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Si no le quitan los alfileres...
La guerra de Israel en contra del grupo terrorista Hamás, tras los atentados en suelo israelí de ese grupo extremista, tiene su campo de batalla en la Franja de Gaza, pero está muy lejos de ser un conflicto regional.
La línea que divide el involucramiento de otros países del tamaño de Estados Unidos, de un lado, e Irán, del otro, es tan delgada que la estabilidad política, económica, financiera y militar del mundo está sostenida con alfileres.
Esta situación llega en un momento en que en suelo europeo hay otra guerra en desarrollo que también tiene límites estrechos entre un conflicto entre el invasor ruso y la Ucrania invadida. La frontera del país agredido es toda Europa y Estados Unidos a través de la OTAN.
Hay facturas que evidentemente se pasan a los mercados financieros, los precios de los energéticos y de las materias primas que se ven involucradas en las regiones en conflicto. Los mercados más frágiles, como el mexicano, sufren ese vuelo a la calidad, pero en general las economías del tamaño de la de Estados Unidos mantienen escenarios que no contabilizan un conflicto global o al menos extendido.
La encuesta más reciente que elabora Bloomberg entre economistas de Estados Unidos consultó a 74 especialistas entre el 13 y el 18 de este mes de octubre. Eso implica que todos estaban al tanto de los atentados terroristas y la consecuente respuesta militar israelí.
Bien, pues estos expertos lo que hicieron en esta reciente consulta fue elevar sus expectativas de crecimiento de la economía estadounidense y de forma significativa.
Por ejemplo, en septiembre estimaron una expansión del Producto Interno Bruto durante el pasado tercer trimestre de 3% y ahora esperan 3.5 por ciento. Claro, fue antes del atentado en Israel y cuando la discusión central era solamente la relación inflación-política monetaria-crecimiento.
Pero para el actual cuarto trimestre, también corrigieron al alza sus expectativas, de 0.5 a 0.7 por ciento.
Es evidente que estiman una desaceleración para la parte final del año, pero no hasta niveles recesivos, porque también para el 2024 corrigen al alza sus expectativas. Y si para el primer trimestre esperaban en septiembre una expansión de apenas 0.1%, ahora en octubre ya anticipan una expansión de 0.4% en el lapso enero-marzo del 2024.
Y aunque algunos participantes de los mercados sí creen que podría haber una ligera recesión, lo que el mercado deja ver con el aumento de las tasas de interés a largo plazo es que sí esperarían esa combinación de crecimiento con inflación y con dinero caro por largo tiempo.
En todo caso, en las expectativas del mercado se incorporan presiones derivadas del precio de materias primas como el petróleo, por supuesto, pero no parece haber el cálculo de una intervención directa de Estados Unidos en un conflicto armado.
Pero, lo dicho, la situación tensa e incierta en Medio Oriente no da garantías de nada y una escalada de ese conflicto puede hacer que todo el panorama actual cambie por completo.
Eso se llama incertidumbre y los platos rotos los pagan los consumidores por las altas tasas de interés y los mercados emergentes que pierden atracción ante lo atractivo de los rendimientos en el mercado financiero más seguro del mundo.