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Metalúrgica Pescarmona solicita ayuda financiera al gobierno de Argentina

La argentina Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) se convirtió en el primer gran grupo empresarial de Argentina en solicitar ayuda oficial para poder atravesar una grave situación financiera generada por una fuerte caída de su producción y deudas contraídas en el exterior.

La argentina Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) se convirtió en el primer gran grupo empresarial de Argentina en solicitar ayuda oficial para poder atravesar una grave situación financiera generada por una fuerte caída de su producción y deudas contraídas en el exterior.

La holding que comanda Enrique Pescarmona presentó ante la Subsecretaria de Trabajo de Mendoza, en Argentina, donde se encuentra su sede, una solicitud de apertura de procedimiento preventivo de crisis. El argumento fue tener la necesidad de lograr la sustentabilidad de su negocio. Las autoridades provinciales aceptaron el pedido, paso previo para que Impsa pueda reducir su plantilla laboral que actualmente llega a 3,500 empleados.

La semana pasada, se anticipó el plan de Impsa para reclamar auxilio oficial. En ese momento, envió una carta a las autoridades provinciales abrir el llamado Procedimiento Laboral en base a lo que marca la Ley 24,013 y el Decreto 2072/94. Como argumentos, expuso que lo hace con el objetivo de lograr la sustentabilidad del negocio, asumiendo como prioridad la continuidad de la mayoría de los puestos de trabajo, y alineado con las necesidades de producción.

En ese marco, pidió que dicho procedimiento laboral sea abierto bajo los términos regulados por la Ley 24,013 y el Decreto 2072/94. En el caso de la ley argentina citada, establece que antes de comunicar despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, se debe solicitar la apertura de un procedimiento de crisis. Tal cual lo que finalmente ocurrió.

El grupo Pescarmona llega a esta situación a pesar de ser uno de los grandes conglomerados argentinos. Sin embargo, en los últimos años fue mudando la mayor parte de sus negocios a Brasil, donde obtuvo mejores contratos, en especial en el negocio de la energía.

En ese marco, en la carta enviada a las autoridades provinciales informó que sus dos plantas mendocinas trabajan al 40% de su capacidad instalada como consecuencia de haber perdido importantes licitaciones de obras energéticas en el país. También se perjudicó por el freno de obras hidroeléctricas y de emprendimientos nucleares. Esta combinación de problemas afectó su ecuación económico-financiera, que se agravó por la actualidad complicada de los parques eólicos, otra de sus actividades.

Según un cable de la agencia de noticias NA, los principales inconvenientes se registran en la Planta II, la unidad de producción principal de Impsa que fabrica componentes de centrales hidroeléctricas y también de aerogeneradores.

Impsa sufre además conflictos con algunos de sus emprendimientos en el exterior. En Brasil, por ejemplo, su subsidiaria Wind Power Energía SA (WPE), fue declarada en quiebra por un juzgado de Pernambuco. Sin embargo, otra resolución dejó sin efecto esta medida permitiendo que la empresa siga operando. El conflicto se había iniciado porque WPE, que fabrica aerogeneradores, no había cancelado una deuda con uno de sus proveedores por 10.6 millones de reales.

En el caso de Brasil, el grupo tampoco tiene posibilidades de equilibrar la inestabilidad local con sus negocios en ese país. La obligación de contar con un socio local del país vecino y de construir plantas le impide usar parte de sus establecimientos y personal argentinos para los planes en el mayor mercado del Mercosur. Además, sufre retraso por el pago de obras realizadas en Venezuela y Ecuador.

Como antecedente también se puede recordar que en junio pasado debió postergar el pago de Obligaciones Negociables (ON) clase VIII y IX emitidas en pesos argentinos y dólares. En ese momento, ajustó demoras de carácter administrativo. Y luego de una semana pagó. En septiembre próximo debe cumplir con el pago de otra serie de títulos. Si Impsa tiene intenciones de apalancar el pago de esta deuda deberá solicitar crédito a un grupo de bancos que, como contrapartida, le reclamarán la puesta en marcha de una reestructuración, lo cual implicaría despido de personal.

Actualmente, el grupo negocia con los sindicatos del sector para evitar despidos, aunque los gremios aseguran que la reducción de personal llegaría a, por lo menos 215 puestos de trabajo. La próxima semana está pactada una reunión entre las autoridades provinciales, la empresa y los sindicatos del sector en la sede del ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina. El encuentro será encabezado por el ministro Carlos Tomada, y su par de Industria, Débora Giorgi.

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