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David Bowie, una estrella que sigue brillando
La comunidad científica se conmocionó en días recientes ante la posible extinción de la estrella conocida como Betelgeuse. Es la segunda estrella más brillante de la constelación de Orión, también conocida como Alpha Orionis, nació hace unos 10 millones de años. Betelgeuse se encuentra localizada a unos 640 millones de luz de la tierra y se espera que su luz se extinga en los próximos 10,000 años. Para mayor referencia, esta esquina galáctica está muy cerca del planeta de donde provenía Ford Prefect, uno de los personajes de The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, un lugar “donde no existía el sarcasmo”.
Las estrellas que miramos en el cielo por la noche son los destellos de explosiones que ocurrieron en el espacio hace miles de años, pero su luz tarda miles de años en llegar hasta nosotros. “Con la muerte estelar —escribió el astrofísico Neil deGrasse Tyson sobre el fenómeno de Betelgeuse— viene un renacimiento cósmico a medida que las entrañas cósmicas emitidas alimenten a las nubes cercanas con elementos vitales y aumenten las posibilidades de que la próxima generación de sistemas estelares procreen planetas como la Tierra, capaces de albergar vida similar a la nuestra”.
Cuando David Bowie murió el 10 enero del 2016, dos días después de haber anunciado su último disco, estalló una verdadera supernova que cimbró a todo el mundo y probablemente a toda la galaxia. El mundo perdió al Mayor Tom, a Ziggy Stardust, Jared el Rey de los Goblins, al Duque Blanco, a uno de los artistas más importantes del siglo XX que rompió todos los estereotipos posibles a nivel estético y musical. Desde ese entonces han habido varios lanzamientos póstumos para recordarlo: la reedición de Space Oddity (1969); dos cajas que abarcan los períodos 1977-1982 (la etapa de la Trilogía Berlín) y 1983-1988; los discos en vivo Cracked Actor: Live in Los Angeles 1974, Serious Moonlight Live ‘83 y Glastonbury 2000.
Para celebrar lo que hubiera sido el cumpleaños número 73 de Bowie, Parlophone Records anunció dos nuevos lanzamientos. Durante las próximas semanas, la discográfica lanzará un pequeño compilado de seis temas titulado DAVID BOWIE IS IT ANY WONDER?, cuya primer entrega es una versión de “The Man Who Sold The World”. Esta sesión se editará en su totalidad para el Record Store Day —que ocurrirá el 18 de abril— bajo el nombre de CHANGESBOWIENOW.
La grabación se llevó a cabo en noviembre de 1996 en los estudios Looking Glass de Nueva York, donde lo acompañaron Gail Ann Dorsey en el bajo, Reeves Gabrels en la guitarra y Mark Platti en los teclados y programación. Para celebrar el cumpleaños número 50 de Bowie, la BBC transmitió aquella sesión el 8 de enero de 1997, en un especial conducido por la locutora Mary Ann Hobbs que incluyó mensajes grabados por Scott Walker; Damon Albarn, de Blur; Bono de U2 y Robert Smith de The Cure. La portada de este nuevo lanzamiento CHANGESBOWIENOW será adornada con una serie de retratos realizados por el reconocido fotógrafo escocés Albert Watson.
En Blackstar, su último álbum, David Bowie dejó entre muchos de sus secretos las pistas encriptadas para que nosotros descifráramos que esa estrella estaba cerca de implosionar y pronto sólo nos quedaría su reflejo sobre la galaxia como un simple recuerdo de aquel brillante astro. La nueva nostalgia del siglo XXI nos permite enmarcar a nuestro Bowie favorito como si fuera una figura coleccionable de nuestro personaje favorito. Nuestros iconos han quedado plasmados sobre memorabilia y más nostalgia de colección para que revivamos aquel pasado musical que tanto añoramos.
La luz estelar que nos dejó David Jones –o Alpha Orionis– seguirá brillando sobre la galaxia y su polvo estelar continuará –como lo está haciendo en este preciso momento– alimentando nuevos sistemas estelares para que creen más música. Si la ciencia está en lo correcto, el reflejo de la estrella de David Bowie –como la de Betelgeuse– seguirá brillando por otros 10,000 años.