, algunos países como Suecia decidieron tomar una política de no-cash logrando así una disminución del uso del efectivo como medio de pago, pasando de 40% de uso en la población en el 2010 a menos de 10% en el 2020.

Por otra parte, este cambio de paradigma en los medios de pago no ha sido tan fácil de presenciar en otros países en los cuales la brecha digital y el rechazo a la adaptación y uso de las nuevas tecnologías han sido grandes obstáculos. Es por esto que en los últimos años han intervenido otros factores que han impulsado el cambio. En México y en el mundo, la pandemia fue un factor que trajo consigo el incremento en el uso de otros medios de pago.

Contradictoriamente a lo antes mencionado, durante el inicio de la pandemia se presentó una inusitada demanda del efectivo a nivel mundial. En México durante el 2019 y 2020 se produjo un incremento del efectivo en circulación de entre 7 y 9% del PIB. Lo anterior, debido a la inestabilidad económica mundial que se suscitó en este periodo y a la seguridad psicológica que genera en la sociedad el contar con el efectivo.

Posteriormente, se presentó el efecto contrario ante el cierre de gran parte de la actividad económica en el país. El efectivo dejó de ser un medio de pago del todo útil, pues en la mayoría de los casos no se requería para pagar ya que los comercios comenzaron a hacer uso de otros medios como las tarjetas de crédito. 

Con esto, el avance de la pandemia dio un impulso sustancial al uso de tarjetas y transferencias electrónicas. Aún con la reapertura económica y las medidas de prevención de salud establecidas, estos medios han sido los más utilizados. De acuerdo con un estudio presentado por la plataforma MercadoPago, siete de cada 10 vendedores comenzaron a utilizar terminales punto de venta, lo que mostró una mayor satisfacción a los comerciantes pues, pudieron ver reflejados un incremento en sus ventas comparado con el uso del efectivo.

El avance en la adopción del medio de pago electrónico mostrado en el país en tiempos de incertidumbre demuestra que México está apto para avanzar hacia la disminución del efectivo como medio de pago preferente. Y se podrían llegar a tener tiendas de autoservicio como en otros países en donde ya no es necesario el uso de efectivo, basta con tomar los productos y al salir del lugar, un escáner hace el cálculo y cobro de la mercancía seleccionada a la cuenta del comprador.

No obstante, la eliminación del efectivo y el uso preponderante de otros medios de pago en un futuro aún son inciertos ya que dependerán de diversos factores como: las políticas económicas de cada país, la disminución de la brecha digital existente en la mayoría de los adultos mayores y la poca posibilidad del acceso a las nuevas tecnologías, los hábitos de la gente para seguir adaptándose a los cambios en cuestión tecnológica, el avance en la seguridad de las tecnologías de la información para poder garantizar que la infraestructura y las plataformas utilizadas cuentan con las medidas adecuadas para asegurar su uso y las ventajas y desventajas que se visualicen con la disminución del uso del efectivo en la sociedad.

* El autor es Senior Analyst Technology & Production.

E-mail: gerardoalan.rojas.luna@bbva.com

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