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Opinión

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Mercado negro sin control de pruebas Covid piratas

En las últimas semanas, dado el desmesurado contagio de Covi19 y la enorme demanda de la gente por confirmar si se contagió o no, se ha detonado en México un fenómeno grave que debería alarmar a las autoridades sanitarias: infinidad de laboratorios pirata instalados en casas, garajes o en carpas en la calle para ofrecer no sólo pruebas rápidas de antígenos sino inclusive la prueba molecular PCR.

Es un mercado negro que se ha expandido en forma acelerada y ante el cual el regulador sanitario tendría que estar vigilante para evitar precisamente el descontrol generado en el rubro de diagnóstico. Es algo serio pues no sólo pone en desbalance los números de contagios, sino que deriva en personas infectadas que estarían recibiendo falsos negativos y andan circulando y contagiando como si nada.

El mercado de laboratorios de diagnóstico es uno de los sectores que le corresponde vigilar a Cofepris, y sí lo hace, pero sólo se concentra en los establecimientos formalmente autorizados a quienes les inspecciona y verifica con lupa todos sus procesos para evitar riesgos sanitarios, y aplicarles multas ante cualquier mínima irregularidad.

Sin embargo hoy el mayor riesgo está con las personas físicas, distribuidores o empresas de otros ramos que se están haciendo pasar por laboratorios sin cumplir protocolos de bioseguridad ni nada. Ofrecen precios más accesibles pero quien los paga no tiene idea de si el personal que toma la muestra está capacitado, de cómo la van a embalar, a envasar o a transportar. Es un verdadero fraude o más bien un robo en despoblado para los mexicanos que en este caso no hay quien los esté protegiendo o advirtiendo que eviten caer con esos prestadores que pueden ser timadores.

Otro aspecto delicado de dicha oferta alterna de pruebas es que muy probablemente están alterando los datos de contagios y generando mayor descontrol de la pandemia.

Al comité científico del Consejo Mexicano de Empresas de Diagnóstico Médico (Comed), que dirige Guillermo Maynez, le han reportado resultados de pruebas absurdas, como el caso de una prueba rápida de antígenos que detectó el virus, la concentración de la carga viral e incluso el tipo de variante, que en ese caso resultó que fue omicrón; pero en la hoja de resultado no indica ni dirección ni dato de contacto del laboratorio emisor. Todo por 1,500 pesos, cuando en la realidad el estudio para detectar variante no es de antígenos -ni siquiera tiene utilidad médica-, es algo mucho más complejo y cuesta no menos de 8,000 pesos.

Otro ejemplo es el certificado negativo de un supuesto laboratorio llamado “Pruebas PCR” que se anuncia en Facebook y que en su hoja de resultados usa los logos del Indre y de Cofepris. Otro es el que ofrece algo sin sentido: la prueba de “PCR por antígeno”; u otra donde al paciente le tomaron muestra nasofaríngea para el antígeno y de sangre para los anticuerpos. Y así por el estilo las aberraciones que ofrecen esos supuestos laboratorios que se extienden sin control por varias entidades.

Comed ha intentado infructuosamente reunirse con las autoridades de Cofepris para reportarle estas y otras preocupaciones en el sector. El problema es la desconfianza de la actual administración hacia el sector privado que en este caso al regulador le impide aprovechar datos que pueden servirle para hacer su labor de vigilancia sanitaria.

También es cierto que los laboratorios de diagnóstico están rebasados ante el inaudito aumento de demanda en las últimas semanas, que en algunos lugares se ha quintuplicado, y el problema es que ya empezaron a escasear insumos para las pruebas.

Simplemente, Comed reporta que entre 1 y 14 de enero sus socios miembros realizaron 120,000 pruebas de antígeno, cuando en todo diciembre habían realizado 15,000, que fue el promedio aproximado en meses anteriores. De pruebas PCR el número se elevó de 9,000 en diciembre a 70,000 en la primera quincena de enero. Pero la solución no es dejar que esa sobredemanda sea cubierta por un mercado negro de prestadores irregulares o ilegales.

Las cifras de Comed son representativas a nivel nacional pues reúne a 81 laboratorios que integran unas 1,000 sucursales con presencia en las 32 entidades de la República.

El Monulpiravir falso de China 

Increíble que ya haya entrado a México la supuesta versión genérica del medicamento anticovid Monulpiravir, cuando el original de MSD recién apenas Cofepris lo autorizó y ni siquiera aún está disponible en el mercado. Entre médicos ya ni es novedad que esto suceda. Se habla de que entró al país de contrabando versiones monulpiravir proveniente de China, y son las que andan ofreciendo en internet o en chats de mamás en WhatsApp.

La Cofepris emitió hace unos días una alerta sanitaria advirtiendo del riesgo de utilizar ese fármaco hecho por laboratorios extranjeros, no autorizado en territorio mexicano.

La buena noticia es que ya dijo AMLO que su Gobierno sí comprará las pastillas anticovid, la mala es que no dijo cuántas dosis. Pero ha de estar interesante la negociación con MSD y Pfizer.

Es importante que al mismo tiempo la autoridad encuentre la manera de acelerar el proceso para hacer disponible el original de MSD a la venta y no sólo dejarle el privilegio de su uso al sector público. De lo contrario seguirán los incentivos para adquirir las versiones irregulares no autorizadas que ya están circulando en el mercado negro. Nos dicen que MSD, dueña del fármaco-, le dio licencia de producción del genérico desde hace meses a un laboratorio de India, y en Nueva Delhi ya se repartía en la última ola de contagios como parte del "paquete farmacológico" a la población de parte de aseguradoras privadas.

Los números descontextualizados de Alcocer

El discurso triunfalista del secretario Jorge Alcocer reportando en la mañanera millones de entregas contrasta por completo con la realidad que se sigue imponiendo: otra vez se les vino el tiempo encima y andan adquiriendo al cuarto para las doce y bajo presión lo que debieron haber comprado hace 6 meses. Increíble que asegure que está garantizado el abasto de medicamentos y material de curación para el primer trimestre, cuando estamos en enero y apenas en enero los están adquiriendo. Habla de millones de medicamentos repartidos, pero son los rezagados del año pasado, y al hacerlo sin contexto, sus palabras dan la apariencia de que el problema está resuelto cuando en los hechos se sigue extendiendo el caos en las distintas compras: tanto la de Insabi que terminó con alta proporción de claves desiertas y ahora anda forzando a proveedores para modificar las ofertas sin respetar Insabi su propio fallo, como la de UNOPS cuyo fallo se conocerá este viernes de una compra realmente pequeña que no cubre las necesidades. Y por su lado, las instituciones y hospitales previendo que se repetirá el caos, andan buscando y haciendo pedidos como locos para no quedarse sin insumos en los siguientes meses. Si usted pensaba que la situación no podía estar peor, agárrese porque aún no lo ha visto todo.

maribel.coronel@eleconomista.mx

Comunicadora especializada en temas de salud pública e industria de la salud. Cursó la maestría en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM. Forma parte de la iniciativa www.HospitalsinInfecciones.com. Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, plataforma de contenidos sobre salud femenina.

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