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El mercado femenino, aún desatendido

Si se observa la gama, las opciones existentes, ya sea tipo afrodisiacos o para disfunciones sexuales (disfunción eréctil o eyaculación precoz) se dirigen ante todo al segmento masculino.

Si se observa la gama, las opciones existentes, ya sea tipo afrodisiacos o para disfunciones sexuales (disfunción eréctil o eyaculación precoz) se dirigen ante todo al segmento masculino.

No existe aún alternativa para las disfunciones femeninas, que también las hay. El laboratorio alemán Boehringer Ingelheim estuvo muy cerca de lograr una molécula para el trastorno del deseo sexual hipoactivo, es decir, la inhibición del deseo o líbido dormido, una disfunción igual o más generalizada que la eréctil de los varones. Invirtió millones de dólares en estudiar la flibanserina, como se llamó a dicha molécula.

Cuando el año pasado ya se daba prácticamente por hecho que saldría al mercado y los sexólogos la esperaban, la Federal Drug and Administration (FDA) -el regulador sanitario de EU que rige las autorizaciones médicas a nivel mundial- a últimas fechas ha tomado un tono más estricto con los laboratorios.

La farmacéutica alemana ya ubicaba a la nueva terapia como una próxima estrella taquillera, dada la evidente necesidad de esta opción para las mujeres, pero al ver que se alargaría el proceso, quizá por años, decidió no invertir más dinero. No veía la certeza de una autorización, de modo que ya no quiso asumir el riesgo.

La flibanserina -que ya se le llamaba el Viagra femenino - fue la opción terapéutica más cercana que iba dirigida a la satisfacción sexual de la mujer, pero desafortunadamente quedó en el camino y no llegó a ser medicamento.

Oportunidad de mercado la hay. Son diversas las necesidades de opciones médicas para disfunciones sexuales en la mujer. Los sexólogos las tienen ubicadas: desde la preorgasmia (es cuando se siente que el orgasmo ya viene pero nunca acaba de llegar; digamos que el síndrome del ya merito); la anorgasmia (la ausencia de placer orgásmico), hasta el vaginismo (contracción involuntaria de la vagina) y la dispareuna (dolor en el coito).

Lo que faltan son alternativas terapéuticas para atenderlas.

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