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A México le llegó la hora de vender internet con valor agregado: William Nazareth

William Nazareth, inversionista con amplia trayectoria en telecomunicaciones, asegura que México vive una etapa en que las redes celulares están listas para que empresas como Telcel, Movistar o AT&T empiecen a vender paquetes de servicios con productos de valor agregado como medicina, educación o entretenimiento para el consumo masivo.

William Nazareth es inversionista en el sector de telecomunicaciones. Ilustración EE: Juan Carlos Rodríguez.

William Nazareth es un inversionista con amplia trayectoria en telecomunicaciones. En su carrera ha comprado y vendido participaciones en empresas de distintos países latinoamericanos. En tres décadas conoció e invirtió en el desarrollo de redes celulares como GSM, 3G, 4G y 5G, de la que duda por las dificultades para conseguir los retornos de inversión que demanda en infraestructura para volverse una realidad.

Nazareth indica que la inversión se está cerrando para 5G en varios mercados del mundo y esta misma semana, América Móvil confirmó una disminución de sus inversiones en esta región del mundo a esa tecnología.

El inversionista, que fue socio en empresas como Digicel, Digitel o Telcel Bellsouth, y muy reconocido también en la GSMA, visitó México para conocer oportunidades de inversión aquí.

También aprovechó para contar en qué etapa va la denuncia de Spica Telecom, en la que fue director general, en contra de Telefónica Movistar, pues la relación que esa compañía forjó con AT&T en 2019 para reducir costos, significó afectaciones a los accionistas de Spica, una operadora que ya atendía a 345 mercados a través de una inversión de 80 millones de dólares en 2020, cuando estalló la querella.

William Nazareth rechaza la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), órgano todavía garante de una competencia equilibrada entre operadores, porque México, dice, es visto todavía por algunos inversionistas como un país con empresas y gobiernos muy cercanos entre sí.

—Con esta semana serán cuatro años de una demanda entre Spica y Movistar. Telefónica afirma que su acuerdo de compartición de infraestructura con AT&T no afecta a terceros. ¿Así es la película o esta es una historia más complicada?

—Para nosotros no es un asunto complicado. No se dieron las formas que deberían ser, entonces terminamos en este proceso. El tema es que Movistar tiene años tratando irse de México por este ambiente del espectro y otros factores, y en el proceso de salir de México, nos maltrataron. Este no es un tema personal, es un tema solamente empresarial. Ellos querían salirse porque les estaba yendo mal y tenían clientes que usábamos su red, otros que eran no tan grandes y nosotros, y no nos cumplieron como debía ser, entonces llegamos a este momento y yo creo que pronto la justicia nos tiene que dar la razón porque se puso mucho en riesgo nuestra inversión. Ya no falta mucho.

—Usted y los inversionistas en Spica llegaron a este momento porque carecían de espectro y utilizaban el de Movistar, pero el regulador dice que este año habría un nuevo mecanismo de asignación, entre bloques locales y a contraprestaciones más accesibles. Como inversionista, ¿tendría usted interés en comprar bandas?

—Nosotros fuimos los que presionamos mucho con ese tema de que hay otros operadores que no son Telcel o AT&T que también quieren espectro, pero que no pueden pagarlo por lo caro que es y por un tema de escala. Creo que en el IFT sí nos han escuchado.

En México siempre hay interés de estar porque es un enorme mercado. Pero en México siempre es mejor operar controlando nuestro propio espectro. Si el IFT cumple esas promesas y nosotros lo podríamos controlar, entonces sí habría interés.

Nosotros experimentamos y entendimos que podemos tener operaciones, relativamente, regionales y ser rentables, pero para eso tenemos que controlar el espectro, porque si no lo controlas estás a la tentativa de los planes de otra empresa y en México hay como 40 millones de mexicanos que viven en zonas rurales o semirurales que son un mercado grande al que hay llegar con nuestra propia frecuencia. Nosotros creemos que tenemos un portafolio de ventajas para atrapar clientes y dominar mercados regionales.

—En México, los dos operadores con bandas ya ofrecen servicios de 5G a consumo masivo y experimentan ofrecer servicios desde su espectro de 3.5 GHz a hogares o industrias. ¿Coincidiría en que ellos tienen la ventaja ahora?

—Yo creo que no están cuidando sus ventajas. Y puede que piensen que la traigo contra los operadores. No es así. Pero sí creo que no están entendiendo que como operador, tú ya no vas a durar mucho vendiendo solamente Gigabytes por peso o por dólar. Llevan toda la vida con eso y eso ya no es el negocio del futuro. El futuro es el valor agregado, son las aplicaciones; es el IoT (Internet de las cosas).

Váyanse los operadores a Japón, a Singapur, a Corea, a China… Allí los operadores ya te venden un plan de telemedicina; que te pones unos sensores y te dicen tu estado de salud. Y hay mucho, mucho más con esto de IoT en Asia que bien podríamos copiar aquí, en México.

Pero en Estados Unidos y en México seguimos embarcados en el tema de cuántos Gigabytes me da el operador por mes y cuánta velocidad, porque el cuento de 5G es hoy cuánta velocidad tengo. Pero lo verdadero con esa tecnología son otras cosas que nos deben apoyar en otras cosas de la vida.

