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Boualem Sansal encarcelado y la omisión culpable en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
Boualem Sansal ha sido víctima de la represión del régimen totalitario, corrupto y militarizado de Argelia, debido a sus críticas al poder y su defensa de la libertad de expresión. Argelia lo en encarceló arbitrariamente. Este acto de oscurantismo contra un autor reconocido mundialmente, cuya obra conmueve a lectores de todos los rincones del planeta, no ha sido mencionado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
Este silencio resulta aún más alarmante en un México que vive en un proceso de creciente retroceso en cuanto a libertades y tolerancia.
Sansal es uno de los escritores más relevantes de la literatura contemporánea en lengua francesa. A lo largo de su carrera, ha desafiado las fronteras del autoritarismo, el fanatismo religioso y la censura, abordando en sus obras temas de gran peso social y político. Nacido en Argelia en 1949, Sansal fue recientemente galardonado por el presidente Emmanuel Macron con la Legión de Honor, un reconocimiento a su destacada contribución literaria. Además, ha recibido varios premios internacionales que subrayan su capacidad para tratar temas complejos relacionados con la identidad, la libertad y los conflictos políticos. Sin embargo, su relación con el poder ha sido siempre conflictiva. Su valentía para criticar el régimen argelino y las estructuras arbitrarias y militarizadas que lo sustentan le ha valido persecución, y recientemente, menos de quince días atrás, fue arrestado poniendo su vida en riesgo.
Premios y Reconocimientos
A lo largo de su carrera, Boualem Sansal ha sido laureado con numerosos premios prestigiosos. Entre los más destacados se encuentran el Gran Premio de la Francofonía en 2011, que reconoce su contribución a la literatura en lengua francesa, y el Premio de la Crítica de los Escritores Francófonos por su obra más célebre, El ser y la sombra. Sansal también ha sido reconocido por su valentía al abordar temas como el islamismo radical, la corrupción gubernamental y la represión de la libertad individual. Su trabajo lo ha establecido como un referente de la literatura que se resiste a la censura y lucha por la justicia.
Enfrentado a una feroz censura en su país natal, Sansal se exilió en París en la década de 1990, después de que su crítica al gobierno argelino en sus escritos le costara su puesto en la administración pública. Esta relación tensa con su tierra natal, y su perspectiva desde el exilio, han dado a su obra una profundidad única que resuena especialmente en contextos políticos y sociales difíciles.
Encarcelamiento y Represión
El encarcelamiento de Boualem Sansal no ha sido solamente físico, pero sí ha sido una forma de encarcelamiento literario. La censura y la persecución sistemática a las que ha sido sometido en Argelia, debido a sus críticas al régimen y sus posturas en favor de la libertad, lo han obligado a vivir bajo una constante presión. Aunque nunca fue encarcelado de manera formal en el pasado, Sansal ha enfrentado amenazas constantes y un acoso institucional que lo ha perseguido durante años. Su crítica abierta al régimen de Abdelaziz Bouteflika y su exposición de la corrupción y el autoritarismo en Argelia lo han convertido en un blanco fácil para la represión estatal.
Hoy, Boualem Sansal, a sus casi 80 años, se encuentra arbitrariamente encarcelado por el régimen totalitario argelino, y corre el riesgo de ser condenado a muerte. Sin embargo, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara guarda un silencio vergonzoso sobre su situación, en un acto de omisión que refleja una grave falta de compromiso con los principios de libertad de expresión.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara: Omisión Culpable
Es sorprendente y preocupante que, a pesar de su impacto literario y su relevancia internacional, Boualem Sansal no haya recibido una mención significativa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Este evento es uno de los más importantes en el mundo de habla hispana, conocido por ser un escaparate de los mejores autores y obras literarias. Sin embargo, su omisión en un espacio que históricamente ha sido un refugio para la discusión de temas cruciales como la libertad de expresión, el exilio y la censura, es alarmante.
A lo largo de los años, la FIL ha servido como plataforma para la discusión de la opresión política, el autoritarismo y la represión. La obra de Sansal aborda estos mismos temas con valentía. Resulta incomprensible que un evento de tal magnitud omita a un escritor que ha luchado por estos principios, sufriendo en carne propia las consecuencias de vivir bajo un régimen opresivo. La omisión de Sansal en la FIL podría interpretarse como una muestra de indiferencia hacia los problemas reales de la represión y la censura, que afectan a escritores en todo el mundo.
Algunos podrían argumentar que los intelectuales y escritores de izquierda latinoamericanos entre otros, por una razón u otra, se sienten incómodos al criticar las autocracias en el mundo árabe o musulmán, quizá por un enfoque simplista o sesgado hacia el anti-sionismo o anti semitismo. No obstante, este silencio resulta difícil de justificar. No se trata solo de desinterés hacia la obra de Sansal, sino de una desconexión peligrosa entre ciertos sectores de la literatura mundial y las realidades de opresión y censura que todavía afectan a miles de autores.
Reflexión Final
Boualem Sansal es un autor que merece ser reconocido, no solo por su talento literario, sino también por su valentía moral y física frente a un régimen totalitario. Su obra, profundamente crítica con las estructuras de poder y la intolerancia, sigue siendo de una actualidad urgente. Su omisión en eventos literarios tan significativos como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es una ironía triste, un reflejo de cómo la literatura puede ser silenciada no solo por gobiernos, sino también por instituciones que, en teoría, deberían ser defensoras de la libertad de expresión.
El silencio en torno a Boualem Sansal no debe ser interpretado como un olvido accidental. Es una omisión que debe llevarnos a reflexionar sobre cómo las voces más valientes son, a menudo, las que corren mayor riesgo de ser ignoradas. Al igual que Sansal, la literatura no debe callarse ante la represión ni ante la indiferencia institucional; debe seguir luchando. Queda por ver si los intelectuales mexicanos y los organizadores de la FIL tienen la coherencia y el coraje para hacer frente a la represión y defender la libertad de expresión, o si, por el contrario, se convierten en cómplices del silencio.