Inversión, empleo y crecimiento económico

En los últimos días del sexenio que acaba de terminar, la secretaria de Economía dijo: “Dejamos mapa y diagnóstico de lo que debe ser la política industrial. Es un tema que le importa mucho a Sheinbaum”. 

Paralelamente se hizo el anuncio de una probable inversión foránea de 575 proyectos por 170,644 millones de dólares. Se asocia a los planteamientos de inversionistas y funcionarios del nuevo gobierno en lo que constituye inversión internacional de empresas que están relocalizando sus operaciones. México es una opción debido, principalmente, a que es frontera con Estados Unidos.

De esa intención de inversiones, Estados Unidos representa 40% y se encuentra principalmente en los sectores de la manufactura y en energía.

Los beneficios de esas inversiones son evidentes: más empleo, un crecimiento económico mayor, absorción de tecnología, disminución de la desigualdad económica de las regiones del país.

Pero para que ello ocurra hay problemas que se tienen que resolver. Entre los más importantes está la inseguridad, que es muy grave porque ha permeado en la política, la economía y la sociedad.

Lograr seguridad es quizás el desafío más difícil que enfrenta el gobierno. Pero también el más importante. Otra cuestión es la fragilidad del Estado de derecho. También la falta de infraestructura, la escasez de agua, la ineficiencia burocrática y los problemas de capacitación para tener una mano de obra calificada.

Para México existe una oportunidad para aprovechar el contexto atractivo del nearshoring, lo que implica tomar una actitud activa. Se trata de atraer inversiones, aprovechar la experiencia industrial de los estados que ya tienen una fuerte experiencia manufacturera como son la Ciudad de México, el Estado de México, Chihuahua, Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Jalisco y San Luis Potosí.

Para el éxito de la política industrial mexicana es conveniente compartir su contenido con nuestros principales socios comerciales. Ello en gran medida porque existen tensiones geopolíticas, disrupción de cadenas de suministro, una regionalización del poder político y económico.

El nearshoring está apareciendo como el instrumento para un boom económico sobre todo porque las tendencias económicas para el país, en este y el siguiente año, no son halagüeñas.

Voltaire decía en el siglo XVIII que “sólo los gobiernos pueden elevar o disminuir el nivel de las naciones”. Tenía razón, sobre todo en México en que el gobierno es el conductor de la política de desarrollo económico y social.