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Opinión

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Israel y la Franja de Gaza, fronteras con la barbarie

No es normal encontrar puntos de acuerdo en entornos polarizados. La conversación ha sido secuestrada por el componente agresivo de las redes sociales.

Algo más, en el conflicto de Israel, el grado de polarización se potencia como ocurre en pocos temas.

No es difícil leer o escuchar el apellido de Hitler en nuestros días. Quien lo pronuncia termina la conversación e inicia el pleito.

Lo mejor es abrazar los hechos y evitar las interpretaciones.

Es lamentable que Israel haya roto puentes con Naciones Unidas. Sin derecho internacional, la barbarie. Sin mecanismos multilaterales, las dictaduras.

En el otro extremo se encuentran políticos como Yolanda Díaz, vicepresidenta de España. Sus palabras son mencionadas todos los días por terroristas de Hamás: una Palestina libre del río Jordán al mar Mediterráneo.

El presidente Pedro Sánchez no ofreció una disculpa. Lamentable. Su ministro de Exteriores se limitó a decir que la política exterior la fija el presidente. ¿En serio?

Los más de 35 mil muertos no equivalen a una cifra proveniente de daños colaterales. Hay intención de no discriminar entre terroristas y gente inocente, miles de estos, menores de edad. Los disparos masivos son el basamento de un posible genocidio.

Benjamin Netanyahu es un político zombi. Vive, pero políticamente está muerto. Desde hace meses Netanyahu tuvo que haber dejado las riendas del gobierno, por el bien de Israel.

Los actos de Hamás realizados durante la madrugada del 7 de octubre son condenables por inhumanos, salvajes e incivilizatorios. Su trofeo fue el sufrimiento ajeno. 

Netanyahu no respondió como un demócrata. Lo hizo desde un gobierno radical: religioso y nacionalista. Sus rasgos, los del gobierno, se asemejan más a una teocracia que a una democracia.

Netanyahu no se imagina o no quiere revelar que el día después de que deje el Gobierno Israel será más inseguro y que los más de 8 millones de judíos alrededor del mundo, también serán más vulnerables que hoy.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) busca a Netanyahu y a Sinwar (líder terrorista de Hamás) por maquinar crímenes de guerra y contra la humanidad.

Si se desprecia a organismos internacionales el mundo irá rumbo a la anarquía y a la barbarie.

Aclaración: Sobre mi columna publicada el martes, el embajador de Suiza Pietro Piffaretti me aclara que sí invitó al candidato opositor Santiago Taboada a una reunión con diplomáticos, pero rechazó la invitación. Clara Brugada sí la aceptó. De igual manera, desde Argelia, me confirman que su embajador en México, Rabah Hadid no asistió al encuentro con Clara Brugada. Una disculpa al embajador suizo y al embajador argelino.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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