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No te gastes el aguinaldo antes de recibirlo (Parte 1 de 2)
En nuestro país algunas personas reciben parte de su aguinaldo desde noviembre, para que se lo puedan gastar durante El Buen Fin. Los demás suelen recibirlo durante la primera quincena de diciembre.
El aguinaldo debería ser un ingreso adicional, que podamos usar para acercarnos a nuestras prioridades: a lo que es más importante para nosotros. Sin embargo, mucha gente lo tiene que usar para pagar parte de sus deudas, es decir: ya lo tiene gastado meses (o incluso años) antes de recibirlo. Eso siempre me ha parecido triste.
La semana pasada hablé justo de esto, de la importancia de pagarnos primero a nosotros mismos y de tomar control de nuestro flujo de efectivo, como condición necesaria para la construcción de un patrimonio y eventualmente alcanzar la libertad financiera.
Eso implica hacer un plan de gastos, cuyo primer paso es asignar a cada peso que ganamos un trabajo. En otras palabras, decirle a nuestro dinero qué es lo que queremos que haga por nosotros.
Hice hincapié en que sólo tenemos que hacer esto con el dinero que ya hemos recibido, que tenemos en mano, cada vez que nos pagan. Nunca con el dinero que esperamos recibir en el futuro.
¿Por qué? Si empezamos a planear con dinero futuro, por ejemplo, con lo que nos van a pagar la siguiente quincena, con el aguinaldo o con el bono que esperamos recibir el próximo año, empezaremos a disponer de él. Como no lo tenemos, eso usualmente implica endeudarnos. Por ejemplo, es fácil pensar: “compro el viaje hoy a meses sin intereses y lo pago en marzo cuando la empresa pague los bonos anuales”.
Hay varios problemas con esa mentalidad. La primera es que ese ingreso adicional puede no llegar. Lo he vivido en carne propia. Trabajé en una empresa global y en México llegamos a las metas y tuvimos excelentes resultados. Pero fuimos la excepción: los resultados globales fueron desastrosos y ese año no hubo bonos para nadie.
El otro problema es que gastarnos el dinero antes de recibirlo nos quita opciones. Estamos viviendo por atrás y no por delante de nuestro ingreso. Pero como hemos aprendido, en la vida la realidad nunca sale exactamente como uno la planeó. A lo mejor hoy nos gustaría –o necesitamos– usar parte de ese ingreso para otras cosas, pero no podemos porque ya dispusimos de él desde meses antes.
En finanzas personales mucho es cuestión de mentalidad, de ideas preconcebidas y de paradigmas que hemos adquirido con el uso de nuestro dinero. Si queremos realmente tomar control de nuestro flujo de efectivo y construir nuestro patrimonio, tenemos que cambiar esa manera de pensar.
Necesitamos sacarnos de la cabeza esa obsesión por hacer planes a futuro, con dinero que esperamos recibir pero que todavía no tenemos. Si ese dinero no llega, o es menos de lo que habíamos contemplado, podemos meternos en un grave problema financiero.
Es similar al paradigma de comprar hoy y pagar después, del que he hablado otras veces en este espacio. Como si vivir del crédito fuera la única manera de salir adelante (hay gente que realmente lo cree). El patrimonio se construye haciendo exactamente lo opuesto: pagar hoy y comprar después.
En otras palabras, ahorrar (pagarnos primero a nosotros mismos), invertir ese dinero con inteligencia, constancia, disciplina y paciencia. Después disfrutar de todo ello.
No te gastes tu aguinaldo antes de recibirlo (o cualquier otro ingreso que esperas recibir). El plan de gastos se hace con el dinero que ya tienes. Es importante dejar claro que esto no significa que no puedas hacer planes a futuro y pensar en qué lo vas a ocupar. Eso es perfectamente válido.
Pero a lo mejor cuando llegue, tienes otras necesidades o simplemente decides que es más importante ocuparlo de otra manera.
Una cosa es hacer planes a futuro. Otra cosa muy distinta es hacer planes a pasado que es exactamente lo que estás haciendo cuando te gastas tu dinero antes de recibirlo.
Como ya lo gastaste (en el pasado), cuando lo tengas –si es que lo recibes– ya no puedes decidir qué hacer con él.
¿Qué opciones tienes para tu aguinaldo, si no te lo has gastado? De eso hablaré en la segunda parte.