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Un viaje y una nueva casa los salvaron de la tragedia del submarino San Juan
Un oficial con una misión urgente y otro abrumado por trámites para la compra de una nueva casa, las historias de dos tripulantes que escaparon a la tragedia del submarino argentino.
Buenos Aires.- Un oficial con una misión urgente y otro abrumado por trámites para la compra de una nueva casa, las historias de dos tripulantes que escaparon a la tragedia del submarino argentino que se presume explotó en el Atlántico Sur con 44 marinos a bordo.
De uno no se sabe su nombre. Zarpó desde el puerto de Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires) a bordo del "ARA San Juan" para patrullar junto a otros 43 tripulantes el mar argentino. Pero al tocar puerto en Usuhaia (extremo sur) recibió el encargo de una misión urgente que lo obligaba a abandonar la nave y partir en avión hacia Perú.
Su lugar lo ocupó un infortunado oficial, hoy desaparecido al igual que sus compañeros en algún punto del Atlántico Sur desde el 15 de noviembre, sin rastros en superficie ni en el fondo del mar.
Los buscan naves y aviones de 13 países y esperan por ellos todos los argentinos.
Dos historias, dos milagros
"Los tripulantes siempre fueron 44. En Ushuaia se desembarcó un teniente que tenía que hacer una comisión en Perú de dos semanas y fue reemplazado por otro oficial de la misma especialización, Comunicaciones", explicó este viernes el portavoz de la Marina argentina, el capitán de navío Enrique Balbi.
Aunque no proporcionó su nombre, explicó que el teniente "debía viajar en avión urgente a Buenos Aires y luego a Perú".
La Armada no divulgó la nómina de tripulantes del sumergible desaparecido.
Por su lado, medios argentinos dan cuenta de la historia del "tripulante 45", como se lo llamó, indicando que debía viajar con destino a Jujuy (norte de Argentina) por un llamado urgente de su familia debido a un problema de salud de su madre.
Adrián Rothlisberger, es un oficial de 26 años con ocho en la Armada y dos asignados al "ARA San Juan". Debía partir desde Mar de Plata en la misión de patrullaje, pero abrumado por el cúmulo de trámites que demandaba la compra de su primera casa propia, pidió ser eximido del viaje.
"Es un milagro", atina a decir su madre, Sandra Álvarez parada este viernes frente a la entrada de la base naval de Mar del Plata, donde familiares de los tripulantes siguen esperando noticias de sus seres queridos.
Allí escenas desgarradoras se vivieron el jueves cuando la Armada reportó una explosión que se presume provino del submarino.
Adrián no estaba a bordo y hoy está dentro de la base, trabajando.
"Nosotros podríamos estar felices porque esto es un milagro, pero a la vez nos ponemos en el lugar de las otras familias y sabemos que nosotros podríamos haber sido uno de los 44", dice conmovida su madre.
"Le había solicitado a su jefe unos días para realizar trámites para comprar su casa. Eso le iba a demandar gran parte de su tiempo, así que lo terminaron liberando del viaje. Ya tenía sus cosas listas y lo bajaron momentos antes de subir" a bordo, explicó su madre al diario Clarín.
No subió "por cuestión de segundos", relató.
Golpeado por la tragedia de sus compañeros, Adrián, que reside en Mar del Plata, le pidió a su madre que viajara desde Chaco (norte de Argentina) para acompañarlo.
"Mi hijo está fuerte, ellos están preparados para muchas cosas y a pesar de todo tienen que seguir trabajando. No sé qué pasará mañana. Hoy tiene una coraza y saca fuerzas no sé de dónde", dice la mujer.