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Opinión

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La Importancia de la Colaboración Pública Privada en el Sistema de Salud

La atención médica es un derecho humano fundamental y un pilar esencial para el desarrollo de cualquier nación, idealmente ninguno de nosotros podría estar en desacuerdo con semejante afirmación. En México, el sistema de salud ha enfrentado numerosos desafíos en las últimas décadas, desde la falta de recursos hasta la baja calidad de los servicios. Adicionalmente durante el último sexenio, el gobierno federal adoptó una política de puertas cerradas hacia la iniciativa privada, argumentando la necesidad de combatir la corrupción, en principio esto parecería ser un abordaje “entendible”. Sin embargo, esta postura ideológica ha traído consecuencias negativas para el sector salud y ha limitado las oportunidades de mejora, esto porque la política de puertas cerradas fue fundamentada en la ideología y dejo el enfoque técnico y pragmático atrás, muy atrás.

Es necesario reconocer que la colaboración, ordenada, entre el sector público y privado puede desempeñar un papel crucial en la revitalización del sistema de salud mexicano. La iniciativa privada posee experiencia, acceso a referencias de buenas prácticas, recursos financieros y capacidad de innovación que, si se canalizan adecuadamente, pueden complementar los esfuerzos del gobierno y generar beneficios sustanciales para la población con un uso racional de los recursos. Acá hago una breve pausa para reconocer que la iniciativa privada debe de estar por la utilización eficiente de los recursos disponibles y no solo por el uso acelerado de estos.

De tal forma que la inversión privada de recursos técnicos, humanos y financieros pueda contribuir a mejorar la infraestructura médica del país. Hospitales modernos, equipos de última generación y centros de atención especializados son fundamentales para brindar servicios de calidad. Por ejemplo, la construcción de nuevos hospitales con tecnologías de la información y la comunicación de punta en zonas rurales o marginadas podría salvar innumerables vidas al facilitar el acceso a atención médica de calidad mediante la telesalud, y diagnóstico referenciado con especialistas a cientos o miles de kilómetros. El sector privado cuenta con los recursos necesarios para contribuir a la construcción y operación tales instalaciones, lo que aliviaría la presión sobre el sistema público y ampliaría el acceso a la atención médica para todos los mexicanos.

En materia de innovación, la colaboración público-privada puede impulsar la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos y tecnologías médicas, generando evidencia preclínica en población mexicana y continuar con la evaluación de dichas tecnologías terapéuticas en vida real, una vez se hayan lanzado al mercado. Las autoridades sanitarias, las empresas farmacéuticas y de dispositivos médicos, los centros de investigación privados y las universidades pueden trabajar en conjunto con instituciones de salud gubernamentales para promover avances científicos que beneficien a la población; esto deriva en la inapelable necesidad de crear una Política Nacional Farmacéutica. Esta sinergia puede conducir, por ejemplo, a la evaluación de tecnologías más efectivas para combatir enfermedades crónicas como la diabetes o para el diagnóstico de precisión en enfermedades tan complejas como el cáncer, generando una derrama considerable de recursos al sistema. A esto es necesario agregarle la necesidad de crear dentro de la Política Nacional Farmacéutica un capítulo de desarrollo industrial que favorezca la inversión directa y de largo plazo para garantizar la sustentabilidad industrial e inclusive la certidumbre de abasto, un tema que de sí merece una columna completa.

Innegable, además, la necesidad de abordar el problema de la corrupción de manera frontal y eficiente. La implementación de una normativa sólida, como leyes anticorrupción más estrictas y mecanismos de fiscalización transparentes, es crucial. Así como el uso de tecnologías de la información y la comunicación, como plataformas digitales para el seguimiento de contratos y compras gubernamentales, puede garantizar la transparencia y la rendición de cuentas. Y, no solo eso, el uso de sistemas de control y abasto de medicamentos y otros insumos pueden mejorar la eficiencia en la cadena de abasto, dando trazabilidad y mejorando la planeación, garantizando el uso óptimo de la caducidad de los medicamentos, homologando la documentación regulatoria, fiscal y legal necesaria para minimizar riesgos.

Al combatir la corrupción de manera efectiva, se fomentará un ambiente de confianza y se alentará una colaboración genuina entre el gobierno y el sector privado.

La velocidad con la que se restablezca la colaboración entre ambos sectores tendrá un impacto directo en la rapidez con la que se recuperen los espacios de inversión privada en el sistema de salud. El sistema de salud está congestionado y requiere de un abordaje integral mediante una plataforma que permita la planeación y gestión de los recursos terapéuticos, financieros y humanos; que sirva de interfase para la interoperabilidad de los sistemas descentralizados que se busca integrar a un sistema unificado en salud, que facilite la adecuada implementación de programas de salud preventiva, hospitalaria, de especialidad en los casos que sean necesarios.

Así que, reactivar una política de colaboración directa entre la iniciativa privada y el gobierno federal es esencial para revitalizar el sector salud en México. Esta asociación estratégica permitirá aprovechar los recursos, la experiencia y la capacidad de innovación del sector privado, al tiempo que se fortalecen los esfuerzos gubernamentales en materia de política pública. Combatir la corrupción de manera efectiva y fomentar un ambiente de confianza y transparencia serán clave para el éxito de esta iniciativa. Con voluntad política, un marco legal sólido y una visión compartida, la colaboración público-privada puede transformar el panorama de la atención médica en el país y garantizar el acceso a servicios de salud de calidad para todos los mexicanos. Hay que ser realistas, este es un esfuerzo que requiere de muchas horas hombre, claridad y transparencia y sobre todo de muchos recursos, siendo el tiempo uno de los más importantes.

Hoy me permitiré cerrar con una frase que un servidor desarrolla después de haber reflexionado para hacer esta columna: "Con voluntad política, reglas claras y una visión compartida, la convergencia público-privada puede cambiar el panorama de la atención médica y garantizar servicios de calidad para toda la población."

*El autor cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, fue socio fundador de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad. Y actualmente se dedica a la gestión de asuntos corporativos para la industria farmacéutica.

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