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Escenifican lucha contra el narco
Ante el presidente Felipe Calderón y en un pueblo fantasma escenificado por el Ejército mexicano, los soldados tenían la misión de atrapar a El Padrino, jefe sicario de Los Norteños.
El Saucillo, Chih. Era simulación, pero se parecía a la realidad por la que atraviesa el país. Alrededor de 90 militares se enfrentaban con un grupo del crimen organizado llamado Los Norteños, quienes tenían secuestradas a mujeres de un poblado parecido a las rancherías que hay en México.
Ante el presidente Felipe Calderón y en un pueblo fantasma escenificado por el Ejército mexicano, los soldados tenían la misión de atrapar a El Padrino, jefe sicario de Los Norteños.
La tropa de la Base Aérea Militar número 11 de Santa Gertrudis, Chihuahua, enseñó al Jefe del Ejecutivo las maniobras cotidianas para hacer frente a la delincuencia con armamento real: ametralladoras, lanzacohetes y granadas de calibre 70 mm.
A un lado de Calderón, en el kiosko del pueblo fantasma se apreciaba una narcomanta: Cuello a todo aquel que ponga dedo con los sardos y policías. Atte: El Padrino .
Pese a que las instituciones de seguridad son las más mencionadas en los expedientes de quejas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, durante la escenificación se puso énfasis en que los militares, en ensayos y en la práctica, se apegan a los derechos humanos.
El Presidente, Comandante supremo de las Fuerzas Armadas, quien portaba una chamarra que lo distinguía como tal, preguntaba en todo momento sobre las tácticas, la capacitación y las armas.
Luego de la escena que mostraba a la perfección una iglesia, casas y hasta un hospital para el parto sin dolor , el Jefe del Ejecutivo -acompañado del gobernador del estado, César Duarte- se dirigió al criadero de caballos del Ejército.
Un militar explicó que las crías fuertes se llevan al Estado Mayor Presidencial y a otras instituciones del gobierno federal, las que no sirven para las tareas son donadas a los estados.
Así desfiló Valentina, una potranca de 15 días de nacida y tres yeguas gestantes, que llamaron la atención del Ejecutivo. El militar ponente precisó que el médico veterinario a veces insemina a las yeguas. Así pasó el día el Primer Mandatario por un estado estigmatizado por la criminalidad. Observó las acrobacias de la Fuerza Aérea Mexicana y la escenificación de una lucha antisecuestro; luego visitó a los indígenas que han sufrido por las heladas y para aminorar su vulnerabilidad les repartió despensas, cobijas y chamarras decomisadas a quienes se dedican al contrabando.
trosas@eleconomista.com.mx