—Hace una década, cuando apenas empezaban los desarrollos de 4G y mejoras hacia el LTE, ya nos hablaban de 5G. Ahora, resulta que el ARPU (gasto de los usuarios en paquetes) no está retornando la inversión y los despliegues de 5G están pausándose. ¿Nos contaron un cuento chino entonces?

—Son muchos factores y estos son muy complejos. Hace seis años Nokia y Ericsson se emocionaron cuando Donald Trump prohibió a Huawei y ZTE. Ellos pensaron: “Qué bien, tenemos el mercado más grande y lo tenemos sólo para nosotros”. ¿Pero qué pasó en Estados Unidos? Que la gente no está queriendo comprar paquetes de 5G, si el operador le cobra más y si no le da valor agregado. Dice el consumidor allá: “¿Para qué quiero 5G, si con 4G lo puedo hacer bien? Y esto que tú operador me estás vendiendo no me da más que lo otro, el 4G”.

La gente está reacia a pagar más dinero por 5G. ¿Qué hicieron los operadores? Pues que cerraron el grifo de la inversión y así fue como empezó la corredera de gente en Ericsson y Nokia. Ellos se comieron el cuento de que con 5G iban a llenar todo Estados Unidos con torres. Está bien, los chinos de Huawei y ZTE los estaban matando y qué bueno que fueron prohibidos, pero a la vuelta cinco o seis años, ¿por qué Nokia y Ericsson están peor que antes? ¿Por qué Huawei está ganando? ¿Por qué vende muy barato o porque está innovando?

Si esto de 5G hubiera sido como dijeron ellos hace ocho o diez años, hoy no estarían los operadores cerrando inversiones, porque el retorno no está dando. Y ya lo estamos viendo también América Latina. Dicen los operadores aquí: “Ya hice la buena inversión en 4G y empecé en 5G, pero le bajo tantito hasta ver cómo se recupera lo que ya invertí”.

—¿Qué propuesta tendría para apurar el retorno de la inversión? ¿Qué hay que hacer con la red 5G, con la que ya está siendo instalada en México?

—Diría que hay que mirar de una vez a las plataformas del consumo digital masivo. Es lo que está arriba de las redes y las redes ya existen. Me provoca pensar ahora en desarrollar y montar una plataforma de salud móvil o una plataforma de localización de mascotas. La tecnología, que aquí sería IoT, y las redes, ya existen.

Mercado sí hay. Me explico: la familia de clase media-baja mexicana, después de pagar las cuentas para llegar a fin de mes, lo más importante es su perro. La gente ama a su perro y es un drama que se les pierda un fin de semana. Pero es muy fácil. Con las redes que ya existen y sensores de IoT, pues saber dónde está el perro. Y en México hay como 20 millones de perros y hay operadores que no tienen ese volumen de clientes.

¿Por qué a nadie, por ejemplo, se le ha ocurrido poner al Doctor Simi en la red? Así, el paciente ni siquiera tiene que moverse, menos salir de su casa y ya hay teléfonos que pueden soportar ese servicio, como el 90% de los teléfonos que hay en México. ¿Cuántas consultas recibe Simi al día? México tiene esa cobertura cubriendo más del 95% de su territorio, las empresas con poder para ofrecer los servicios con valor agregado y el poder de compra necesario, pero hay que despertarlo. A México ya le llegó ese día.

—Entre Telcel y AT&T reúnen más de 100 millones de consumidores… ¿Por qué no lo habrán hecho? El argumento de uno es que el otro no invierte y a la inversa que el ARPU y la dominancia no permiten hacer más aquí.

—Telcel no lo hace porque está muy cómodo, para qué quebrarse la cabeza si está muy cómodo siendo el líder y si los competidores realmente no lo retan. ¿Lo tendría que hacer Telcel? Sí, pero también otros operadores.

AT&T dice que el ARPU no alcanza y que Telcel domina. Telcel sí domina el mercado, pero ver que tu ARPU se cae no es por culpa de Telcel, porque es tu responsabilidad como operador aumentar el ARPU con estrategias de innovación.

—Como inversionista, otra vez, ¿consideraría invertir en México, ante la posibilidad de que el órgano autónomo de telecomunicaciones desaparezca?

—Mi gran temor sería que su conocimiento técnico deje de existir. Más de un inversionista me acompañaría en eso. El asunto es para qué lo quieren desaparecer. Hace unos veinte años, la empresa que teníamos en Venezuela era la mejor, con la mejor tecnología GSM de entonces, con mucha competencia de empresas y con un regulador Conatel controlado a dedo por el gobierno, y estoy hablando de tiempos de Hugo Chávez. Después vinieron otras cosas para ese país, pero eso es otra historia. El objeto es porqué quieren desaparecerlo y por qué México no está siendo ahora como Chile y Colombia, más transparentes.

El tema con México es que es un país con una tradición donde los oligopolios se apoyan en el gobierno para bloquear el acceso al mercado y es donde viene el peligro. Un inversionista me dijo un día: “Yo hago apuestas duras y he llegado a hacer apuestas alocadas. Pero hay una apuesta que no la he hecho, y esa apuesta es México, porque en México tú vas al proceso de licitación y las cartas ya están marcadas”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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