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Grupo Argos pondrá su capital en la Alianza del Pacífico

El principal grupo empresarial colombiano cuenta con una bolsa de 15,00 mdd para invertirlos en proyectos energéticos en México, Chile, Perú y eventualmente en Centroamérica, tras desistir en la puja por la eléctrica colombiana Isagen, Argos apostará la alianza continental

El plan del Grupo Argos es desahogar a través de su filial Celsia su apetito inversionista en el mercado energético. Los planes del holding se despertaron con la posibilidad de adueñarse de Isagen, cuya subasta continúa suspendida mientras el Gobierno analiza una demanda de nulidad presentada.

El presidente del grupo, José Alberto Vélez, aseguró que tras desistir de la puja por la estatal debido a que el negocio resultaba poco rentable para sus accionistas, ahora Argos evalúa invertir en otros mercados. Así, existe la posibilidad de invertir hasta 1,500 millones de dólares en el sector eléctrico. Las (oportunidades) las hemos venido profundizando en México, Chile, Perú, y varios países de Centroamérica .

¿En qué han invertido el presupuesto que tenían destinado para competir por Isagen?

Primero, los recursos estaban en inversiones de portafolio que seguimos teniendo en Bancolombia, Grupo Sura y Grupo Nutresa. Teníamos capacidad de endeudamiento con Celsia y su filial Epsa. Y había generación de caja, pues los Ebitda del grupo y los de Celsia son los suficientemente robustos. Pero nos retiramos porque no daban las cuentas en la rentabilidad que el Grupo prevé para sus accionistas. Hemos venido profundizando posibilidades de inversión en el sector eléctrico lideradas por Celsia y Epsa.

Hay un potencial muy importante en general en países que están entrando en reformas como México, Chile y Perú, de la Alianza del Pacífico, y en centroamericanos donde el grupo tiene presencia de alguna manera. De hecho ya invertimos en Honduras y Panamá. No hay nada en concreto, pero sí miramos posibilidades de distintos tamaños en generación, distribución, hídricas, térmicas, eólicas, energías renovables, solares. Hay buen potencial que nos permitiría, diversificar más el riesgo del sector eléctrico, ya que no estamos en Isagen.

¿Cuál sería el primer destino para esa inversión?

De primero podrían estar los países del Pacífico y el Caribe mencionados, y el último en la fila podría ser México porque está apenas haciendo reformas. Los otros tienen ya una estructura legal mucho más sólida. Colombia es uno de los mejores en el sistema eléctrico de la región -México quiere copiar- con inversionistas internacionales, Aes es dueña de Chivor; del orden municipal, como EPM o la EEB; extranjeros, como Emgesa, y locales privados nacionales como Celsia.

¿De cuánto es el presupuesto para salir de compras por la región?

Podemos hablar de entre 1,000 millones y 1,500 millones de dólares, recursos provenientes de Celsia y Epsa, que esperamos en los próximos 12 meses poder consolidar en esas economías.

¿Está completamente descartada Isagen?

Sí. No fue una decisión política, sino muy serena, basada en temas financieros de retorno al capital invertido que para otros potenciales inversionistas no son los mismos y lo pueden hacer, pero para nosotros no.

¿En Estados Unidos cómo será el crecimiento?

Estamos en un par de negocios intensivos en capital, energía y cemento. Estamos viendo la posibilidad de expandir nuestras plantas de Sogamoso y Cartagena. En Estados Unidos estamos trabajando en incrementar la capacidad de la planta en Carolina del Sur. La ampliación de Colombia no la tenemos en cifras, pero la de Carolina del Sur es una ampliación de 100 millones de dólares.

¿Planean adquirir más activos, en caso de que Holcim y Lafarge, o ambas, desinviertan en algún país de la región?

Hemos estado mirando en qué países tienen duplicaciones. En Centroamérica no las tienen. Pueden tener en México, donde entraríamos a mirar, si se da; algunas en Canadá, que hace parte de la geografía, nos interesan igualmente; en Brasil, sin duda; y en Ecuador, que también hace la pena mirar.

¿Planearían alguna asociación en algunos mercados, teniendo en cuenta que se está cocinando una gran competencia?

No lo hemos pensado. Es una fusión interesante. Con esas compañías hemos hecho adquisiciones. Son muy serias, y lo que han dicho es que la fusión les genera sinergias positivas.

¿Pero no les afecta?

No. De hecho Holcim está en Colombia, competimos de igual a igual, y en Estados Unidos también. Hace 10 años, Cementos Argos era débil desde su participación del mercado porque era sólo Colombia y si nos atacaban aquí éramos quienes sufríamos. Hoy estamos en diversos mercados y eso nos da la ventaja de tener el riesgo mucho más diversificado.

¿Cuál es la posición del Grupo Argos frente a la investigación en contra de su filial y otras empresas del sector cementero, por una presunta cartelización?

Hay industrias que por su naturaleza son oligopólicas, porque tiene unas barreras y es de alto capital. Ocurre en cemento, petróleo y energía. Son de pocos jugadores. La última investigación de la Superintendencia de Industria y Comercio se da por una presión de medios, que dicen que el cemento de Colombia es el más caro de Latinoamérica.

Eso es falso porque nunca se ha vendido en dólares, el dólar no es la moneda de referencia del cemento. Se vende en pesos colombianos, en soles en Perú y en pesos chilenos. No tenemos nada que ocultar, temer ni decir distinto a cómo hemos actuado; hemos utilizado todos los mecanismos permitidos por la ley. En ese proceso estamos absolutamente tranquilos de que la Superintendencia no encontrará motivos para sancionarnos.

¿Cómo van las operaciones del grupo en los mercados inmobiliario, puertos y carbón?

Son negocios muy interesantes en la medida en que Argos no estaba en el portuario. Este va muy bien, pero va ligado mucho al comercio exterior colombiano. En inmobiliario estamos trabajando en portafolios de oficina, bodegas comerciales y que incluso puedan llegar a la bolsa de valores.

El segundo potencial de este mercado es el desarrollo de tierras propias de Argos y de terceros, pero no queremos ser constructores y competir con los clientes del cemento, sino vender los lotes a las firmas para sus proyectos. Y el carbón es un negocio en dificultades. El nuestro es muy pequeño, no es ni siquiera material para lo que tenemos, y desde el punto de vista de precios, seguridad industrial de las minas y ambiental es bastante cuestionado en el mundo.

nlb

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