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Opinión

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La inflación y los pobres

La inflación no cede y los más afectados son los pobres. Durante el mes de octubre el INPC tuvo un incremento mensual de 0.57% con lo que la tasa anual de inflación se situó en 8.41 por ciento. Aunque a tasa anual hubo una pequeña caída respecto de la registrada en el mes de septiembre, esto se debió a la reducción, principalmente por razones estacionales característicos del ciclo agrícola del precio de varios productos. Así, durante octubre los precios de frutas y verduras, dentro del subíndice no subyacente, experimentó una reducción mensual de 1.31%, destacando las caídas en los precios de la papa y otros tubérculos (16%), cebolla (18.4%), aguacate (16.2%), naranja (17.3%), limón (12.7%), manzanas (2.4%) y plátanos (2.3%).

Dado que la parte no subyacente del INPC tiene una alta volatilidad y los precios de los bienes en este subíndice varían por razones estacionales como los agrícolas o por decisiones gubernamentales como el de los energéticos es que para analizar el fenómeno inflacionario es recomendable hacerlo con el subíndice de precios subyacente. Y aquí lo que observamos es que éste sigue aumentando. Así, durante octubre este subíndice tuvo un incremento en el mes de 0.63% con lo que la variación anual ascendió a 8.42%, la más elevada en los últimos 22 años.

Es importante destacar que en el subíndice de precios subyacente el renglón de mercancías tuvo un incremento mensual de 0.87% (la variación anual fue de 11.15%) mientras que el aumento mensual en el precio de los servicios fue de 0.33% (el anual fue de 5.3%). Resalta todavía más el aumento mensual de 1.03% que tuvieron los precios de alimentos, bebidas y tabaco, con lo cual la variación anual llegó a 13.95 por ciento.

El último dato que quiero resaltar es el aumento que experimentaron los precios de alimentos (procesados y no procesados) y bebidas; en octubre estos tuvieron un incremento mensual de 0.44%, con lo que el aumento anual ascendió a 14.54 por ciento. Y aquí es en donde mejor se refleja el por qué la inflación afecta relativamente más a las familias de menores ingresos: el gasto en alimentos del 10% más pobre de la población representa casi el 60% de su gasto total mientras que este porcentaje cae al 25% para el 10% de la población con mayores ingresos.

El aumento en el precio de los alimentos como parte del proceso inflacionario que vive la economía no es el único factor de por qué la inflación daña relativamente más a las familias más pobres. Hay otros dos.

El primero es por el lado de su tenencia de activos monetarios y financieros. Respecto de los monetarios, como proporción de su ingreso las familias más pobres mantienen un mayor monto en billetes y monedas que las familias de mayores ingresos, mientras que en relación a la tenencia de activos financieros a los que tienen acceso los de menores ingresos, estos pagan una tasa de interés significativamente menor que la tasa de inflación (o no pagan como es el caso de las tandas). Los dos fenómenos en conjunto significan que son las familias más pobres quienes con relación a su ingreso pagan más del impuesto inflacionario, mecanismo mediante el cual el gobierno le expropia a las familias, todas, parte de su riqueza.

El segundo es por el lado del crédito. Dado su muy bajo nivel de ingreso, cuando pueden adquirir bienes de consumo duradero a crédito, este se hace en la modalidad de “abonos chiquitos”. Estos esquemas, que les permiten a las familias de bajos ingresos adquirir bienes duraderos que de otra manera no podrían comprarlos, no es “gratis”. La tasa efectiva implícita de interés en este tipo de crédito supera el 150% cuando hay bajas tasas de inflación. Con una inflación anual de casi 10% la tasa de interés se puede disparar hasta 200 por ciento.

Bajar la inflación es un imperativo porque es el fenómeno económico más regresivo que existe, el que más daña a los más pobres. Pero más aún, reducir la inflación hasta lograr la estabilidad de precios es la contribución más efectiva que un banco central puede hacer al desarrollo económico lo que más beneficia a los más pobres, aunque en la transición de altas a bajas tasas de inflación una política monetaria pudiese introducir presiones recesivas. Téngalo por cierto: tener altas tasa de inflación cuesta más que el costo transitorio de un menor crecimiento.

Twitter: @econoclasta

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Economista y profesor. Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa. Medalla al Mérito Profesional, Ex-ITAM.

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