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Política

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Dirigencia del PRI, clave rumbo al 2018

Concluidos los comicios de este año, el PRI pasará a la etapa de renovación de su dirigencia nacional, la cual aún es presidida por el mexiquense César Camacho, hombre cercano al mandatario Enrique Peña Nieto.

Concluidos los comicios de este año, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pasará a la etapa de renovación de su dirigencia nacional, la cual aún es presidida por el mexiquense César Camacho, hombre cercano al mandatario Enrique Peña Nieto.

Manlio Fabio Beltrones, el único que buscó la candidatura presidencial junto con Peña Nieto, ahora ha manifestado su interés por buscar ese cargo. César Camacho ha dicho que podría ser en agosto cuando comience el proceso de cambio de dirigencia, ya que éste ocupará un escaño en la Cámara de Diputados.

Para el académico del Tecnológico de Monterrey, Gustavo López, el cambio de dirigencia en el PRI podrá también establecer las condiciones para la selección interna del candidato presidencial, de cara al 2018. Quien mantenga la presidencia del partido va a tener la posibilidad de determinar, en buena parte, el mecanismo para quien llegue a ser candidato (presidencial) , expuso.

López indica que por ello el proceso interno priísta se convertirá en un factor importante de poder.

Fue en marzo del 2011 cuando el Revolucionario Institucional tomó protesta a su último dirigente electo bajo un proceso ordinario de selección. Se trata de Humberto Moreira. A éste le han seguido varios presidentes sustitutos, tras su renuncia en diciembre del mismo año y en medio de las críticas por la deuda heredada en Coahuila, donde fue gobernador. El último presidente sustituto (el cuarto) es César Camacho.

Conforme a los estatutos del partido, la dirigencia del PRI puede concretarse a través de la elección directa de militantes, por una asamblea de consejeros políticos o una asamblea nacional.

El académico del Tec expone que al parecer el tricolor aprendió de situaciones anteriores para no dividirse, y por ello en las subsecuentes nominaciones no ha sido ésa la condición que hubo con Roberto Madrazo, que se enfrentó a Elba Esther Gordillo.

Me parece que (...) hay un conjunto de negociaciones en el sentido de acomodarse (...) y de ubicar los espacios de liderazgo, tanto en el Congreso, como del propio partido y en el Ejecutivo, que permitan a unos u otros grupos, porque hay que ver que éstos son dos grupos (de Peña y Beltrones), pero al final de cuentas hay otros grupos más, que están liderados obviamente por gobernadores o por grupos locales que son fuertes, y en ese sentido la decisión de quién es el presidente del partido es relevante , explica el investigador del Tecnológico de Monterrey.

mauricio.rubi@eleconomista.mx

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