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¿Izquierda progresista o populismo dogmático? (I)
PARTE 1
El socialismo puede ser definido en grandes líneas como la profundización del concepto de democracia”.
Felipe González
El socialismo ha tenido diferentes tipos de gobernantes. En esta serie de dos partes, me enfocaré en dos; primero comentaré sobre los líderes de la “izquierda progresista” que respetan la vía democrática y que buscan herramientas efectivas que mejoren el bienestar de su población en general, sin aferrarse a la ideología de su partido. En la segunda parte, describiré a los gobernantes que hacen promesas vagas basadas en argumentos ideológicos que, buscando la permanencia en el poder, alteran los fundamentos democráticos. Este tipo de liderazgo, que yo denomino “populismo dogmático”, normalmente polariza a la sociedad, buscando culpables para justificar su falta de logros.
Los gobiernos de Willy Brandt en Alemania Occidental, Olaf Palme en Suecia, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile, Felipe González en España y Shimon Peres en Israel, son un buen ejemplo de la izquierda progresista, ya que estuvieron dispuestos a hacer a un lado ciertos temas ideológicos para utilizar herramientas económicas y políticas útiles para beneficiar a la población en su conjunto, sin importar su afiliación política y respetando en todo momento las reglas democráticas.
Willy Brandt, político socialdemócrata alemán ocupó el cargo de Canciller de Alemania Occidental de 1969 a 1974, militó en la izquierda desde 1930. Al tomar los Nazis el poder en 1933 se exilió en Noruega y después en Suecia, regresando a Alemania al terminar la Segunda Guerra Mundial. Brandt, quien fungió como alcalde de Berlín Occidental de 1957 a 1966, justamente en medio del periodo conocido como “La Guerra Fría”, tuvo que afrontar retos muy complejos como la construcción del Muro de Berlín en 1961, que dividió a Alemania en la República Federal Alemana (Alemania Occidental) y la República Democrática Alemana (Alemania Oriental).
De 1964 a 1987 fue presidente del Partido Socialdemócrata. Se postuló sin éxito a las elecciones para ser Canciller en 1961 y 1965, lo que logró en 1969, después de ocupar el cargo de Vicecanciller y ministro de Relaciones en el gobierno de coalición que gobernó a Alemania Occidental de 1966 a 1969. Como Canciller, Brandt desarrolló la “Neue Ostpolitik”, que buscó un acercamiento con Alemania Oriental y una mejoría en las relaciones con la Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia y otros países del “Bloque del Este”, lo que fue reconocido al recibir el Premio de la Paz en 1971. Es importante comentar que su Ostpolitik lo enfrentó con los partidos conservadores y especialmente con los antiguos residentes de la zona oriental, que habían sido expulsados del este por las fuerzas soviéticas. Sin embargo, esta política de acercamiento y compromiso con los comunistas del Bloque del Este, ayudó a sentar las bases de la caída del Comunismo en Europa años después. Un hecho específico que muestra la personalidad inquebrantable de este político alemán tuvo lugar durante su viaje a Polonia en 1970, donde reconociendo la culpabilidad de Alemania en el Holocausto, Brandt se arrodilló espontáneamente ante el monumento de las víctimas del levantamiento del gueto de Varsovia.
Olaf Palme fue primer ministro de Suecia de 1969 a 1976 y de 1982 hasta su fallecimiento en 1986. Fue líder del Partido Socialdemócrata Sueco (SAP) desde 1969 y vicepresidente de 1973 a 1986 de la Internacional Socialista (organización internacional de partidos de izquierda). Palme formuló las bases de la social democracia sueca, inspirándose en el socialismo reformista, que abogaba por la moderación, en contraste con los regímenes comunistas de linea dura y antidemocrática. Palme, a través del “Estado de Bienestar” buscaba mejorar las condiciones de las clases desfavorecidas a través de mejor remuneración, mejores condiciones de trabajo, educación gratuita, servicios de salud y seguridad social, que les permitieran una mayor movilidad social. Fue además pionero en temas como la defensa del medio ambiente y la equidad de género.
El llamado “modelo nórdico” fue implementado tanto por Suecia, como Dinamarca, Noruega, Finlandia e Islandia, países que tienen en común ser democracias muy arraigadas con altos niveles de transparencia y con índices de corrupción muy bajos. Este modelo, que sin lugar a dudas ha logrado una mejor distribución de los ingresos de la población, tiene como desventajas la necesidad de imponer cargas impositivas fuertes. El elevado gasto en salud y en educación requiere que la recaudación de impuestos como proporción del PIB en estos países sea en promedio del 45% (Mexico tiene una carga fiscal del 17.9%). En los últimos años, ante el bajo crecimiento económico en Europa, el “modelo nórdico” se ha ido transformando, transitando hacia el libre mercado y una menor regulación, sin perder su esencia; la búsqueda de un mayor bienestar de la población.
