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Opinión

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En la inflación viene lo peor

Los datos inflacionarios de febrero pasado, tanto en México como en Estados Unidos, son apenas un primer acercamiento a los efectos que la invasión de Rusia a Ucrania habrán de reflejar en nuestros bolsillos.

Ese dato que recién informó el Inegi de una inflación general en México anualizada hasta el último día de febrero de 7.28% y de 7.9% en Estados Unidos, refleja apenas los primeros cuatro días del conflicto bélico en Europa.

Vladimir Putin decide invadir Ucrania el 24 de febrero, el primer efecto inmediato se deja ver en los mercados financieros, en los precios de los futuros de las materias primas y en la baja en el precio de las acciones. Pero el traspaso a los precios que pagamos los consumidores es un efecto más visible en este mes de marzo.

Uno de los precios más sensibles es el de la gasolina. En Estados Unidos, que tiene un mercado libre de intervenciones gubernamentales, tenían un precio promedio de la gasolina regular al cierre del pasado mes de febrero de 3.60 dólares por galón.

No sirve para propósitos de la medición inflacionaria en Estados Unidos poner ese precio en pesos mexicanos, pero nos sirve como referencia en nuestro terreno natural de manejo de precios. Entonces, el litro de gasolina estaba durante ese último día de febrero pasado en aquel país, con dólares de 20.43, en 18.40 pesos.

No conocemos todavía la inflación de este mes que corre, pero sí sabemos que hoy un galón de gasolina regular en Estados Unidos cuesta en promedio, 4.34 dólares, esto es 20% más que hace doce días. En pesos de hoy, a 21 por dólar, son 22.80 por litro. Hay condados de California, como San Rafael, donde hoy cuesta el equivalente a 31 pesos el litro de gasolina regular.

En México, a pesar de los subsidios fiscales que aplica el gobierno federal, se han incrementado de forma notable los precios de los combustibles de uso común y también son incrementos que se han recargado en el presente mes de marzo.

Hay, además, otros aumentos menos populares en el discurso de la mañanera, pero que son de fuerte impacto en un país con los niveles bajos de poder de compra de los mexicanos.

El precio de los granos de acuerdo con el más reciente reporte de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) tuvo un repunte de14.8% en febrero, en términos anuales, mientras que la carne tuvo un incremento de 15.3%, con los mismos parámetros.

Así, a las presiones que ya mantenían los índices inflacionarios durante los últimos trimestres, tras los efectos devastadores en la economía de la pandemia de Covid-19, siguen ahora los efectos inflacionarios de la invasión rusa a Ucrania.

Febrero fue la probadita y marzo será el mes que refleje en las estadísticas lo que los consumidores sienten en las calles.

Sin embargo, si el conflicto continua y escala puede venir una siguiente etapa más complicada que los productos caros: su ausencia.

Se pueden romper cadenas de producción que impliquen la escasez de productos tan básicos como los energéticos y esa sí será una nueva fase, desconocida, de los efectos económicos de lo que nos ha tocado vivir en esta segunda década del siglo XXI.  

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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