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Opinión

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Estados Unidos: ¿Aterrizaje suave o abrupto?

“We are not in Kansas anymore, Mr. Powell!” La famosa frase de la película El Mago de Oz de 1939 que Dorothy (Judy Garland) le dice a su perro se ha popularizado para denotar que nos encontramos fuera de lo que se considera normal y enfrentamos una circunstancia que nos es poco familiar e inclusive incómoda. La frase se puede aplicar a Jerome Powell, presidente del banco central estadounidense (el Fed) ante lo que enfrenta la política monetaria para controlar la mayor inflación en 40 años.

El actual ciclo inflacionario es el resultado de básicamente dos factores: la interacción de errores de política monetaria (haber retrasado el ciclo de alza de tasas) con una política fiscal excesivamente expansiva, y dos choques, el de la pandemia y el conflicto bélico ruso-ucraniano, que desataron los cuellos de botella de la oferta y las disrupciones de las cadenas de valor.

Dado el ciclo de aumento de tasas, la discusión es si será posible un aterrizaje suave (soft landing) o abrupto (hard landing) de la economía en términos de la profundidad y duración de la recesión. Uno suave implicaría una mini recesión o un estancamiento breve mientras que el abrupto llevaría a una recesión profunda y prolongada. La disyuntiva depende de la intensidad de los aumentos de la tasa.

Voces respetables como las de Larry Summers, Mohamed El-Erian, Martin Wolf y James Bullard han sostenido que en vista del error del Fed de haber arrancado tarde el ciclo restrictivo, un aterrizaje suave sería improbable. Es necesario ser firme en los aumentos de tasas, inclusive alcanzando un nivel de 3% a fin de año. Solo así, sostienen, no se desanclarían las expectativas de mediano plazo y se reestablecería la credibilidad en el Fed. El repunte en la inflación al consumidor de 8.6% anual en mayo parecería alimentar la visión anterior. Veamos si esta semana el Fed ajusta su tasa en más de 50 puntos base.

En cambio, Powell, Bernanke y Biden, por ejemplo, le apuestan a un aterrizaje suave al confiar que se están eliminando los obstáculos a la oferta haciendo no tan necesario fuertes ajustes en las tasas. Se evitaría también un colapso financiero al no explotar las burbujas de precios de activos en el mercado de la vivienda y en la mayoría de los mercados financieros que se formaron por una década de tasas bajas.

Además del rezago habitual de varios trimestres para que surtan el efecto deseado los incrementos de las tasas, la política monetaria enfrenta el desafío adicional de que dichas alzas pueden influir muy poco en bajar los precios determinados por las dislocaciones de las cadenas de oferta o las tensiones geopolíticas. Se estima que esos factores afectan casi el 50% de la inflación observada.

A diferencia de Dorothy en el cuento del Mago de Oz, Powell no puede simplemente cerrar los ojos y volver a su realidad anterior. Su reto, si bien de naturaleza diferente al que enfrentó Bernanke con la crisis de 2008/09 y Volcker con la gran inflación de 1979/80, resulta formidable para Estados Unidos y la economía global. Al final, lo que está en juego es la credibilidad del Fed.  

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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