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Isla de las aves: llegada al paraíso
Las actividades del calendario 4x4 no pierden dinamismo. Esta ruta se recomienda para conductores con nula experiencia pues su nivel de exigencia es bajo.
El Circuito Nacional 4x4, con el paso de los meses, aumenta sus actividades, poder de convocatoria y número de participantes. En la aventura de esta edición te contaré sobre la visita a un lugar creado por el hombre pero que gracias a sus características climáticas y geográficas, se ha convertido en un sitio predilecto para la fauna de la zona.
Durante el primer cuatrimestre de 2021 se han organizado más 10 rutas en diferentes estados del país. Cada uno tiene atractivos especiales como el nivel de dificultad de la propia expedición hasta el lugar y sus peculiaridades climáticas como el frío extremo, lluvia, el calor del desierto o la humedad de la playa. Sin embargo la constante en cada jornada ha sido el seguimiento de los lineamientos de seguridad y sanidad dictados por las autoridades de salud y la prueba de esta edición no fue la excepción.
A disfrutar de las aves
De esta forma el pasado 4 de abril me dirigí hacia el municipio de San Andrés Timilpan, en el Estado de México para participar en la expedición más fácil y divertida de todo el calendario. El objetivo fue adentrarnos en la Isla de las Aves ubicada en Atlacomulco, y que se trata de una isleta artificial construida en la presa José Trinidad Fabela.
Este parque se declaró como Área Estatal Protegida el 19 de junio de 1980 y está conformado por 3 polígonos que suman una superficie de más de 100 mil m².
Otra de las virtudes de esta ruta es que el lugar se encuentra a solo 90 kilómetros de la capital del estado y las vías de comunicación permiten transitar alejado del tráfico. La Isla de las Aves es perfecta para los niños y jóvenes porque es posible que admiren especies inusuales como gansos, palomas y gallinas de Guinea.
Arrancamos
El equipo organizador de Bosco’s Camp 4x4 estableció como campamento base la Hacienda de la Concepción, en Tepotzotlán, en donde nos reunimos todos los participantes, algunos de nosotros novatos aunque la mayoría con experiencia en estos eventos y conocidos entre sí.
En punto de las 7:30 de la mañana iniciamos el desayuno, y por iniciativa de los organizadores, se intercalaron nuevos participantes con los más experimentados para que resolvieran nuestras principales dudas, conocer más del ambiente y de la dinámica general. Mientras tanto el personal del apoyo de Bosco’s Camp llevó a cabo una inspección técnica de todas las unidades, desde el buen estado del sistema de iluminación, presión correcta de los neumáticos, correcta colocación de los “Beadlock” en los autos que los tenían instalados, hasta inspeccionar que los cristales, principalmente los parabirsas, no tuvieran alguna fractura porque en los ejercicios de todo terreno en donde se dispara la carga torsional, es muy probable que se quiebren por completo lo que comprometería la integridad de los ocupantes.
Debido a las características del terreno y a la humedad de la zona, el énfasis estuvo en seguir las indicaciones y trayectoria del auto líder, ser muy cuidadoso con el acelerador sobretodo para no perder el impulso al pasar por las zonas con mayor densidad de lodo pero sin caer en el exceso lo que podría comprometer la maniobrabilidad y causar un accidente. Fue en ese momento que nos explicaron que el terreno nos aguardaría con un camino mayormente en mal estado debido a la humedad y a la presencia de poca tracción, zanjas escondidas y hoyos profundos así como la presencia de árboles y arbustos muy cercanos al camino. En punto de las 9 de la mañana salimos de la hacienda y tomamos la carretera libre hacia la presa.
Apenas 20 minutos sobre el pavimento y el auto líder salió del camino para tomar terracería. Con todos los vehículos detenidos y en fila procedimos a desinflar los neumáticos hasta las 17 libras, accionar el modo 4H en la caja reductora y comenzar a vivir la aventura.
Tras 8 horas de conducción estoy seguro que los momentos más estresantes los viví al quedar atascado en un banco de lodo al salir de la trayectoria correcta y perder tracción; el segundo fue al cruzar un tramo de la presa en medio del agua y sentir como la corriente por momentos movía a mi vehículo. Y finalmente el tercero fue al atacar una pared con una inclinación de 45 grados en la que fue necesario activar el bloqueo del diferencial trasero, mantener una velocidad constante pero a la vez evitar caer en una zanja o golpear la parte baja del auto con una roca.
Técnica de conducción. Cruce río
Verificar la profundidad de la zona por la que vamos a transitar así como el tipo de piso (arenoso, lodoso, rocoso, etc). En caso de que la profundidad supere los 60 o 70 centímetros es obligatorio contar con toma de aire o snorkel. Antes de sumergirnos, apagar el auto para que el motor se enfrié y no sufra daños por un choque térmico. Al entrar al agua y hasta salir de ella se debe mantener una velocidad constante. Acelerar y frenarse constantemente generará olas que podrían afectar la marcha del auto. Circular en el modo 4L y en primera velocidad. Una vez en tierra firme y seca, presionar constantemente el pedal del freno para retirar el agua del sistema.
marcos.martinez@eleconomista.mx