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“Si usted no celebra las cosas pequeñas, no se asuste cuando tenga síndrome del impostor”: Sylvia Ramírez

Lo único peor de no tener metas es tener metas imposibles, destacó la especialista en felicidad durante su participación en World Business Forum (WOBI) 2022.

Los antónimos de la felicidad son: la autocompasión y el perfeccionismo, destacó Sylvia Ramírez.

Los antónimos de la felicidad son: la autocompasión y el perfeccionismo, destacó Sylvia Ramírez.Elizabeth Meza Rodríguez

Celebrar cada logro, así sea pequeño, es fundamental para crecer; personal y profesionalmente, porque al sumar cada cosa que se realiza es posible llegar a una meta, dice Sylvia Ramírez, consultora de felicidad.

Durante su participación en World Business Forum (WOBI) 2022, Sylvia destacó que uno de los principios fundamentales para alcanzar la felicidad es celebrar los logros, ya sean grandes o pequeños, de no hacerlo uno se puede autosabotearse y caer en el síndrome del impostor, es decir ser incapaz de reconocer los logros.

“Si usted no se acostumbra a celebrar las cosas pequeñas después no se pregunte por que esta sufriendo el síndrome del impostor”, destacó.

Por ejemplo, un científico que lleva toda la vida trabajando en una investigación y no celebra los pequeños hitos, cuando logre un gran descubrimiento no sabrá reconocerlo, se dirá: “pero si no soy tan bueno”.

Para Sylvia, los antónimos de la felicidad son: la autocompasión y el perfeccionismo, pues el problema del perfeccionista es que los logros le recuerdan todo lo demás que no está haciendo y por eso no puede ser feliz, y “esa noche se acuesta a dormir derrotado”, aunque haya alcanzado sus metas.

No te fijes metas imposibles

Sylvia detalla que otro de los principios de la felicidad es fijarse metas imposibles, pues dentro de cada persona existe un autosaboteador de metas, que tiene la finalidad de trazarse metas imposibles, lo cual termina con la felicidad.

“Lo único peor de no tener metas es tener metas imposibles”, destaca la especialista, pues son una barrera para el crecimiento, por ello recomienda fijarse metas ambiciosas y que sean posible de alcanzar.

El tercer principio de la felicidad es entender que es imposible tenerlo todo. Si bien es cierto que la felicidad no está peleada con el éxito, la realidad es que es imposible tener una vida perfecta.

Idealizamos la vida como un cuento de hadas: el príncipe, la familia feliz y un hogar de ensueño, pero la realidad es diferente, claro que se pueden tener esas cosas, pero no son como se pintan en los cuentos.

Por ello hay que preguntarse ¿cuál es la mejor vida que alguien como yo a vivir?, porque muchas vemos la vida de los demás y queremos ser como ellos, cuando debemos buscar nuestra propia felicidad, sin compararse.  

Editora El Empresario. Periodista especializada en emprendimiento, pymes, creación de negocios, management y liderazgo. Desde el 2017 coordina El Empresario

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