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Más estudios, menos paridad: La paradoja de la brecha de género en el empleo
A pesar de la creciente cualificación de las mujeres, la OCDE y ONU-Mujeres indican que no disfrutan de las mismas oportunidades laborales ni de equidad salarial que los hombres.
Un alto nivel de estudios aumenta la probabilidad de empleo y de mejores salarios. Pero esa relación no se aplica así para las mujeres, pues aunque alcancen niveles significativos de formación no experimentan los mismos beneficios en términos de empleabilidad y remuneración.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en promedio, las personas con licenciatura tienen una tasa de empleo del 85% y de 59% quienes dejaron sus estudios en la preparatoria.
Los anteriores porcentajes son sin diferenciar género y otras identidades, como la etnia. Pero al separar los datos para las mujeres, la OCDE indica que el 53% de las mujeres con educación universitaria tiene un trabajo remunerado y disminuye a 47% entre las que concluyen la preparatoria.
“Los niveles más altos de educación generalmente se traducen en mejores oportunidades de empleo y mayores ingresos”, lo cual es un “incentivo importante para que las personas busquen educación y capacitación”, apunta el organismo en el Panorama de la Educación.
“Las economías modernas dependen de una oferta de trabajadores altamente calificados y estos trabajadores, a su vez, obtienen beneficios en el mercado laboral”, agrega la organización.
Sin embargo, también reconoce que en la gran mayoría de los países de la OCDE las tasas de empleo entre las mujeres de 25 a 34 años son más bajas que las de los hombres de ese mismo grupo de edad, “independientemente del nivel educativo alcanzado”.
En el caso de México, este país es el cuarto con menor participación económica de las mujeres en América Latina, de acuerdo con el Instituto Mexicano de Competitividad (Imco).
Brecha salarial
El principio de ‘a mayor nivel educativo mejor salario’ tampoco se aplica de la misma manera para mujeres y hombres, como lo señala la OCDE.
En comparación con las personas cuyo máximo grado de estudios es el bachillerato, quienes pudieron estudiar o prefirieron cursar una carrera profesional de corta duración (educación terciaria) ganan en promedio 13% más. Y quienes obtuvieron una licenciatura de más larga formación ganan 29% más.
Sin embargo, las mujeres trabajadoras con preparatoria “ganan el 80% de los ingresos de sus pares masculinos”. Mientras que las mujeres con licenciatura, en promedio, ganan el 84% de lo que se les paga a los hombres, de acuerdo con datos de la OCDE.
Para la ONU-Mujeres, las causas de la brecha salarial de género son:
- El trabajo de cuidados no remunerado
- Empleo a tiempo parcial
- Peores empleos
- Trabajos socialmente menos valorados
- Autominusvaloración
- Ignorancia de los empleadores
Debido a las desproporcionadas cargas de trabajo de cuidados no remunerado, muchas mujeres, principalmente quienes son madres, reducen su jornada laboral o aceptan empleos de medio tiempo para cuidar de su familia, explica el organismo en el reporte Conoce más sobre brecha salarial: causas, cifras y por qué hay que combatirla.
“Los trabajos a tiempo parcial están peor remunerados que los trabajos a tiempo completo”, por lo cual hay más mujeres que hombres recibiendo menos ingresos.
La desigualdad social y familiar en el reparto del trabajo de cuidados es replicada e incluso reforzada por gobiernos y empresas que “no ofrecen ayudas y posibilidades de conciliar” ambos trabajos, sostiene ONU-Mujeres.
Además, hay muchas más mujeres que definitivamente no participan en el mercado laboral porque están dedicadas exclusivamente a las tareas del hogar. Son más de 17.2 millones, en contraste con 992,000 hombres. “Es decir, hay 17 veces más mujeres que hombres en esta situación”, de acuerdo con el Imco.
¿Si lo hace un hombre vale más?
“A medida que ha aumentado la demanda de habilidades, los mercados laborales han absorbido el creciente número de trabajadores altamente calificados y continúan brindándoles mejores perspectivas de empleo”, asegura la OCDE en el Panorama de Educación.
Sin embargo, muchos trabajos remunerados siguen estando “fuertemente feminizados”, como lo describe ONU-Mujeres. Y por esa razón tienen menos reconocimiento social y de derechos laborales, menos oportunidades de crecimiento y menores salarios.
Y cuando una ocupación experimenta una “progresiva masculinización”, como el de cocinero o peluquero, aumenta “su valor social y, en consecuencia, sus salarios”.
Por lo tanto, simplemente cerrar la brecha de género en la mayoría de las disciplinas académicas no es suficiente. En las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) sigue habiendo más hombres que mujeres.
Los empleadores deben romper con la reproducción de “esta minusvaloración en el ámbito salarial” y los sindicatos “deben trabajar por el justo reconocimiento salarial de todos los empleos”, apunta ONU-Mujeres.
Dicha agencia sostiene que, debido a un gran desconocimiento de los empleadores públicos y privados, quienes “no analizan en detalle las remuneraciones que dan a sus trabajadoras y trabajadores”, las brechas de salario siguen manteniéndose.
“El desconocimiento hace que no se adopten medidas, por lo que las diferencias se perpetúan. Cuanto mayor es la edad y el nivel de responsabilidad, mayores son las diferencias salariales entre mujeres y hombres”.