Ricardo Lagos gobernó Chile de 2000 a 2006. Se declaró a sí mismo como “independiente de izquierda” desde el principio de la década de los 70. Participó en el gobierno de Salvador Allende y con su caída, se tuvo que exiliar en Argentina y en Estados Unidos donde se desempeñó como académico e investigador. Regresó a Chile para integrar la coalición que se opuso a Augusto Pinochet a finales de la década de los 80. En el año 1990 fue nombrado ministro de Educación por el presidente Patricio Aylwin, donde inició una reforma tendiente a una mayor igualdad en el acceso a la educación pública. En 1994 el presidente Eduardo Frei lo nombró ministro de Obras Públicas, donde incorporó al sector privado en la construcción de obras públicas (a través del sistema de concesiones). Supo implementar políticas económicas para mejorar la confianza y la inversión, haciendo a un lado temas ideológicos para lograr como objetivo la mejora en el bienestar de la población.
Por su parte, Michelle Bachelet, la primera mujer presidente de Chile, gobernó de 2006 a 2010 y de 2014 a 2018. Bachelet se planteó como objetivos la mejora a la protección social, el cuidado del medio ambiente, el desarrollo económico para mejorar la distribución de ingresos y la democratización del sistema político. Aun cuando varios de sus ambiciosos objetivos no fueron alcanzados, su reforma educativa logró que los estratos más pobres de la sociedad chilena tuvieran acceso gratuito a la educación, su reforma política logró una mayor participación ciudadana en las elecciones y su defensa del medio ambiente se materializó en un cambio notorio hacia las energías limpias.
Felipe González, secretario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de 1974 a 1997, fue presidente de España de 1982 a 1996 (el mandato más largo de gobierno en la democracia española). Desde muy joven se afilió al PSOE, participando activamente en diversas manifestaciones en contra de la dictadura de Francisco Franco, hecho por el que fue arrestado en Madrid en 1971. Su mandato fue controversial, ya que privatizó y cerró medios de comunicación estatal que no eran rentables. Negoció en 1985 la incorporación de España a la Comunidad Europea, con cuyo apoyo logró construir una gran cantidad de redes carreteras y ferroviarias. Algunos de sus programas, como la reconversión industrial, el recorte a las pensiones y la flexibilización del mercado laboral, lo enfrentaron con sus colegas de sindicatos y de partidos de izquierda, sin embargo, siguió adelante. Logró la modernización del sistema educativo, el sistema de salud y el de seguridad social, así como un ambiente muy propicio para la inversión, tanto local como extranjera, dándole a España una proyección internacional que nunca había tenido.
Shimon Peres, fue presidente del Partido Laborista de Israel entre 1977 y 1992, desempeñándose como vicepresidente de la Internacional Socialista en 1978. En su carrera política, ocupó diversos cargos ministeriales, llegando a ser primer ministro de 1984 a 1986, periodo en el que logró estabilizar la inflación con una mezcla de políticas monetaria y fiscal ortodoxas aunadas a una concertación entre los sindicatos de trabajadores y el sector empresarial (fórmula que fue imitada exitosamente en México en diciembre de 1987 con el Pacto de Solidaridad Económica). Peres volvió a ocupar el puesto de primer ministro de 1995 a 1996 y ocupó la Presidencia de esta nación de 2007 a 2014.
A principios de la década de los 90, siendo ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Itzjak Rabin, fue el impulsor principal de los Acuerdos de Paz de Oslo entre Palestina e Israel, recibiendo junto con Rabin y Yasser Arafat el Premio Nobel de la Paz en 1994. Peres fue partidario de una paz negociada entre Israel y los países árabes, que incluía otorgar concesiones territoriales a los palestinos. Peres tuvo la capacidad de pensar en grande, “ponerse en los zapatos del otro” y tomar medidas prácticas aunque fueran sumamente controversiales, tanto en el terreno económico como en el terreno político. Rompió paradigmas ideológicos, lo que lo enfrentó tanto con los miembros de su partido como con sus oponentes.
Estos gobernantes de izquierda actuaron con una visión de largo plazo, atreviéndose a romper con temas ideológicos y utilizar las mejores herramientas posibles para tratar de resolver los problemas que sus pueblos enfrentaban. En la segunda parte de esta serie, comentaré sobre algunos gobernantes que se han ostentado como reformadores sociales, pero que se van transformando en populistas dogmáticos que en vez de buscar soluciones que beneficien a la población en su conjunto, utilizan la ideología y la polarización para controlar el poder.
El autor
Sus opiniones son personales y reflejan su interés en aprender de la historia.