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McGinley y el capricho de una rodilla

El irlandés que quería ser corredor de bolsa, que practicó futbol gaélico, llevó a la gloria al viejo continente.

El capricho estuvo en una rodilla. Para Paul McGinley siempre estuvo claro que su vida era el deporte. De padre futbolista, el destino de Paul parecían ser las canchas, un balón y un inmenso número de goles.

Por un tiempo así fue. McGinley (diciembre de 1996, Dublin, Irlanda), quien buscó suerte en el Donegal del futbol gaélico, anhelaba ser un reconocido jugador de balompié, pero una lesión en una de sus rodillas, cuando apenas tenía 18 años, pareció acabar con el futuro deportivo del ahora capitán de la Ryder Cup.

McGinley jugó con el club Ballyboden St. Enda de futbol gaélico de la GAA. Este deporte se caracteriza por ser uno de los más populares en Irlanda, con equipos de 15 jugadores y que combina rugby y futbol.

En esa etapa, McGinley había jugado al golf, pero no se lo tomó demasiado en serio. La lesión cambió su vida, para encauzarla hacia el golf, el cual comenzó a tomarse en serio.

Cada dos años esa lesión le hace ir a evaluación con su doctor. Parece ya una relación de amor y odio , ha explicado el irlandés en algunas entrevistas. Con las ilusiones mermadas y un futuro aún sin conocer, Paul decidió que su camino eran los estudios.

Antes de cumplir los 20, se matriculó en una universidad irlandesa para estudiar marketing. La realidad es que buscaba ser corredor de bolsa. Me gustaba pensar en tener la presión para trabajar, en negociar , explica McGinley.

Pero el capricho de la vida era otro. En 1989, a los 23 años, ganó la banda azul irlandesa como amateur. Su marcha a la Universidad de San Diego, gracias a la obtención de una beca para estudiar Negocios Internacionales, le ayudó a perfeccionar su competitividad y técnica.

Dos años más tarde compitió contra Estados Unidos en la Copa de Walker, en Portmarnock, frente a futuras estrellas del PGA Tour como Phil Mickleson y David Duval.

Ya para 1991 se hizo profesional y se enroló en el Tour europeo desde la Escuela. Quizá su momento más glorioso hasta entonces fue en el 2002.

McGinley será recordado en la Ryder por ser el autor del putt que dio la victoria a Europa hace once años en The Belfry, escenario de su primera intervención en este torneo bienal. Ese golpe decisivo sirvió para empatar su duelo con el estadounidense Jim Furyk. Fue el medio punto que valió el título.

McGinley respira golf por los cuatro costados, pero esconde un gran espíritu competitivo y una predilección por el trabajo en equipo.

Pese a su enorme talento en el golf, Paul tiene un palmarés discreto. El irlandés cuenta con cuatro victorias en el Circuito Europeo y formó parte del equipo de la Ryder en tres ediciones consecutivas, entre 2002 y 2006. Siempre con éxito.

McGinley sucedió en el puesto a José María Olazábal, que en 2012 fue el capitán del equipo que protagonizó el Milagro de Medinah, como le llamaron al triunfo europeo a domicilio sobre Estados Unidos.

Creyente de que fortalecer la mentalidad de un jugador es más valioso que fortalecer su físico y convencido de que Alex Ferguson podría motivar al equipo europeo para llevarse la gloria en esta Ryder Cup, el irlandés parecía no estar tan equivocado, pues su grupo logró entender su filosofía y así llevarse la gloria sin dudarlo.

El golfista debe tener una buena técnica para jugar al golf, pero también debe tener un buen manejo de la mentalidad, una integridad con su familia y amigos. Es un paquete completo, no sólo una de las dos cosas. Porque no siempre obtenemos todo de nosotros mismos. Necesitamos gente a nuestro alrededor , ha sentenciado el irlandés, que gracias al capricho de su rodilla hoy brilla en el mundo del golf.

Europa, campeón de la Ryder Cup

Europa conservó el título de la Ryder Cup de golf al ganar por 16.5 a 11.5 puntos a Estados Unidos, en Gleneagles (Escocia), logrando su octava victoria en las últimas diez ediciones.

Los europeos, que lideraban 10-6 tras los foursomes y fourballs de viernes y sábado, no podían ser alcanzados después de que el galés Jamie Donaldson diera el punto decisivo a su equipo al derrotar a Keegan Bradley, para colocar en ese momento un 14.5 a 9.5 decisivo.

Aunque Europa domina en los últimos años, Estados Unidos mantiene una amplia ventaja en el palmarés, ya que desde la creación de la prueba en 1927 ha ganado 25 veces la competición, por 13 los europeos, registrándose además dos empates.

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