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Gobierno prevé inversión de $60,000 millones para coquizadora en Tula
El presidente López Obrador supervisó el reinicio de la obra que se planteó desde hace dos sexenios y que tuvo a su cargo Odebrecht.
Con una inversión de 60,000 millones de pesos, Petróleos Mexicanos (Pemex) concluirá en el 2023 la instalación de la planta coquizadora para tratamiento de crudo, transformación a combustibles de alta calidad y desecho de residuales en la refinería de Tula, Hidalgo, obra que desde 2012 ha recibido presupuesto y en la que sólo durante el sexenio pasado se proyectaron más de 90,000 millones de pesos sin que se terminara la obra adjudicada directamente a la brasileña Odebrecht y que fue parte del entramado de sobornos lava jato por el cual se encuentra en prisión preventiva el ex director de Pemex, Emilio Lozoya.
El fin de semana, el presidente acompañado de la titular de Energía, Rocío Nahle, y el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, acudió también a la supervisión de las obras de rehabilitación de la refinería de Salamanca, en Guanajuato, donde aseguró que se han destinado 5,200 millones de pesos luego de que de pesos para la rehabilitación de este centro, trabajo que también fue adjudicado de manera directa a Odebrecht y quedó inconcluso en el sexenio pasado.
“Cuando llegamos al gobierno esta refinería tenía una capacidad de procesar 90,000 barriles diarios, ya este año vamos a estar procesando 110,000 barriles diarios” señaló el mandatario federal. La refinería de Salamanca tiene una capacidad instalada desde su última reconfiguración de 245,000 barriles, con lo que se encuentra operando a menos de 45% de su capacidad.
En tanto, según el presidente Andrés Manuel López Obrador, la nueva planta coquizadora de Tula quedará lista en 2023 y así se alcanzará la autosuficiencia en consumo de combustibles automotrices porque además estará lista la modernización de las seis refinerías del país y habrá arrancado la nueva planta de Dos Bocas, Tabasco, además de que la refinería de Deer Park, en Texas, será propiedad de Pemex al 100% luego de la adquisición de la mitad a su socio Shell a finales de este año.
“Vamos a tener los combustibles que demanda el mercado interno, es decir, ya no vamos a comprar combustibles en el extranjero”, dijo el presidente López Obrador.
Desde octubre del 2020, se anunció que el mayor de los proyectos energéticos en que las empresas estatales contratarían privados especializados, sería la conclusión de las obras de la nueva planta coquizadora para la separación de productos derivados del crudo y fabricación de combustibles en la refinería de Tula, Hidalgo, que tendría una inversión de 54,705 millones de pesos.
Y ya desde la administración de Felipe Calderón se contemplaba la instalación de este equipo en Tula y que en los últimos 12 años se ha ejecutado presupuesto para licitaciones e inicio de obras que han dejado inconclusas empresas como Odebrecht y Tapia Constructores, señaladas por haber participado en la operación lava jato en México, entregando 10 millones de dólares en 2012 al entonces director de la estatal –que hoy se encuentra en prisión preventiva–, Emilio Lozoya.
El 15 de febrero de 2014, la constructora brasileña obtuvo el contrato para el acondicionamiento del sitio, movimiento de tierras y conformación de plataformas para el proyecto de aprovechamiento de residuales para la refinería de Tula. En noviembre de ese año, también recibió mediante adjudicación directa la Fase I del Proyecto conversión de residuales de la Refinería de Salamanca, Guanajuato, misma que también se reinició este fin de semana y un año después, el 12 de noviembre de 2015, Odebrecht fue elegida por Pemex para llevar a cabo la construcción de accesos y obras externas para el proyecto de aprovechamiento de residuales para la Refinería Miguel Hidalgo.