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Capital Humano

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Las voces ocultas de la innovación

“Hemos creado sistemas enteros que enaltecen y premian la extroversión y la grandilocuencia. Nos gustan los cuentos de los personajes con gran capacidad de mando y demagogia, pero la práctica muestra que muchas veces esas ideas no son más que humo”.

Foto: Especial (Shutterstock)

Foto: Especial (Shutterstock)

Todas las organizaciones viven con una constante exigencia por crecer y mantenerse relevantes, haciendo malabares estratégicos y tácticos para lograrlo, pero en casi todas ellas se ignora que existe un elemento crítico y a menudo subestimado que podría cambiar el juego completamente: el poder transformador de las voces no escuchadas.

Paradójicamente, aunque parece que todos nos esforzamos mucho por fomentar la innovación en nuestros equipos, podríamos estar inadvertidamente sofocando las ideas disruptivas que tanto buscamos con acciones y omisiones muy simples que incluso parecen inocuas.

El problema de las voces silenciadas

Hemos creado sistemas enteros que enaltecen y premian la extroversión y la grandilocuencia. Nos gustan los cuentos de los personajes con gran capacidad de mando y demagogia, pero la práctica muestra que muchas veces esas ideas no son más que humo. Parece que nos es más cómodo asentir y aplaudir a las grandes ideas, que operar proyectos realmente transformadores.

Contrario a lo que podríamos pensar, las ideas verdaderamente revolucionarias que tanto necesitamos para crecer no siempre son gestadas en las mentes de los extrovertidos, los más galardonados, ni siquiera en las de los líderes. Muchas veces, las ideas que pueden cambiar el juego están en los márgenes, en las sombras de las salas de juntas, en los espacios operativos que no se consideran en las reuniones de consejo, o en una cámara apagada y silenciosa.

La próxima gran innovación de tu empresa podría estar desarrollándose (y desaprovechándose) justo ahora en las opiniones que raramente se escuchan”.

Recuerda cualquier sala de juntas típica. Los extrovertidos, con su energía y entusiasmo, dominan la conversación. Sin embargo, en un rincón tranquilo, hay una presencia más reflexiva: alguien más introvertido que escucha, procesa y analiza, levantando la mano en pocas ocasiones o sólo cuando alguien quiere una opinión experta o un dato particular.

En muchas organizaciones, las reuniones se convierten en un teatro donde se simula la participación y la colaboración, pero en realidad, las ideas innovadoras se mantienen en silencio porque requieren cambios completos en la mentalidad y no siempre contamos con el contexto o la valentía adecuada para gestarlas.

El poder de la diversidad de pensamiento

Un minuto de silencio por las ideas que nacieron en las mentes de personas poco escuchadas y que pudieron transformar una empresa, incluso una industria, pero que murieron pronto porque estaban en un espacio con poca seguridad y con poca confianza.

La ciencia y la práctica ya han comprobado que la seguridad psicológica es un factor crucial para la efectividad de cualquier equipo. Si queremos dar lugar a que todas las voces sean escuchadas, hay que empezar por la nivelar el entorno.

Un ambiente donde los colaboradores se sienten seguros para tomar riesgos y ser vulnerables es fundamental para el nacimiento de ideas innovadoras. Cuando fomentamos espacios donde todos se sienten cómodos para compartir sus pensamientos sin ser juzgados a priori, no sólo enriquecemos las discusiones, sino que también expandimos las posibilidades para la innovación al permitir romper el status quo de forma segura.

En la práctica, muchas políticas de puertas abiertas resultan ser solo teóricas, con barreras jerárquicas y una cultura de conformidad que a menudo convierte la comunicación abierta en una farsa casi mediática. La apuesta es demasiado grande, necesitamos transformar la mentalidad de forma radical.

Nada es más peligroso que la complacencia, pues es el primer paso hacia la obsolescencia. Es cada vez más común ver empresas que logran cierto nivel de éxito y se acomodan en sus nichos, enlenteciendo sus procesos con burocracia, redundancia y protecciones que tarde o temprano, terminan matando sus posibilidades de crecer.

La diversidad de pensamiento es un tesoro invaluable que debe ser cuidadosamente cultivado. Esto va más allá del componente cultural de abrazar la diversidad como una moda. Tiene un aspecto muy estratégico.

Hacia una cultura de innovación inclusiva

Es de vital importancia empezar por valorar cada voz en el equipo, especialmente aquéllas que tienden a ser más reservadas, pues en los más observadores, en los más callados, o simplemente aquellos que están realmente tratando de solucionar día a día los problemas del cliente es de donde pueden venir las transformaciones más redituables; ahorros en procesos, automatizaciones, optimizaciones, cambios en los modelos de negocio, apertura de nuevos canales, etc.

Cuando los introvertidos y los extrovertidos tienen la red cultural adecuada para trabajar juntos se crea una sinergia única. Los extrovertidos aportan energía y pasión, mientras que los introvertidos mantienen la reflexión y la profundidad. Esta combinación es perfecta para la innovación, generando y perfeccionando ideas a través de un equilibrio de entusiasmo y análisis.

Para lograr aprovechar esta fuerza, es fundamental seguir entrenando y nutriendo un liderazgo que inspire confianza y se abra a todas las ideas, sin importar su origen.

Los líderes que practican la escucha activa y valoran cada contribución crean un entorno de igualdad, respeto y colaboración avanzada. Esta actitud no sólo eleva la moral del equipo, sino que también refuerza una cultura de respeto mutuo y colaboración, lo que a la larga se transforma en una cultura de alto rendimiento y una marca empleadora de gran reputación.

Un llamado a la acción

Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad y la oportunidad de remodelar nuestras interacciones, nuestras reuniones y nuestro enfoque hacia la innovación.

Al dar un paso atrás y considerar cómo podemos incluir más voces en el proceso creativo, no sólo enriqueceremos nuestra cultura organizacional, sino que también desbloquearemos un potencial innovador previamente inimaginable.

Las voces suaves y reservadas son un catalizador para el cambio y la innovación. El verdadero desafío radica en alterar la dinámica de poder y comunicación en nuestros lugares de trabajo para cultivar un ambiente donde la colaboración genuina no sea sólo la norma, sino la base de nuestra estrategia de innovación.

La próxima vez que te encuentres en una sala de juntas, o planificando el futuro de tu empresa, recuerda: la próxima gran innovación podría estar esperando ser escuchada en el susurro de una voz que aún no ha tenido la oportunidad de hablar. Es hora de escuchar.

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