Sin Tren Maya no hubo Llaves de la CDMX para los Reyes de Suecia

La diplomacia es un lenguaje universal, pero también refleja el desarrollo y el interés de un Gobierno por el mundo.

El salón Terraza Chapultepec del hotel JW Marriot fue un escenario más del descuidado trato dado a los Reyes de Suecia por parte del Gobierno del presidente López Obrador.

La cita fue el martes 12 de marzo a las 19 horas.

Entre los códigos diplomáticos de la Corona Sueca se encuentra una cena ofrecida a autoridades del país anfitrión.

En esta columna escribí la semana pasada que el presidente López Obrador avisó con tiempo que no asistiría al evento ofrecido por el Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia y la Reina Silvia.

AMLO, posiblemente cree que asistir a una cena en compañía de reyes equivale a traicionar a su pueblo. Son las percepciones al margen del Estado o el Estado sin diplomacia.

El presidente AMLO, saltándose el protocolo, decidió que Martí Batres leyera un discurso durante el evento. Las condiciones protocolarias de la cena apuntaban a que lo hiciera uno de los tres secretarios de su Gobierno presentes en el salón Terraza Chapultepec: Alicia Bárcena, Alejandra Frausto y Miguel Torruco; Relaciones Exteriores, Cultura y Turismo, respectivamente.

Uno de los momentos estelares de la cena nunca llegó. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México no entregó las Llaves de la Ciudad de México a los Reyes de Suecia. El desdén ocurrió por la cancelación de la postal que tendría el Tren Maya recibiendo a los Reyes de Suecia.

En efecto, en diciembre pasado, un grupo de embajadores mexicanos eliminó ciertas dudas que tenía AMLO sobre la reactivación de la invitación a los Reyes de Suecia en México. “Llévelos al Tren Maya”, le dijeron al presidente mexicano.

Le brillaron los ojos.

Pero regresemos a la cena. Martí Batres reveló su admiración por el sistema de bienestar sueco y por su estabilidad democrática.

Sin embargo mencionó dos mentiras y una imprecisión frente a los Reyes. Dijo que en México han “tomado relevancia (...) la educación y la salud”.

Recordar el elevado costo humano de la pandemia, más de 700 mil muertos y las mentiras del subsecretario de Salud López Gatell, por una parte, y el adoctrinamiento a través de los libros de texto, demuestran lo contrario.

Batres reinterpretó un comercial de Morena: habló de la pensión para adultos mayores, becas para estudiantes.

La imprecisión: “Quiero terminar con esta frase, espero que halaguen a sus oídos. Cuando aquí queremos presumir una buena política social, una buena política de bienestar, decimos “casi como en Suecia””.

Dinamarca no es Suecia. El presidente AMLO tuvo como modelo a seguir en política de salud a Dinamarca.

A estas alturas del sexenio, y en política exterior, se entiende que Martí Batres ya no logre distinguir entre Suecia y Dinamarca.

El retroceso en política exterior de México en los últimos seis años queda reflejado en el desinterés que tuvo AMLO en la visita de Estado que él mismo ofreció a los Reyes de Suecia.

AMLO demostró que le faltaron horas-gimnasio en diplomacia. Nunca mostró públicamente protocolos para diferenciar las visitas de trabajo con las de Estado.

Nunca le dijeron al presidente el nuevo papel de las monarquías en el siglo XXI: soft power. El poder blando para atraer inversiones, por ejemplo.

México, en el presente sexenio, no trabajó por el poder blando. La imagen del país en el exterior es coaccionada por el narcotráfico.

Pudimos aprender de la visita de los Reyes de Suecia, pero sin Tren Maya, no hubo Llaves de la CDMX.

@faustopretelin