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Empresario gana batalla de 23 años contra el gobierno para lanzar una radio FM en Playa del Carmen
El IFT entregó una concesión de radio FM a un empresario que originalmente la solicitó en el año 2000 a la entonces SCT, pero esa dependencia olvidó dar seguimiento a la petición y entonces detonó un litigió de 23 años que ahora se resuelve a favor del empresario José Pérez Ramírez y que de paso salpicó al prestigio del IFT y a la memoria de la desaparecida Cofetel.
El empresario José Pérez Ramírez tiene hasta la semana del 25 de julio próximo para abonar 1 millón 57,717.47 pesos a la Tesorería de la Federación y luego acercarse al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) con ese comprobante de pago, para que esta autoridad le entregue por fin la concesión de la emisora XHDGM-FM 98.9 MHz de Playa del Carmen, después de 23 años de espera y tras una épica batalla legal contra distintas dependencias del gobierno mexicano.
Pérez Ramírez, empresario de radiodifusión porque opera directamente una estación de radio en Chihuahua y también actor de telecomunicaciones, porque tuvo una red de televisión de paga en Guanajuato, se interesó en operar la 98.9 FM de Playa del Carmen en abril del año 2000, cuando el Estado mexicano publicó en el Diario Oficial de la Federación que había 39 frecuencias disponibles por toda la República para crear nuevas estaciones de radio comercial desde la banda de frecuencia modulada.
El empresario jalisciense y relacionado con el grupo PromoMedios se interesó inmediatamente por esta frecuencia de la Riviera Maya y presentó entonces una solicitud formal al gobierno federal.
José Pérez Ramírez hubiera creado hace dos décadas la primera estación de radio FM de todo Playa del Carmen, pero descuidos de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes por resolver la petición del empresario desde el año 2000, provocaron que José Pérez Ramírez presentara una demanda contra el Gobierno federal en abril de 2011, por el motivo de ausencia de respuesta.
La ahora desaparecida Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) tomó después el caso y negó su respaldo al empresario, pero esta historia en realidad le estalló al Instituto Federal de Telecomunicaciones, sucesor de Cofetel, que con los elementos que le habían traspasado la SCT y Cofetel también negó la concesión al empresario.
El argumento principal del IFT radicó siempre con base en los elementos de Cofetel y SCT. Esas otras dos autoridades defendían que el empresario no presentó, en su oportunidad, información adicional necesaria que les ayudara a reforzar su validez o negativa al otorgamiento de la concesión, pero Pérez Ramírez argumentó que al no estudiar la solicitud original, la SCT nunca le requirió de esa información adicional. Por este motivo, una de las bastantes instancias legales que registra este caso de 23 años dio la razón a José Pérez Ramírez.
El IFT además sumó al engrose de esta historia que la existencia de un nuevo esquema regulatorio en la entrega de concesiones de espectro, derivado de la reforma estructural de telecomunicaciones del año 2013 que a su vez suprimió a la Cofetel y dio origen al mismo IFT, indica que la adjudicación de frecuencias comerciales en México se realiza por medio de licitación pública de espectro o por la compraventa de una señal a un actor ya establecido.
Esta determinación del IFT fue combatida en distintas instancias del Poder Judicial por José Pérez Ramírez, con reveses y victorias para el empresario en una historia que ya apunta a ser irrepetible en la radiodifusión mexicana por el abultado número de recursos legales que presentaron las partes una contra otra.
Si bien el IFT tenía la razón en su argumentación para negar la concesión de espectro FM al empresario, ésta también le asistía a José Pérez Ramírez, que había presentado su solicitud al Gobierno federal en el año 2000 y apegado a la normativa de entonces.
Por ello, un juez dio la razón definitiva al empresario y obligó a un IFT todavía renuente a entregar la concesión, según cuenta la resolución P/IFT/180516/226, a hacer nuevos análisis y valorar la entrega de la emisora:
Se procede a conceder el amparo al quejoso José Pérez Ramírez, para el efecto de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones deje insubsistente la resolución aprobada el 25 agosto de 2015, mediante el acuerdo P/IFT/250815/390, y con libertad de jurisdicción emita una nueva decisión respecto de la solicitud de concesión efectuada por el justiciable, ciñéndose a lo previsto en la Ley Federal de Radio y Televisión, vigente a partir del 28 de enero de 1970 y hasta el 12 de abril de 2006, en lo ateniente al otorgamiento de concesiones para uso comercial”, ordenó un tribunal colegiado.
El 7 de junio pasado, el IFT aprobó mediante su resolución P/IFT/070623/230 entregar la estación XHDGM-FM 98.9 MHz de Playa del Carmen a José Pérez Ramírez y le concedió un plazo de 30 días hábiles para aceptar y pagar el monto de la contraprestación por casi 1.06 millones de pesos que también validó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Si Pérez Ramírez acredita en ese plazo el abono ante el IFT, podrá explotar una frecuencia clase A de radio FM por 12 años y con alcance de 25 kilómetros desde Playa del Carmen.
En el año 2000, Playa del Carmen era un poblado de 3,000 habitantes. La industria del turismo disparó su población en dos décadas, porque el IFT reconoce que la 98.9 FM tendrá un mercado potencial de 392,462 personas.
Playa del Carmen es un mercado con seis estaciones de radio con operación directa allí y la de José Pérez Ramírez sería la séptima en transmitir también de manera directa para esa plaza.
En el año 2017, otro operador ganó la operación de la frecuencia 96.1 FM de Playa del Carmen, tras pagar 11.5 millones de pesos como contraprestación.
En tanto José Pérez Ramírez abone su contraprestación respectiva y el IFT haga público el título de concesión de esa estación, se conocerá si el empresario estará en posibilidad de vender la emisora al tercer año de su operación y por una cantidad muy superior a los 1.06 millones de pesos que hoy le requiere el regulador para empezar a transmitir.