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Opinión

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El Estados Unidos de Ron DeSantis

Ron DeSantis anunció formalmente su entrada en la carrera presidencial de 2024 de una manera única y arriesgada: en Twitter Spaces con el propietario de Twitter, Elon Musk. DeSantis está siendo respaldado por miembros de Silicon Valley como David Sacks y Elon Musk, lo que indica un cambio drástico en el mundo de la tecnología y de los medios de comunicación.

Vale la pena considerar el evento de anoche en el contexto del futuro de Twitter y lo que esto significa para Elon Musk. Él ha declarado que el espacio no es un respaldo a DeSantis, sino un respaldo para que Twitter vuelva a ser relevante. Musk se ha pronunciado en favor de DeSantis en el pasado, pero este movimiento trata más sobre lo que Musk pretende que sea Twitter en el futuro, y menos sobre Ron DeSantis. Musk tiene la intención de que Twitter se convierta en una plataforma de transmisión de medios de larga duración, con programación en vivo y original, comenzando con Tucker Carlson.

Pero independientemente del anuncio y su estrategia de salida, el gobernador de Florida comienza su campaña para ganar la nominación republicana con los números de las encuestas tambaleándose y con el expresidente Donald Trump como claro favorito en las primarias del partido.

El expresidente Trump estaba por delante de DeSantis por unos 10 puntos a nivel nacional a finales del año pasado. Trump estaba en las encuestas en los 40 bajos, mientras que DeSantis estaba en los 30 bajos. Hoy, Trump tiene un promedio de más del 50 por ciento a nivel nacional entre los votantes republicanos. DeSantis ha vuelto a caer a los 20 bajos. Nadie más en el Partido Republicano está siquiera en la marca de los dos dígitos.

La historia de la política estadounidense muestra que es posible revertir ese tipo de ventajas en las contiendas internas una vez que los aspirantes hacen oficial sus aspiraciones y arrancan las campañas primarias. En 2007, el entonces senador de Illinois Barack Obama tenía un promedio de 20 puntos a nivel nacional antes de la temporada de primarias demócratas de 2008. La entonces senadora de Nueva York, Hillary Clinton, dominaba las encuestas nacionales para la nominación demócrata con casi el 40 por ciento de los votos. Y, sin embargo, Obama terminó derrotando a Clinton.

Durante esa misma elección, el senador de Arizona, John McCain, se quedó atascado en los 20 bajos en las primeras encuestas nacionales de las primarias republicanas. Después de volver a caer en la segunda mitad del año, McCain también tuvo un regreso que lo llevó a ocupar la candidatura del partido Republicano. El factor clave para que DeSantis pueda tener una buena oportunidad ante el posicionamiento favorable de Trump es sumar la mayor cantidad de apoyos de los líderes al interior del partido. De otra manera, la complicada tarea se hace aún más difícil.

Más allá de los números y las encuestas, DeSantis se presenta como una renovación del Trumpismo sin la carga de escándalos y errores que suma el expresidente republicano. En su candidatura buscará a los votantes de las primarias promocionando políticas socialmente conservadoras, pero también tiene otra historia que contar: su administración de la economía de Florida durante los últimos cuatro años y medio en los que ha tenido un buen desempeño económico.

Florida es el estado de más rápido crecimiento en la nación, y desde que DeSantis asumió el cargo en 2019, ha superado al resto del país en crecimiento de empleo e ingresos, especialmente durante la pandemia de covid. Los economistas dicen que DeSantis tiene crédito por su decisión de reabrir la economía de Florida antes de tiempo. Pero Florida tuvo un buen comienzo mucho antes de que asumiera el cargo. El estado ha visto aumentos constantes en el empleo durante las últimas tres décadas, con los gobernadores de ambos partidos.

Ron DeSantis ha abrazado por completo su posición con respecto a las guerras culturales que mantiene dividido a Estados Unidos. Ha ganado un nombre a nivel nacional entre los votantes republicanos al enfrentarse a grandes empresas como Disney y limitar la forma en que se discuten y enseñan la orientación sexual, la identidad de género y la raza en los salones de clases de Florida.

Con respecto a México y a los temas de migración y seguridad, DeSantis ha tomado posiciones similares a las que Donald Trump introdujo en el 2015, sin la novatez ni el discurso de odio. En reiteradas ocasiones se ha pronunciado en favor de la construcción de un muro entre México y los Estados Unidos y el envío de la Guardia Nacional para evitar el cruce de migrantes, así como la deportación inmediata de las personas sin documentos que logren llegar al país. En tiempos recientes, también ha expresado su preocupación sobre el narcotráfico y fentanilo que han estado llegando a Estados Unidos.

Un paraíso soleado sin impuestos estatales sobre la renta, Florida ha incorporado un atractivo para muchas empresas y trabajadores. DeSantis está aplicando una especie de capitalismo de mano dura en el que el estado emite pautas culturales que espera que sigan las empresas como condición para disfrutar de Florida. Como un lanzamiento para los republicanos en un intento por ganar la nominación presidencial, podría funcionar. Sin embargo, estaría por verse si los votantes de las elecciones generales desean ser parte del Estados Unidos de DeSantis como sí ha ocurrido en Florida. 

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