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La crisis de salud en México, otro desafío que deberá enfrentar CSP
Son alarmantes los datos sobre la salud en México presentados en el informe “Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) 2023”, difundido ayer por el Inegi. Con 794,739 defunciones registradas y una tasa bruta de mortalidad de 615 por cada 100,000 habitantes, es evidente que las autoridades sanitarias mexicanas enfrentan desafíos significativos. Esta tasa es menor que la tasa promedio en los países del G20, que es aproximadamente 933, probablemente debido a que México tiene una población relativamente más joven.
Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en México, con una tasa de 143.8 por cada 100,000 habitantes, seguidas por la diabetes (86.4) y los tumores malignos (71.7). Estas cifras son preocupantes, especialmente cuando se comparan con los promedios de la OCDE: 120 para enfermedades del corazón y 20 para diabetes mellitus. La alta prevalencia de enfermedades crónicas en México se debe en gran parte a factores como la dieta poco saludable, la obesidad y el sedentarismo.
En comparación con otros países del G20, México muestra tasas de mortalidad elevadas en varias categorías. Por ejemplo, la tasa de homicidios en México es de 24.0 por cada 100,000 habitantes, muy por encima del promedio de la OCDE de 2. Sin embargo, la tasa de mortalidad por tumores malignos en México es relativamente baja (71.7) frente al promedio de la OCDE de 200, lo que podría estar relacionado con diferencias en la detección y el tratamiento.
La desigualdad económica y la pobreza son factores determinantes que limitan el acceso a servicios de salud de calidad. Un porcentaje significativo de los mexicanos vive en condiciones de pobreza, lo que restringe su capacidad para prevenir y tratar enfermedades. Además, la calidad de la atención médica varía considerablemente entre el sector público y privado, con disparidades especialmente notables en áreas rurales.
La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto significativo en las tasas de mortalidad. En 2023, las defunciones por Covid-19 disminuyeron a 3.2 por cada 100,000 habitantes. La efectividad de las políticas de salud pública en México es variable e insuficiente para abordar de manera integral los problemas de salud. Se requiere un enfoque más proactivo en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas, la promoción de estilos de vida saludables y la reducción de la violencia.
La inversión en salud per cápita en México, de 1,181 dólares al año, es menor en comparación con otros países del G20, solo superior a la de India (70 dólares), Indonesia (120 dólares), Sudáfrica (600 dólares), China (583 dólares) y Rusia (774 dólares), y muy por debajo del gasto promedio del G20, que es de 2,895 dólares anuales. Esto limita la capacidad del sistema de salud para responder adecuadamente a las necesidades de la población.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador descuidó el sector salud. Hace unos meses la ONG México Evalúa señaló que el gasto en promedio por persona en salud durante este sexenio acumularía 6,207 pesos por persona y que en el sexenio pasado fue 6,314 pesos.
Esta es una realidad y un reto más que deberá enfrentar Claudia Sheinbaum a partir del 1 de octubre, sin los recursos necesarios para hacerlo.
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