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Bonos sostenibles, incipientes en LatAm

Para el primer semestre de este año, lo invertido en proyectos sostenibles en el mundo suma 75,000 millones de dólares, a pesar de la crisis sanitaria.

Debido a que el financiamiento sostenible en América Latina ha sido limitado y es un mercado incipiente, hay potencial para comenzar a observar un repunte en la actividad en los próximos años, coincidieron panelistas en el marco del Congreso Hispanoamericano de Inversión Responsable, organizado por ALAS20, Centro RS, Governart, Principios de Inversión Responsable (PRI) y Vigeo Eiris.

“El mercado de bonos sostenibles es joven en Latinoamérica, pero con mucho potencial para crecer, pues cada día se ve a más empresas interesadas en implementar una estrategia de sostenibilidad y un compromiso social contable, lo cual indica que se convertirá en una alternativa de financiamiento relevante para la región”, expuso Eddy Lacayo, managing director Head of Corporate Lending Latin America and NY de BBVA.

Agregó que cada vez más, los fondos de inversión buscan asignar recursos a inversiones sostenibles.

Mientras que los bancos pueden jugar un “papel clave en la transición hacia un futuro sostenible y tomar acción conjunta con otros participantes”.

Lacayo recordó que el mercado de bonos sostenibles comenzó hace tres años, con una rápida expansión.

En el 2017 el monto financiado fue por  11,800 millones de dólares, en el 2018 llegó a 69,000 millones de dólares y en el 2019 se duplicó a 167,000 millones.

Para el primer semestre de este año, lo financiado sumó 75,000 millones de dólares, a pesar de la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19.

Gran parte de este crecimiento provino de Europa y en el 2018 comenzó a verse la actividad en la región de América Latina.

“Si nos centramos en Latinoamérica el mercado de financiamiento sostenible actualmente es pequeño, sin embargo, tiene mucho potencial de crecimiento”, recalcó el representante de BBVA.

Los bonos sostenibles son instrumentos de renta fija, con la particularidad de que los ingresos se usan exclusivamente para financiar o refinanciar proyectos sociales y respetuosos con el medio ambiente.

Adriana Cruz Felix, Head of Sustainable Finance Research en Vigeo Eiris, coincidió en que todavía hay espacio para potenciar las inversiones sostenibles en la región.

Comentó que los bonos sostenibles, que incluyen etiquetas verdes y sociales, son un instrumento que pueden aprovechar los países y las instituciones públicas, ya que es una fuente de financiamiento que ayuda a cumplir con los objetivos de políticas públicas, atrayendo a nuevos inversionistas.

Vigeo Eiris, una agencia de calificación e investigación enfocada a factores sociales, ambientales y de gobernanza, trabajó en el primer bono sostenible soberano de México vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también en el primer bono verde soberano de Chile y en el bono social de Ecuador.

“La crisis de Covid-19 puso más énfasis en los bonos sociales y en América Latina comenzaron a llamar la atención, sobre todo, en temas de financiamiento de acceso a la vivienda asequible, microfinanzas y apoyo a pequeñas y medianas empresas”, aseguró Adriana Cruz.

judith.santiago@eleconomista.mx

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