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Opinión

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Cinco consejos que ayudan a controlar tu gasto

Tenemos que entender que hacer un plan de gastos implica también decidir qué sí podemos hacer este mes y qué tendremos que posponer

Cuando las personas se dan cuenta de que necesitan poner en orden su vida financiera y pensar seriamente en salir de deudas, lo que más trabajo les cuesta es mantener el gasto bajo control. No es fácil romper la inercia que uno trae desde tiempo atrás.

En muchas ocasiones he hablado que la única forma de hacerlo es a través de un plan de gastos, que también puede llamarse presupuesto. Hay personas que odian esta palabra y que piensan que un presupuesto los restringe o les encadena. Nada más alejado de la realidad: es lo que nos puede dar libertad e independencia financiera. Se trata simplemente de darnos cuenta de que nosotros somos los “jefes” del dinero que ganamos. Nosotros le decimos a ese dinero qué es lo que queremos que haga por nosotros. En otras palabras, decidimos cómo y en qué nos lo vamos a gastar. ¿Qué más libertad que esa?

Ahora bien, muchas personas sienten que no pueden ajustarse a un plan y eso es porque lo ven como una camisa de fuerza, en lugar de hacerlo flexible. Tenemos que entender que la realidad no siempre sucede como la planeamos. Por ejemplo: cuando recibimos la quincena podemos presupuestar 500 pesos para el pago de luz. ¿Qué pasa si el recibo nos llega por 700? De todas maneras vamos a tener que pagarlo. En lugar de sentir que el presupuesto se nos fue al caño, tenemos que ajustarlo: ver en qué otro rubro tenemos que reducir esos 200 pesos extras, para pasarlos al pago de luz. Puede ser en diversiones o en restaurantes: quizá por un par de días tengamos que llevarnos a la oficina comida preparada en casa.

Por otro lado, tenemos que entender que hacer un plan de gastos —o presupuesto— implica también decidir qué sí podemos hacer este mes y qué tendremos que posponer. Porque lamentablemente el ingreso es limitado y no nos alcanzará para hacer todo al mismo tiempo. Por eso es fundamental tener claras nuestras prioridades: lo que en realidad es importante para nosotros. Por ejemplo, quizá vemos unos zapatos que nos gustan en el aparador, que tienen descuento y además meses sin intereses. El impulso natural, de muchas personas, es “aprovechar la oportunidad” y comprarlos. Sin embargo, para ello posiblemente tengamos que posponer unas vacaciones que llevábamos planeando varios años. ¿Qué es más importante?

Aunque hacer un plan de gastos es necesario para poder tomar control de nuestro dinero, en ocasiones necesitamos hacer otro tipo de cosas que nos ayuden a controlar el gasto de manera más rápida. A continuación algunos consejos:

1. Congelar nuestro gasto discrecional. Éste puede ser un ejercicio interesante y cada quién es libre de elegir un plazo: una semana, un mes, tres meses, etc. Se trata simplemente de no hacer ningún gasto, dentro de este periodo, fuera de las cosas fijas y absolutamente indispensables: luz, agua, comida, renta o hipoteca, etc.

Podamos incluso, a manera de motivación, encontrar un porqué. Quizá queramos tener una Navidad especial o hacer un pago adicional a la hipoteca. Posiblemente empezar un negocio. Esto nos ayudará a lograrlo, porque será por algo que es realmente importante.

2. Tener días con cero gasto en el mes. Podemos elegir un día, por ejemplo “martes sin gasto”. Significa que ese día, no podemos comprar o gastar en nada: ni en un café, ni en comida (tendremos que llevarla desde casa). Puede ser sólo un día al mes, o a la semana.

3. Usar puro efectivo, por lo menos durante un tiempo y dejar las tarjetas de crédito y débito en la casa. Ésta es una de las medidas más importantes para gente que quiere controlar el gasto. Nos ayuda con las tentaciones, porque si no traemos suficiente, no tenemos cómo comprarlo. Pero además se ha comprobado que las personas que usan efectivo en lugar de tarjetas (aún de débito) terminan gastando menos.

4. Tener un “periodo de incubación” para compras grandes. Esto significa que si por azares del destino vemos un vestido que nos encanta en un centro comercial, pero que tiene un precio elevado, no lo compremos en el momento. Vayamos a casa, pensémoslo, saquemos nuestro plan de gasto para ver de qué otras cosas podríamos prescindir para adquirirlo y tomemos la decisión consciente de hacerlo o no. Esto protege también las compras de impulso.

5. Hagamos visuales nuestras metas. Si estamos ahorrando para un viaje a Hawai, vale la pena tener una foto del lugar en la cartera, o en el fondo de pantalla del celular. Donde podamos verla constantemente. Eso nos motiva muchísimo porque nos recuerda por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo, para qué nos estamos apretando el cinturón en otras cosas, para alcanzar ese sueño. Funciona.

Te invito a visitar mi página: http://www.PlaneaTusFinanzas.com, el lugar para hablar y reflexionar sobre finanzas personales.

Twitter: @planea_finanzas

jlanzagorta@eleconomista.com.mx

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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