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UNESCO advierte riesgos sobre las neurotecnologías sin regulación

Además de las IA’s, hay otro dilema tecnológico a la vista. Los dispositivos tecnológicos están registrando grandes bancos de información neuronal todos los días, mismos que, de no tener control jurídico, pueden usarse con fines manipulatorios, señala Gabriela Ramos, directora general adjunta para las Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO.

Gabriela Ramos, directora general adjunta para las Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco. Foto EE: Rosario Servin

Hay una gran falta de transparencia, una gran falta de conocimiento sobre las implicaciones de las neurotecnologías, y debemos normar este maravilloso desarrollo de una manera que proteja la dignidad, los derechos humanos y además nos ayude a que realmente estas aplicaciones resuelvan nuestros problemas y no nos creen más”, Gabriela Ramos, directora general adjunta para las Ciencia Sociales y Humanas de la UNESCO.

No es la ciencia ficción, es el presente. Las investigaciones y el crecimiento de las aplicaciones en la neurotecnología, así como lo hacen los avances en las inteligencias artificiales, dos campos correlacionados, avanza a pasos exponenciales. Lo que hoy en día puede hacerse con la neurotecnología, hace dos décadas debía reservarse exclusivamente para la especulación, con énfasis en el servicio a disposición de las personas con discapacidades neurológicas para el mejoramiento de su relación con un entorno que históricamente ha sido hostil.

Sin embargo, así como estas herramientas pueden transformar la calidad de vida de los seres humanos, también pueden, con la misma facilidad, terminar vulnerando la información personal y, sin ser especulativos, convertirse en herramientas de manipulación y, de no regularse, son potenciales amenazas para la vulnerabilidad humana.

Por esto mismo, es urgente avanzar en trabajos interinstitucionales e internacionales para la protección de los derechos humanos, en particular, comenzar a asimilar y legislar en materia de neuroderechos.

Es

te es el planteamiento que motivó la conferencia convocada para este martes por la UNESCO y la ONU en México, con la presencia de Gabriela Ramos, directora general adjunta para las Ciencia Sociales y Humanas de la UNESCO; Andrés Morales, representante de este mismo organismo en el país, y Ángel Arauz Góngora, director general del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).

Un avance a pasos agigantados

“Todos los avances tecnológicos del cerebro en las últimas dos décadas han sido impresionantes, nos deben entusiasmar y darnos la pauta de que el beneficio puede ser mayúsculo para gente con depresión, con Alzheimer o Parkinson”, destacó Gabriela Ramos. “La preocupación es cuando los avances en neurotecnología se combinan con las tecnologías digitales, por ejemplo, con la inteligencia artificial, porque el entorno no está reglamentado como se debería”.

Para dimensionar el crecimiento de las aplicaciones de la neurotecnología en el presente y así atender la premura, es necesario poner números y paradigmas.

“A la electricidad le tomó 50 años llegar al 25% de la población en Estados Unidos, a la telefonía le tomó alrededor de 25 años; a la televisión, 20 años. A los teléfonos inteligentes les tomó cuatro, y eso fue hace una década. Es decir, estamos hablando de un avance tecnológico exponencial. Y las inversiones en neurotecnología tanto gubernamentales como privadas avanzan de manera impresionante”.

Según estudios del Comité de Ética de la Tecnología y la Ciencia de la UNESCO, las inversiones gubernamentales en neurotecnología a nivel mundial desde 2013 han rebasado los 6,000 millones de dólares, mientras que la inversión privada en este campo se multiplicó por 22 durante la década pasada para alcanzar un total de 33,200 millones de dólares entre 2010 y 2020. A partir de esta información, las previsiones apuntan a que el valor del mercado de dispositivos vinculados con la neurotecnología alcance los 24,200 millones de dólares en el año 2027.

“Toda esta información del cerebro y los datos neuronales que se genera masivamente en muchos ámbitos, no sólo en el médico sino particularmente desde la revolución digital, nos hace cuestionarnos sobre los riesgos de la integridad mental, la manipulación o el condicionamiento predeterminado. Estamos en un mundo donde es fácil descifrar quiénes somos y cómo nos sentimos. La manipulación puede llevarnos a una pérdida de control en temas como la identidad personal y la libertad de pensamiento”, advirtió la portavoz de UNESCO.

Al respecto, Ramos argumenta que las inteligencias artificiales no son más que algoritmos que definen patrones, decodifican información y la procesan por imitación, pero esa función es suficiente para procesar los grandes bancos de información neuronal que se generan a diario y concretar análisis muy precisos sobre el comportamiento colectivo e individual.

“Así como emitimos información de nuestra condición y de nuestros intereses, estamos emitiendo información neuronal, de nuestras reacciones, emociones y pensamiento en todo el ámbito digital, y es ahí donde creemos que no hay un marco ético que pueda normar la forma en la que se utiliza nuestra información neuronal en el mundo digital”.

Quién es quién en el desarrollo neurocientífico

Durante la conferencia se señaló que, así como sucede en otras áreas científicas, hay una brecha insondable entre los escasos países que dedican más recursos a la investigación neurocientífica y el resto del mundo. Estados Unidos, por ejemplo, lidera la producción de publicaciones en la materia con el 40% del total mundial, seguido de Reino Unido (9%), Alemania (5%) y China (5%), mientras que el 70% de los países en el orbe suman menos de 10 publicaciones anuales en neurociencia. Las patentes en la materia a nivel mundial, por otro lado, han pasado de menos de 500 a 12,500 entre 2015 y 2020.

Lo anterior cobra relevancia, mencionó, porque “también hay una desigualdad en la producción del conocimiento”. Por ello señaló que debe apuntalar el sistema de investigación de los países con menor inversión en investigación, como es el caso de México, con apenas el 0.5% del presupuesto público. “No es fortuito que muchos países emergentes y en vías de desarrollo inviertan menos del 1%. Pero la empresa privada en América Latina tampoco invierte. Así que también hacemos un llamado a la IP”.

Con base en lo anterior, se anunció que la UNESCO ya trabaja en un mandato ético de estándar global, como lo hizo con el tema de la inteligencia artificial, pero sobre la neurotecnología, esto de cara a la conferencia general del organismo que se llevará a cabo en noviembre próximo.

La neurotecnología en datos

  • 6,000 millones de dólares, las inversiones públicas en neurotecnología desde 2013.
  • 33,200 millones de dólares, la inversión privada durante la década pasada.
  • 90,000 publicaciones científicas anuales sobre neurociencias actualmente (se ha triplicado desde el 2000).
  • 87% de las patentes de neurotecnologías son solicitadas por sólo seis países.
  • 355% el aumento de patentes relacionadas con tecnologías informáticas y neurotecnología en 2020.

¿Qué es la neurotecnología?

“Dispositivos y procedimientos utilizados para acceder, controlar, investigar, evaluar, manipular o emular la estructura o función de los sistemas neuronales de animales o seres humanos”, de acuerdo con la UNESCO.

La UNESCO se acerca al legislativo

Este miércoles 2 de agosto, en el Senado de la República, la Alianza Internacional de Inteligencia Artificial y la UNESCO presentarán la conversación “Hacia un diagnóstico de la Inteligencia Artificial en México: implementación ética y responsable”.

Conoce el informe “Revelando el panorama de la neurotecnología: avances científicos, innovaciones y principales tendencias” (En inglés)

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000386137/PDF/386137eng.pdf.multi.page=1&zoom=auto,-13,680

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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