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Opinión

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Pausa restrictiva

The Federal Reserve building is seen in Washington

The Federal Reserve building is seen in WashingtonREUTERS, X00866

La Reserva Federal pausó los incrementos en la tasa de referencia por primera vez desde marzo de 2022. Al parecer, la moderación (muy paulatina) de la inflación subyacente en Estados Unidos fue, entre otros factores, un argumento suficiente para frenar el ciclo alcista. Al menos por ahora

Podría haber sido una excelente noticia, La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) por fin ha decidió dejar de subir las tasas de interés después de un año de hacerlo de manera continua; sin embargo, no es tan buena noticia si el contexto, los datos, las estimaciones y las declaraciones de los banqueros centrales apuntan a mayores incrementos en el futuro.

Lo que ha delineado la Fed en su comunicado del día de ayer es que no hay posibilidad de bajar las tasas a pesar de la información reciente que generó algo de optimismo.

La Fed pausó los incrementos en la tasa de referencia por primera vez desde marzo de 2022. Al parecer, la moderación (muy paulatina) de la inflación subyacente en Estados Unidos fue, entre otros factores, un argumento suficiente para frenar el ciclo alcista. Al menos por ahora.

De acuerdo con la más reciente gráfica de puntos de la Fed (dot-plot), la mayoría de los miembros del banco central espera una tasa de referencia más alta para el cierre de 2023 (mediana de 5.6% vs. 5.1% en marzo) y para el cierre de 2024 (mediana de 4.6% vs. 4.3% en marzo).

El incremento en la previsión de los niveles terminales de la tasa de referencia responde a una inflación subyacente (la que excluye los precios de alimentos y energía) resistente a la baja debido a condiciones de crecimiento que han mejorado significativamente.

En particular, llama la atención que el empleo en Estados Unidos, y por lo tanto el consumo, no se debilitan a pesar de los agresivos incrementos en el costo de financiamiento.

La decisión y el comunicado de la Fed claramente representan la postura mas agresiva (hawkish) que pudiera haberse emitido tomando en cuenta la idea de no modificar las tasas de interés, que había tomado arraigo en las expectativas de los participantes en el mercado.

Las autoridades aun perciben que su trabajo no está completo, dudan con relación al declive económico (mencionado en nuestra reciente colaboración “Sin recesión no hay paraíso” El Economista, 8 de junio del 2023) y muestran que aun se mueven en un entorno de mucha incertidumbre.

Mientras la decisión para hacer una pausa fue unánime, no parece haber un consenso claro entre los participantes del Comité de Mercados Abiertos sobre el curso de la economía y si esta puede lograr el anhelado aterrizaje suave.

El reto de comunicación es importante: mencionar que hay progresos en el combate a la inflación y al mismo tiempo dejar de subir las tasas, pero anticipar que vienen mas alzas (al menos dos) en el futuro previsible.

La mejor lectura a esta aparente contradicción es que la Fed está comprando tiempo para ver si la información económica corrobora un descenso más pronunciado del crecimiento y de la inflación.

Por ahora, a pesar de que se espera que la inflación general descienda en junio para luego volver a subir en julio y agosto por la menor comparativa contra el verano pasado, la inflación subyacente se sostiene sólidamente en niveles superiores al 5 por ciento.

Las tasas de interés de mediano y largo plazo han reconocido que no hay bajas en el horizonte por ahora. Tanto la tasa de dos años como la de un plazo a 10 años se aproximan a los niveles máximos mostrados en los días previos a que se desatara la crisis de los bancos regionales en marzo pasado.

No será sorpresivo que en los próximos días veamos a los mercados de capitales retroceder de los niveles máximos a los que apuntaron apenas el día de ayer. Tampoco se sorprenda si el nuevo episodio de una pausa con olor a restricción más abierta continúa debilitando al dólar y por consecuencia fortaleciendo al peso.

En cuanto a México, la postura de la Fed abre también un contexto de mayores retos, en México la inflación subyacente sigue ubicándose por encima de 7% y el crecimiento es positivo (con muchas correcciones de los estimados al alza).

Es cierto que Banxico abrió un margen grande en las tasas domésticas para soportar uno o dos aumentos posteriores por parte de la Fed, pero si tal cosa sucede, anticipar un descenso de la tasa de referencia se vuelve una apuesta muy audaz por lo menos en lo que resta de este año.

Pienso que las perspectivas de menor inflación y de menor crecimiento en un horizonte de 12 meses o mas evitarán un ajuste violento en los mercados, pero nos mantendrán todo un semestre especulando sobre las tendencias y los niveles en los que los bancos centrales se sentirán finalmente mas cómodos. Ese momento no es cercano. Ni hablar, hay tasas altas para rato.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

Twitter: @invexbanco

perspectivas@invex.com

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