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Desacelera el crecimiento del crowdfunding inmobiliario; plataformas anticipan cambios regulatorios
El sector tuvo un incremento anual de casi 100% en términos de recaudación durante el 2020; para el 2023, el crecimiento fue de sólo 30%, con respecto al 2022
Las altas tasas de interés, el desconocimiento por parte de desarrolladores e inversionistas y las limitaciones de la Ley Fintech, surtieron efecto en la operación de las plataformas de crowdfunding inmobiliario durante el 2023.
Con base en datos de la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (Afico), Iván Carmona, cofundador de 100 Ladrillos, compartió que, en el 2020, el sector tuvo un incremento anual de casi 100% en términos de recaudación; sin embargo, en el 2023, el crecimiento fue de sólo 30% respecto a lo captado en el 2022.
“Cumplimos nuestras metas de crecimiento, pero no de acuerdo con lo que habíamos tenido hace unos años. Si bien, es cierto que la industria sigue consolidándose, sí vimos menos recaudación”, comentó en entrevista para Econohábitat.
Ignacio Torres, director general de 4S Real Estate, mencionó que el crowdfunding inmobiliario ha avanzado menos rápido de lo que se esperaba, pese a que la penetración en el mercado ha logrado ligeros avances en el último par de años.
En una encuesta realizada por la firma, se encontró que, en el 2022, 8% de los desarrolladores en México mencionó haber utilizado el fondeo colectivo para financiar sus proyectos de bienes raíces; para el 2024, se prevé que la cifra aumente a 15 por ciento.
“El desconocimiento sobre el funcionamiento y la operación de esta clase de plataformas es la causa número uno por la que las empresas de Real Estate en México no utilizan esta alternativa de recaudación, otro factor que influye es la falta de credibilidad”, añadió Torres.
Desde el punto de vista de los inversionistas, según Carmona, el 2023 fue un año complicado debido a que las tasas de referencia del Banco de México se mantuvieron altas, lo que desincentiva la inversión del público en general, ya que se ve más atraído al ahorro de su dinero o a la inversión en Cetes.
Para el 2024, se espera que las tasas de interés se mantengan estables, lo que permitiría que las plataformas de fondeo colectivo para bienes raíces avancen a doble dígito, con un aumento anual de entre 40 y 50% en términos de recaudación, añadió el experto.
Por su parte, la meta de 100 Ladrillos es recaudar hasta 500 millones de pesos al cierre de este año; 70% de los recursos se destinarán al sector industrial, 15% al segmento residencial vacacional, y 15% a comercial y oficinas.
Modificaciones a la ley
Si bien, la Ley Fintech ha sido pieza clave para dar certeza en el mercado de crowdfunding inmobiliario en México, también ha sido una limitante para el crecimiento de este. No obstante, se prevé que este 2024 se materialicen algunos cambios en la regulación que puedan destrabar al sector.
En primer lugar, Carmona indicó que la intención de la Comisión Nacional Bancaria de Valores (CNBV) es que termine la espera de todas las plataformas de fondeo colectivo, que actualmente operan en el octavo transitorio, con lo que recibirán la autorización o negativa para operar oficialmente.
Por otro lado, se anticipa la modificación a los límites de financiamiento que establece la Ley Fintech. Hoy en día, las plataformas pueden fondear proyectos con un valor máximo de 40 millones de pesos, aproximadamente, y no se puede realizar más de una campaña de recaudación de recursos para un mismo inmueble o desarrollador.
“Esto nos limita de realizar un parque industrial de gran escala, por ejemplo; pero nos gustaría ser más atractivos para grandes desarrolladores. Creo que la autoridad ya lo comprendió y este año podríamos escuchar buenas noticias al respecto”, declaró el cofundador de 100 Ladrillos.
En palabras del experto, un monto que podría hacer más atractivo al crowdfunding inmobiliario es de 500 millones de pesos en adelante. Asimismo, agregó que una de las propuestas con mayor potencial es permitir un esquema similar a un crédito revolvente, con lo que el monto podría pasar a segundo término, ya que las empresas constructoras podrían acceder a más de un financiamiento por proyecto.