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Opinión

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¿Mejorará la situación en el campo argentino en el 2024?

Un campo argentino libre abre un potencial enorme pues libera al empresario del campo a que opere y compita en el mundo. El campo argentino es uno de los más asfixiados por el fisco.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Despedimos el 2023 y nos encontramos en el 2024 con mucho gusto. El maratón Guadalupe-Reyes está en marcha. He salido en falso, así que competiré solo por el placer de hacerlo sin búsqueda de medallas.

El cambio llega a la Argentina, cambia el clima y al parecer les permite sembrar en condiciones muy diferentes a la peor sequía de su historia, (sigo hablando de meteorología).

El fenómeno de La Niña dejó lo más hostil de su expresión en el pasado y el nuevo vigor deja en la puerta de una realidad la promesa de una secuencia productiva próspera.

Ello se celebra, pero se potencia dicha celebración ante la posibilidad de que, en esta ocasión, el campo pueda producir mucho y comercializar libremente.

Argentina se cansó del populismo, el servilismo, la demagogia y finalmente la mayoría que trabaja se expresó en las urnas para desterrar a la minoría que vive de igualar a menos, y de administrar el esfuerzo ajeno para sostener entidades parasitarias.

Un campo argentino libre abre un potencial enorme pues libera al empresario del campo a que opere y compita en el mundo.

El campo argentino es uno de las más asfixiados por el fisco, y si bien esa carga es tremenda, es peor aún que les quiten un sistema comercial en libertad.

Bueno, pues esa libertad regresa; la gente de trabajo se podrá mirar a los ojos con sus autoridades y dictar la pauta del futuro.

Si el productor argentino compite con el pie de la autoridad en el cuello, me parece que tendrá un potencial enorme si este pie se les quita de encima. A Argentina se podrá sumar a la cadena evolutiva de Brasil y entre estos dos territorios hacer un Mega-saurio productivo incontenible.

La producción primaria en el mundo en breve tendrá un valor relativo menor simplemente por efecto de escala, los costos se licuarán, la producción se multiplicará y el resto se lo tendremos que dejar al espacio del consumo.

Hoy, mientras la producción sudamericana se define, resulta sencillo operar alrededor de la interpretación de lluvias o no lluvias.

Hemos hecho común el cálculo de disminuir los potenciales productivos al ver registros escasos de lluvias en el centro y el norte de Brasil; sin embargo, se nos olvida cómo la biotecnología compensa mucho este efecto climático y luego terminamos sorprendidos cuando las lecturas de rendimientos superan la imaginación o cálculo de los analistas.

Nos hemos quedado atrás en esta capacidad de anticipación, la agricultura de precisión sin duda nos deja sorpresas enormes, y para muestra un botón. Los estadounidenses han logrado la mayor cosecha de maíz en medio de un pronóstico climático seco, cálido y hostil. Todo lo que podía ir más fue mal, y el verano pasado operamos estrés sin necesidad.

Lo peor del caso es que no aprendemos la lección y en Brasil de momento estamos usando el mismo petate, del mismo muerto. Veamos que pasa más adelante.

Si bien el cálculo productivo sudamericano te indica operar bajo la modalidad de pegar primero y preguntar después, cuando esa narrativa quede atrás nos tendremos que preguntar si el consumo en el mundo está realmente exigiendo que la producción tenga que ser récord cosecha tras cosecha.

Me parece que nos estamos desubicando en ese cálculo cuando encontramos en el planeta un ámbito de poca cordialidad con el crecimiento armónico.

Varias autoridades de política económica estarán haciendo observaciones sobre las tasas de interés en breve, básicamente el 60% de la economía mundial será afectada directamente por dichas pautas.

Con el cierre de año muchas entidades especulativas tienen que decidir cómo invertir o retirar recursos de sus carteras para cierre de año y como re balancear para abrir el 2024.

Las materia primas serán vulnerables a dichos flujos de dinero y en los arbitrajes, los cambios de precios tendrán expresiones de volatilidad en nuestro rubro.

Este será un año complicado. Tendremos una cerrera presidencial en Mexico, y en Estados Unidos, lo cual nunca es una receta de estabilización cambiaria. Si la narrativa presente es correcta, los estadounidernses podrían empezar a ser más laxos con las tasas de interés, impactando de manera directa el precio de los commodities tasados en dólares.

Aún no sabemos si el aterrizaje venidero será suave o de rebotes varios, lo que sabemos es que se tiene que aterrizar, la cantidad de dinero emitida es enorme y hay que empezar a ser disciplinados.

Tendremos los ojos puestos en Argentina, el cambio que eligieron es absolutamente opuesto y radical a la formula empobrecedora de la última década.

La cultura del trabajo, los valores morales y la honestidad nunca hacen daño, así que, si la línea nueva es la usanza vieja, si se practica sin duda, será un éxito.

¿Estás en buenas manos?

aochoa@rjobrien.com

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