Lectura 3:00 min
La violencia detrás del Tren Maya
El sábado 16 de diciembre arrancó el primer viaje del Tren Maya.
La megaobra del presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá un costo final superior a los 515,000 millones de pesos, según un análisis del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), pero en la 4T están tan emocionados con el “juguete nuevo”, que han ignorado los conflictos sociales y la violencia criminal que azota a la zona.
La primera estación del Tren Maya en Palenque, Chiapas, se encuentra actualmente en una zona marcada por conflictos sociales y disturbios. El enfrentamiento registrado el pasado 20 de noviembre, entre ciudadanos y miembros del grupo campesino Movimiento Reforma Agraria Integral, resultó en disturbios en la ciudad y el bloqueo de la carretera Palenque - Pakal-Na.
En plena Selva Lacandona, los pobladores de los municipios de Ocosingo, Altamirano y Frontera Corozal son amenazados todos los días por organizaciones del narcotráfico, sufren secuestros, extorsiones y cobros de piso.
Además, los grupos paramilitares se multiplican. Recientemente, el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo generó disturbios en el ejido Río Florido, con el cierre de carreteras y la quema de vehículos, para denunciar las agresiones de Los Petules, un grupo paramilitar que incluso retuvo ilegalmente a 10 elementos de la Guardia Nacional, en septiembre pasado.
Hace sólo tres semanas, en el municipio de Tila, se desataron largas balaceras y quema de casas. Todos los grupos en pugna se acusan entre sí de pertenecer a grupos de autodefensas y narcomilitares.
Resulta difícil identificar quién es quién, debido a que la mayoría transita en camionetas blindadas con civiles fuertemente armados, quienes lo mismo prenden fuego a viviendas, vandalizan comercios y establecen retenes en las carreteras.
La violencia delictiva también ha alcanzado los límites entre Tabasco y Chiapas. Choferes de taxi secuestrados; médicos y enfermeros baleados, y hasta el diputado local del PRD, Juan Álvarez Carrillo, fue víctima de un atentado cuando se dirigía al Congreso Local, pues camionetas con personas armadas lo siguieron e intentaron cerrarle el paso exigiéndole que se detuviera.
De acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), cuatro municipios del estado de Chiapas concentran el mayor número de delitos de alto impacto en lo que va de este 2023.
Los municipios con el mayor número de delitos son: Tuxtla Gutiérrez con 1,840; Tapachula alcanza los 1,452; Palenque lleva 747 hechos, y San Cristóbal de Las Casas sumó 693.
Es más, Chiapas fue uno de los estados que registraron un aumento significativo en la violencia homicida, durante el primer semestre del año. Fue un incremento del 23 por ciento, al pasar de 285 a 351 casos.
En la agonía del régimen priísta, irrumpió en la escena pública el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con una declaración de guerra, exigiendo Libertad, Democracia y Justicia.
En las primeras horas de 1994, los zapatistas atacaron y consiguieron ocupar las cabeceras municipales de San Cristóbal de Las Casas, Altamirano, Las Margaritas y Ocosingo, Oxchuc, Huixtán y Chanal. Treinta años después, la historia puede repetirse, pero sin voces libertarias, sino criminales.
El éxito del Tren Maya depende de que se resuelva el problema de la violencia en su ruta. Sin seguridad, el proyecto no será viable y su fracaso será estrepitoso.