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Contrarreforma eléctrica, ¿va?
Ayer 17 de enero, arrancó el Parlamento Abierto acerca de la reforma energética.
Se trata de una discusión en la que los participantes debatirán a lo largo de un mes.
En distintos foros se analiza la reforma vigente, aprobada en el 2013, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y los pros y los contras de la reforma que propone el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Posteriormente se elaborará un dictamen que, los legisladores, buscarán aprobar en el actual periodo de sesiones.
Para decirlo de manera simplista se discute la conveniencia de mantener la reforma “neoliberal” como la califican en este gobierno.
O sustituirla por la contrarreforma que propone el actual gobierno.
La mayoría de los analistas coincide en denominarla como contrarreforma porque desde su punto de vista busca echar atrás la política energética del pasado reciente.
El Jefe del Ejecutivo envió al Congreso una iniciativa para modificar los Artículos Constitucionales 25, 27 y 28.
Entre otras cosas, tales modificaciones, devolverían el carácter de monopolio en casi toda la cadena de valor de la energía a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
CFE estaría obligada a generar mínimo 54% de la electricidad del país. Desde que fue aprobada la reforma peñista, los representantes de ese gobierno, decían convencidos que se trataba de una reforma constitucional y consecuentemente sería difícil que en el futuro fuera revertida.
Parecía difícil que se cumplieran los requisitos para que en el futuro cambiara el destino de la reforma energética peñista.
¿Por qué? Porque para cambiar la reforma constitucional en materia energética se requiere de una mayoría calificada entre los legisladores, de dos terceras partes más uno, y de mayoría absoluta (la mitad más uno) de los congresos de los Estados de la República.
Hoy los números, marcan una diferencia respecto de los que necesita el partido Morena para que sea aprobada en el Congreso.
En la Cámara de Diputados la aprobación de la iniciativa requiere 331 votos. El partido del gobierno y sus aliados juntan 278. Morena necesita 53 para alcanzar la mayoría calificada.
En la Cámara de Senadores se necesitan para la aprobación de la reforma 86 votos. Morena y sus aliados tienen 76.
En ambas cámaras el partido en el poder tiene que convencer a legisladores de otros partidos políticos para lograr la votación necesaria.
Todo apunta a que del PRI podrían obtenerse tales votos. De hecho el Presidente de la República, así lo reconoció durante una mañanera. Eso lo veremos.
Por lo pronto, en lo que ha avanzado mucho el gobierno es en la narrativa alrededor de su reforma eléctrica.
El presidente de la República cuenta con un espacio como nadie más lo tiene para promoverla y para desacreditar la reforma vigente.
Al inicio del parlamento abierto se escucharon las voces de los gobernadores del partido Morena prácticamente con el mismo discurso.
Las voces que defienden la reforma vigente, insisten en que las soluciones de hace 50 ó 60 años no pueden resolver los problemas de ahora.
Advierten que una mayor competencia en el mercado eléctrico permite que el Estado no invierta más recursos y los pueda destinar a otras necesidades sociales más apremiantes.
Las posiciones están radicalmente polarizadas.
Aunque hay quienes apuestan a que en el margen podrían darse algunas modificaciones, sin tocar la parte medular de la reforma eléctrica lopezobradorista. Y con ello lograr su aprobación.
Por otra parte, hay quienes dicen que es tan radical el cambio en la reforma propuesta que de aprobarse, aún con cambios, provocará severas consecuencias al ser un golpe a la confianza de los inversionistas que detonaría litigios internacionales.
De lo que no hay duda, es que la intención de llevar adelante la Reforma Eléctrica, está más viva que nunca. Todavía hasta hace unos días, en los círculos empresariales más encumbrados preguntaban: ¿en dónde está la reforma eléctrica?
Atisbos
VISITA.- Está anunciada la visita de la secretaría de Energía de EU, Jennifer Granholm, a México. La recibirá el presidente Andrés Manuel López Obrador y conversará con Rocío Nahle y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Veremos qué ocurre y como se reacomodan o no las piezas en el tablero del ajedrez energético entre México y EU.