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Opinión

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Elección 2024: calificación de México y su repercusión en los mercados

La incertidumbre política podría afectar la estabilidad económica que se reflejaría en modificaciones a la calificación del país y repercutiría en el panorama de las empresas cotizadas en el mercado bursátil mexicano

El pasado 2 de junio, México celebró sus elecciones federales resultando en una victoria significativa para Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Morena-PVEM-PT, quien obtuvo el 59.76% de los votos.

Asimismo, si bien es posible que prosperen algunas controversias presentadas ante las autoridades electorales respecto de la sobrerrepresentación de la coalición encabezada por Morena en la Cámara de Diputados, el escenario más probable es que ésta sea avalada, por lo que dichos partidos políticos alcanzarían la mayoría calificada (para aprobar reformas constitucionales) en la Cámara de Diputados y estarían cerca de este umbral en la de Senadores.

Este resultado marcaría una continuidad en la agenda política del Ejecutivo y la del Legislativo y, lo más notable, posibles cambios en el Poder Judicial, lo que también podría tener efectos importantes en la calificación crediticia del país y en las empresas que cotizan en las bolsas de valores de nuestro mercado.

México mantiene una calificación estable de BBB por parte de S&P, Fitch y DBRS, lo que significa que el país aún se encuentra en grado de inversión.

Esta calificación refleja la prudencia de las políticas macroeconómicas y la estabilidad de la deuda del país; sin embargo, en julio de 2022, Moody’s redujo la calificación de Baa1 a Baa2 de la deuda a largo plazo en moneda extranjera, manteniendo a México en el grado de inversión, pero señalando inquietudes sobre la capacidad del gobierno para mantener la estabilidad macroeconómica a largo plazo.

La incertidumbre política generada por la entrada de la nueva administración podría afectar negativamente esta estabilidad.

Es importante destacar que, entre las principales calificadoras, Fitch es la que sitúa a México más cerca de perder el grado de inversión, con una calificación de BBB-, apenas un nivel por encima del umbral especulativo. Esto significa que cualquier deterioro en las políticas económicas o en la estabilidad fiscal podría resultar en una rebaja que sacaría a México del grado de inversión, afectando la percepción de riesgo del país y encareciendo el financiamiento internacional.

El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) incluye a las principales empresas de México, siendo una referencia en el mercado de capitales, muchas de las cuales podrían enfrentar diversos riesgos con la nueva administración.Las empresas del sector financiero enfrentan un riesgo significativo debido a posibles modificaciones al alza en los impuestos y regulaciones bancarias. Estas emisoras podrían verse afectados por incrementos en la carga fiscal que aumentarían sus costos operativos y reducirían su rentabilidad.

Las empresas con una alta proporción de ingresos provenientes del extranjero muestran una posición relativamente defensiva ante la volatilidad cambiaria y la incertidumbre política en México.

Fomento Económico Mexicano (FEMSA), aunque tiene un 30% de ingresos extranjeros, se beneficia de su diversificación en distintos sectores y regiones, lo que le otorga una postura defensiva. Kimberly Clark de México, enfocada en productos de consumo básico, tiene únicamente un 10% de sus ingresos en el extranjero, por lo cual se encontraría más expuesta.

Sin embargo, en el sector de consumo, no debemos omitir que las empresas están expuestas a diversos riesgos que van desde cambios en la política fiscal hasta fluctuaciones en la demanda y la regulación de productos.América Móvil, que obtiene un 60% de sus ingresos en moneda extranjera, podría enfrentar menor presión regulatoria ante los posibles cambios en las instituciones de competencia.

No obstante, Cemex, cuya mayor fuente de ingresos es México (35%), podría experimentar impactos negativos ante un escenario en el que la inversión extranjera directa no mantuviera los niveles actuales.

La victoria de Claudia Sheinbaum y la mayoría calificada de Morena en el Congreso representan un cambio significativo en el panorama político de México. Aunque se anticipa estabilidad macroeconómica a corto plazo, las reformas estructurales y las políticas de la nueva administración podrían tener implicaciones duraderas en la calificación crediticia del país y, por lo tanto, en las empresas.

Es crucial monitorear de cerca los desarrollos políticos y regulatorios para adaptarse a los posibles cambios en el entorno económico y financiero de México. La capacidad de adaptación y la diversificación serán claves para navegar en este nuevo escenario político y económico.

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