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Opinión

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Contratos a Starlink: ¿favoritismo o tecnología?

ACTUALIZACIÓN 15/12/2023 9:14 HORAS: En una versión anterior se atribuyó a Camilo Zamora la representación de Starlink México. Si bien, Zamora colaboró con la compañía en 2021, nunca fue su representante y su relación concluyó hace más de un año.

Starlink, la empresa de Internet satelital de Elon Musk, ganó dos contratos del gobierno de México por hasta 3,331 millones de pesos vigentes hasta diciembre de 2026, según la cantidad de servicios que provea. La compañía del empresario más acaudalado proveerá servicios satelitales para conectar escuelas, espacios públicos y torres de telefonía celular para el programa de Internet de la 4T.

Durante la conferencia de prensa matutina del 15 de noviembre, Emiliano Calderón, coordinador de Estrategia Digital Nacional, explicó los avances en conectividad y las contrataciones a Starlink. 

El funcionario declaró un detalle delicado: “desde que llegó la empresa [Starlink] a México hace aproximadamente dos años y se estuvieron haciendo alguna serie de, técnicamente, de modificaciones al servicio para que le pudiera funcionar a este proyecto [gubernamental] de conectividad. Después de que la empresa administrativamente y técnicamente pudo ponerse al corriente para poderla contratar, ya se hizo esta licitación”. 

Es decir, se deduce que la licitación se esperó y fue a modo para que ganara Starlink de Elon Musk.

El colombiano Camilo Zamora, senior Technical and Regulatory Advisor de Telecommunications Management Group (TMG), asesoró a Starlink México en 2021. 

Zamora, junto con otros representantes de Starlink y TMG, empresa que ofrece servicios de asesoría regulatoria para entidades públicas y privadas, se reunieron el 7 de septiembre de 2021 con el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones para hablar de la actualización de los planes y proyectos de Starlink México. 

Emiliano Calderón aportó dos claves adicionales que sugieren un favoritismo hacia Starlink, además de que el gobierno esperó modificaciones técnicas y administrativas para hacer la licitación y para que el servicio pudiera funcionar con el proyecto oficial de Internet para Todos. 

Consta en la transcripción de la conferencia de prensa que la contratación fue una licitación pública y abierta, pero “la empresa ganó por ser proveedor no intermediario, sino proveedor directo, ganó por el precio que dio”. 

Y es que es normal que los operadores satelitales y muchos más colaboren con empresas integradoras que, naturalmente, elevan los precios para obtener su propia ganancia. 

La otra explicación que dió Calderón fue que “este servicio [de Starlink] es de punta, es de los servicios más avanzados que existen en este tema y está hecho, contratado, para poder responder mucho más rápido a la conectividad con todo el país”. El funcionario también dijo que Starlink tiene “la tecnología más avanzada en cuanto a tiempo de transmisión de datos”.

Starlink es una constelación de satélites de órbita baja terrestre (LEO, por sus siglas en inglés) que ofrece Internet de alta velocidad y baja latencia a cualquier lugar del mundo. Actualmente, cuenta con más de 1,700 satélites en órbita y planea lanzar miles más en los próximos años. 

La empresa ha iniciado operaciones en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Australia y Ucrania. En América Latina tiene presencia, además de México, en El Salvador, República Dominicana, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil y tiene planeado ingresar a varios mercados más, incluida la Argentina que recién ganó Javier Milei en las elecciones. 

Los satélites de órbita baja terrestre (como el servicio satelital de Starlink) tienen ventajas y desventajas en comparación con los satélites geoestacionarios, que se utilizan comúnmente para las comunicaciones satelitales. 

Los satélites geoestacionarios se encuentran a una altitud de 36,000 kilómetros sobre el ecuador terrestre y se mantienen fijos sobre un punto de la superficie. Lo anterior permite que las antenas terrestres apunten al satélite geoestacionario de forma permanente y que un solo satélite cubra una gran área geográfica. 

La desventaja de los satélites geoestacionarios es que tienen una latencia mayor de alrededor de 250 milisegundos, debido a la distancia que recorre la señal del satélite a la antena terrestre y, por lo mismo, pueden ser vulnerables a las interferencias atmosféricas, pero la señal es más estable porque apunta a un único satélite.

Además, los satélites geoestacionarios proporcionan cobertura global continua, ideales para aplicaciones que requieren total disponibilidad, como las comunicaciones militares o gubernamentales.

Los satélites de órbita baja terrestre (como Starlink), en cambio, se encuentran a una altitud de entre 500 y 2,000 kilómetros y se mueven a gran velocidad alrededor de la Tierra. Por lo tanto, se necesita una constelación de cientos o miles de satélites para proporcionar una cobertura global y que las antenas terrestres rastreen el movimiento de los satélites y el cambio de señal. 

Los satélites de órbita baja (como Starlink) tienen una latencia de entre 20 y 40 milisegundos, por eso la conexión a Internet es más rápida, lo cual mejora la calidad de las aplicaciones de banda ancha y son más resistentes a las perturbaciones, pero la señal puede ser inestable porque la antena “cacha” la señal y apunta al satélite más cercano que cambia constantemente.

Starlink busca aprovechar las ventajas de los satélites de órbita baja para ofrecer un servicio de Internet satelital competitivo y accesible, especialmente para las zonas rurales y remotas que carecen de infraestructura terrestre. 

Según la empresa del influyente Elon Munk, su servicio tendrá una velocidad de descarga de hasta 150 megabits por segundo. El costo del servicio varía entre 1,100 pesos al mes para hogares o 1,554 pesos para negocios y usuarios de alta demanda.

La industria satelital evoluciona rápidamente en términos de tecnología y modelos de negocio. Es estratégica para cerrar la brecha digital y útil para mejorar la seguridad pública, la educación a distancia, la telemedicina en zonas apartadas y la atención a emergencias y desastres naturales. 

La elección en una licitación pública entre constelaciones de satélites de baja órbita y satélites geoestacionarios depende de los requisitos específicos de la aplicación, las condiciones geográficas y los objetivos de la política pública. La decisión del gobierno mexicano de optar por Starlink sugiere un reconocimiento de las ventajas que ofrecen las constelaciones de satélites de baja órbita en términos de conectividad eficiente y accesible.

Derecho de réplica y precisión

En la versión original de este artículo aludí a Camilo Zamora, senior Technical and Regulatory Advisor de Telecommunications Management Group (TMG), como representante en México de Starlink Satellite Systems. Camilo Zamora me escribió un amable correo para aclarar lo siguiente:

“Si bien asesoré a Starlink en 2021, nunca he sido su representante y mis servicios para Starlink México terminaron hace más de un año. Su afirmación ‘El representante en México de Starlink Satellite Systems México es el colombiano Camilo Zamora (…)’ es equivocada. No soy el representante de Starlink y nunca lo he sido. Como le expliqué asesoré a Starlink México en 2021, pero ese contrato hace rato terminó.”

Twitter: @beltmondi

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Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Analista de medios y telecomunicaciones y académico de la UNAM. Estudia los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, las telecomunicaciones, la comunicación política y el periodismo. Es autor del libro El presidencialismo mediático. Medios y poder durante el gobierno de Vicente Fox.

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