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CMIC prevé alza de gasto en obra, pero efecto limitado
El impulso a la inversión proviene de los proyectos emblemáticos del gobierno, en los que la participación de los constructores nacionales es limitada, lamentan.
La inversión en infraestructura propuesta para el 2021 en los sectores de energía, comunicaciones y transportes, hídrico y salud suma 365,857.3 millones de pesos, lo que representa un incremento del 5.7% en términos nominales (y 2.2% en variación real), respecto a lo asignado para el presente año, por lo que prevé nuevamente que el gasto será restringido e insuficiente para atender los rezagos en la materia, afirmó Eduardo Ramírez.
Sin embargo, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) consideró que en el contexto actual son cifras razonables porque se esperaba “algo peor”.
“El aumento que se observa en el proyecto de presupuesto para nuestros sectores estratégicos resulta muy menor respecto al apoyo que se quiere dar a los megaproyectos del gobierno federal, como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas o los bancos del Bienestar, pero lo más relevante es que otra vez nos podemos quedar lejos de que la inversión en infraestructura represente el 7% del PIB que sugiere la Cepal. Al igual que este año se rondará el 2.6%”, comentó.
El representante empresarial refirió que, en un análisis elaborado por el Observatorio de la Industria de la Construcción, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) planea destinar 29,154.2 millones de pesos en el desarrollo de infraestructura, el 9.2% menos que lo asignado este año en términos nominales y el 12.2% en valor real, a pesar de que para el tren México-Toluca se quieren destinar 7,000 millones de pesos, que es un aumento del 133.3% de lo que se le presupuestó para el 2020.
“La SCT ha licitado durante este año poco más de 2,500 contratos y con menos recursos la afectación se verá en el 2021, principalmente a las constructoras pymes que son quienes tienen más oportunidad de trabajar en tareas de mantenimiento o conservación carretera. Esperamos que en la próxima discusión del proyecto podamos tener buenos resultados y aumente el presupuesto. El sector sigue en pésimo momento”, dijo. Como un elemento adicional al análisis del proyecto presupuestal, el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) refirió que hay un componente político electoral porque se privilegia el desarrollo de infraestructura en entidades que cambiarán gobierno el siguiente año.
Inversión privada la opción
Para el titular de la CMIC, la única alternativa que tiene el país para atender los rezagos que existen ante la falta de obra pública es apoyarse del sector empresarial, con reglas claras, transparencia y utilizando los mecanismos legales que existen
“No debemos perder más tiempo, necesitamos apostar a concesiones y procedimientos estratégicos con la participación privada. Hay que dar muchas facilidades para que se ejecuten obras de todo tipo: autopistas, plantas de tratamiento y gestión de agua o generación de energía. Sabemos que el gobierno no se quiere endeudar con estos temas, pero hay opciones totalmente viables que hay que ver, incluso ya tienen una propuesta que hicimos al respecto”, agregó Ramírez.
Cuestionado sobre el reciente fallo desierto del tramo 5 del Tren Maya (por parte del Fondo Nacional de Fomento al turismo, Fonatur), que se haría con una modalidad de asociación-pública privada, dijo que no se trata de “tener miedo” sino de explicar cómo funcionan y elegir la mejor alternativa, porque en dicho caso se planeaba pagar en 18 años con recursos del servicio de carga.
Hay que dejar bien claro cuál es la fuente de pago, refirió el empresario, porque hay muchos empresarios interesados en invertir con reglas claras y sin generar deudas al gobierno, por eso insistimos que las concesiones son una alternativa que desde ya nos pueden generar beneficios.
alejandro.delarosa@eleconomista.mx