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Opinión

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Los sesgos cognitivos afectan tus decisiones financieras (Parte 3 de 4)

Hemos hablado de cuatro sesgos cognitivos muy importantes: el de aversión a las pérdidas, el de status quo, el de anclaje y seguimos con los sesgos cognitivos más relevantes:  

Sesgo de retrospectiva

Este sesgo se produce cuando las personas creen que podrían haber predicho un evento o resultado después de que ha ocurrido. Esto se debe a que la gente tiende a revisar la información disponible después de que ha ocurrido un evento y a reinterpretarla de manera que parezca que era predecible.

En otras palabras, el sesgo de retrospectiva es la tendencia a creer que algo era obvio o predecible después de que ha ocurrido, cuando en realidad no lo era

Un ejemplo de sesgo de retrospectiva es cuando alguien dice “yo sabía que iba a ocurrir", pero después de que sucedió, cuando en realidad no tenía forma de saberlo. Otra forma de verlo es cuando revisamos la información disponible a posteriori y decimos: “ah, claro, era obvio, esto es lo que debí haber hecho”.

Esto puede llevar a que las personas se sientan más seguras de sus habilidades para predecir eventos futuros de lo que realmente son.

Sesgo de disponibilidad

El sesgo de disponibilidad se produce cuando las personas juzgan la probabilidad de un evento o la frecuencia de un fenómeno basándose en la facilidad con que pueden recordar ejemplos o casos similares.

Por ejemplo, si alguien ha tenido un accidente de coche recientemente, es posible que crea que los accidentes de coche son más comunes de lo que realmente son, simplemente porque el evento está fresco en su memoria.

El sesgo de disponibilidad puede llevarnos a tomar decisiones financieras basadas en noticias recientes o en información que está más presente en los medios, en lugar de en un análisis más completo y objetivo de la situación.

También puede llevar a que la gente invierta en un activo cuando ha subido mucho de valor, porque ha subido mucho (entonces piensan que seguirá subiendo de la misma forma y de manera indefinida). Esto puede llevar a tomar un riesgo mucho mayor del necesario y del que pueden tolerar.

Efecto dotación

El efecto dotación es otro sesgo cognitivo que nos lleva a valorar más los bienes que poseemos en comparación con aquellos que no poseemos. Este fenómeno puede ser particularmente perjudicial en el ámbito financiero.

Por ejemplo, si un inversionista tiene acciones de una empresa, es probable que las valore más que si no las tuviera. Esto puede llevar a decisiones irracionales, como mantener acciones que han perdido valor simplemente porque ya forman parte de su cartera, en lugar de venderlas y reinvertir el capital en oportunidades más prometedoras. Este apego emocional a los activos puede resultar en pérdidas significativas a largo plazo.

Interacción de los Sesgos Cognitivos

Es importante destacar que estos sesgos no actúan de manera aislada; a menudo interactúan entre sí, amplificando sus efectos negativos sobre nuestras decisiones financieras.

Por ejemplo, el sesgo de anclaje puede reforzar el sesgo de aversión a las pérdidas. Si un inversionista ha comprado acciones a un precio alto, el precio de compra se convierte en un ancla. La aversión a la pérdida puede hacer que se aferre a esas acciones, incluso cuando los fundamentos de la empresa han cambiado y sería más beneficioso venderlas.

Además, el sesgo de disponibilidad puede influir en cómo percibimos el riesgo asociado a nuestras inversiones. Si hemos escuchado recientemente sobre una crisis financiera o una caída en el mercado, es probable que sobre estimemos la probabilidad de que eso vuelva a ocurrir, lo que puede generar miedo y llevarnos a tomar decisiones excesivamente conservadoras.

Como podemos ver, los sesgos cognitivos pueden tener un gran impacto en la toma de decisiones financieras. Nos pueden llevar a tomar alternativas que no son las mejores o que incluso pueden impedir que alcancemos nuestros objetivos de largo plazo.

Ya hemos aprendido de los sesgos cognitivos más importantes. Esto nos permite reconocerlos. En la cuarta y última parte hablaremos sobre cómo podemos mitigarlos.

El sesgo de disponibilidad se produce cuando las personas juzgan la probabilidad de un evento o la frecuencia de un fenómeno basándose en la facilidad con que pueden recordar ejemplos o casos similares.

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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