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Brad Wiggins, un rockstar que manda en el Tour
El ciclista británico no tuvo una vida sencilla; antes de su éxito,?el alcohol y la pobreza estuvieron a punto de vencerlo.
A Bradley Wiggins le gusta verse y sentirse como un rockstar. Lo mismo acepta su afición por la música que sus declaraciones desatinadas respecto de quienes le acusan de dopaje. Así es el ciclista británico, el que colecciona guitarras y scooters, el que ha declarado que su liderato en el reciente Tour de Francia le ha valido, incluso, el perderse el cumpleaños de sus hijos: Ben e Isabella.
Es más que un rockstar. Es un fenómeno que nació en 1980, en Bélgica, y que llevaba en sus venas la pasión por el ciclismo gracias a su padre Gary, un flamante corredor australiano que dimensionaba de la misma manera los pedales que el alcohol.
La violencia intrafamiliar que Gary imprimió en el hogar Wiggins llevó a Linda, madre de Brad, a abandonar su casa y trasladarse a Inglaterra en 1982. Ahí, en casa de los abuelos maternos, el mayor de los Wiggins crece entre pláticas de música y futbol.
A los 12 años, inspirado en Chris Boardman durante los Olímpicos de 1992, Brad decide que quiere dedicarse al ciclismo. Su pasión por el deporte lo lleva a soñar, comer, vivir por el ciclismo, e incluso retar a su profesor de francés: No necesito los libros, aprenderé cuando sea un ciclista profesional en Francia .
El talento en la piernas lo llevaron a coronarse a los 18, campeón mundial junior. En el 2000, en los Olímpicos de Sydney, Wiggins logra el bronce, su primera medalla olímpica. Tenía éxito en la pista, pero como profesional, la gloria no llegaba y Brad sobrevivía en un sótano, solo.
Vinieron campeonatos mundiales donde Brad logró la plata (2000, 2001 y 2011), el bronce (2002) y el oro (2003, 2007 y 2008), además del oro, plata y bronce en Atenas 2004 y dos oros en Beijing 2008.
Junto con los éxitos llegó el amor, se casó con Catherine, una exciclista que no logró darle total estabilidad a su vida, pues ante el desánimo de no conseguir trabajo con una escuadra profesional, se refugió en el alcohol, el cual dejó cuando nació su primer hijo.En el 2007, tras su brillante cuarto puesto en el prólogo, su equipo, Cofidis, abandona el Tour tras el positivo de un compañero. Pero la vida le tenía preparado, tras su éxito en Beijing, un contrato con Garmin.
Adelgazó y se dio cuenta con ello que podía estar entre los mejores si mantenía su peso. En el 2009, su talento le alcanzó no sólo para tener un momento económico más pleno, sino también para sorprender en el Tour de Francia de ese año al ubicarse en cuarto puesto y fichar con el Team Sky, equipo con el que hoy, lidera Wiggo, el rockstar ha cumplido su objetivo.
Di Grégorio, detenido y fuera del Tour por temas de dopaje
El Francés Rémy Di Grégorio, del equipo Cofidis, fue detenido preventivamente por 48 horas y se encuentra en Marsella junto a otros dos hombres en la misma situación, por otro caso de presunto dopaje en el Tour de Francia.
La policía allanó el hotel donde se alojaba el equipo, en Bourg-en-Bresse, y tras el arresto el corredor fue trasladado a Marsella con otro hombre, mientras que un tercero fue detenido en la ciudad-puerto del sur.
La fiscalía de Marsella dio a conocer en un comunicado: Una de las personas acusadas transportaba en su vehículo productos cuya naturaleza exacta queda por determinar , precisó el fiscal de la República en Marsella, Jacques Dallest.
En cuanto se conoció el arresto del corredor, el Cofidis lo suspendió de manera inmediata.
Este incidente aislado no debe afectar a la participación del equipo en el Tour de Francia ni castigar a los corredores que no hicieron nada malo, por lo que la formación se presentará mañana en la salida de la próxima etapa , indicó el equipo francés.
En estos momentos, disponemos de muy poca información sobre los hechos , añadió el Cofidis.
Y aseguró: Si las acusaciones son ciertas, Di Grégorio será despedido, como prevé el contrato .
Di Grégorio fue puesto bajo custodia en el marco de una comisión rogatoria abierta en junio del 2011, cuando fue miembro del equipo estadounidense Astana, por tráfico de productos dopantes en banda organizada.
cristina.sanchez@eleconomista.mx