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Opinión

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¿Cómo desaparecer nuestra basura mediante la tecnología?

¿Qué es lo que pasa con nuestra basura? Quizá este tema no nos preocupa porque no sabemos a dónde va una vez que sale de nuestras casas, o tal vez porque no pensamos mucho en ello. Según el Inegi, en México diariamente se recolectan aproximadamente 86,343 toneladas de basura, de las cuales 17,043 (casi 20% del total) provienen de la Ciudad de México sin estar separadas por tipo. Después de la recolección, esta basura sigue un ciclo que, en la forma como se realiza en el país, es extremadamente contaminante ya que la basura se lleva a centros de acopio, donde solamente es almacenada.

Además de estar en centros de acopio, la basura puede seguir otros tres caminos que significan contaminación. El más contaminante de estos tres es la incineración, y los siguientes dos, que contaminan por igual, son desechos en el océano y áreas públicas llenas de basura.

La importancia de la basura en la ciudad es que produce una gran cantidad de contaminación, ya que 87% de ésta queda al aire libre, produciendo altos niveles de dióxido de carbono, uno de los principales agentes de la mala calidad del aire y del calentamiento global.

Para reducir dicha contaminación hay un problema muy grande, ya que en México la única opción no contaminante es el reciclaje y solamente 20% de la basura sigue este proceso, ya que debido a los químicos utilizados en el proceso hay altas probabilidades de volver a contaminar y en un nivel más alto.

Gracias a la tecnología, existe una solución a la recolección actual de basura que está a punto de colapsar. Esta solución es un sistema de recolección alternativa, eficiente, ecológica y podría tener un gran valor ya que produciría energía. El nombre de este sistema es Pneumatic Waste Collection System y consiste principalmente en succionar basura de ductos automatizados, en lugar de depósitos regulares, a través de presión de aire para poder llevar todos nuestros desechos a contenedores en el subterráneo, a donde pertenecen.

El sistema funciona las 24 horas del día y además de separar la basura, la desaparece , enviándola debajo de la tierra a través de canales de pipas, para darle un nuevo uso, ya sea transformándola en energía con el aire producido en el proceso y con el calor del almacenamiento de los contenedores, para reciclarla o bien para convertirla en composta de desechos orgánicos.

La empresa más conocida, encargada de implementar estos sistemas de basura, se llama Envac®, es sueca y muy confiable, ya que además de llevar 40 años instalando estos sistemas y tomar completamente la responsabilidad del funcionamiento y mantenimiento, lo ha hecho para millones de usuarios en más de 500 ciudades alrededor del mundo.

Siendo iniciativa privada, el reemplazo del sistema actual a éste tendría intervención gubernamental, ya que la instalación sigue un proceso llamado Envac Process, el cual como primer paso consta en dar costos operacionales a través de hacer estudios del terreno donde se colocará, para poder implementar el mejor sistema, según las necesidades de la empresa/institución que lo vaya a utilizar. El segundo paso es la propuesta, dando a conocer el número de puertos automatizados, canales de pipas y estaciones de recolección.

El tercer paso sería la implementación, que consiste en hacer el sistema realidad, eligiendo proveedores locales para la construcción; una vez que todo esté terminado, el siguiente paso es la entrega, donde hay entrenamiento para las personas que se encargaran del sistema. Y el quinto último paso es el servicio y las garantías que aseguran que el sistema funcionará a futuro.

Migrar a este sistema, sería una inversión ambiental, social y económica que reduciría significativamente costos de recolección de basura y contaminación, además de mejorar la limpieza en nuestra ciudad e irnos modernizando poco a poco, para que en un futuro nos convirtamos en un país sustentable que cada vez pueda implementar con más facilidad proyectos ecológicos, en la misma forma en la que ya se está haciendo alrededor del mundo, como en las ciudades americanas de San Francisco, Nueva York, Washington D.C, y en la ciudad japonesa de Kamikatsu.

En Kamikatsu tienen como meta cumplir con una legislación ambiental para dejar de producir deshechos a finales de esta década, aprovechando 80% de éstos para convertirlos en abono, reciclaje u otros productos, cambiando y restringiendo materiales y compuestos contaminantes en uso en estas ciudades, por lo más parecido a ellos, sin producir contaminación y cobrar multas por actividades contaminantes que la gente hace, como fumar, no separar la basura y no reciclar.

Otro ejemplo de un proyecto verde en el mundo se está desarrollando en Holanda y consiste en ser un país con cero emisiones de gas; hasta ahora sólo se ha hecho en la ciudad de Giethoorn, y para el 2025 se propone solamente tener transporte eléctrico y dejar de vender diésel y otros tipos de gasolina.

nacer.herns@eleconomista.mx

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