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Opinión

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El bajo de Paul Simonon y The Clash, una nueva reliquia británica

El bajo Fender Precision de Paul Simonon. Foto: The Clash

El bajo Fender Precision de Paul Simonon. Foto: The Clash

El 20 de septiembre de 1979, la fotógrafa Pennie Smith capturó con su cámara Pentax de 35 milímetros una de las imágenes más icónicas en la historia de la música contemporánea. En una de las presentaciones que The Clash ofreció en el Palladium de Nueva York, como parte de su gira “Take the 5th” por Estados Unidos, la fotógrafa británica capturó el momento en que el bajista, Paul Simonon, destruía su bajo Fender Precision color crema, decorado con una calaca pirata, una intervención al estilo Jackson Pollock y la inscripción “Pressure”, un mantra tomado de Toots & The Maytals.

La imagen en blanco y negro capturó el catártico momento en el que Simonon, en un gesto sumamente reaccionario y punk, reaccionó intempestivamente al tibio público frente al que se presentaba la banda aquella noche. Unos meses después esa sería la imagen que acompañaría la portada del tercer álbum de la banda London Calling, editado en diciembre de 1979. La fotografía fuera de foco de Smith acompañaba la tipografía en colores rosa y verde, inspirada por el álbum debut de Elvis Presley, quedó inmortalizada para siempre en nuestro imaginario colectivo y el instrumento se consagró como en una reliquia del canon del rock.

La fotógrafa Pennie Smith capturó la icónica imagen de Paul Simonon que imortalizaría la portada de "London Calling" Foto: Facebook The Clash

La fotógrafa Pennie Smith capturó la icónica imagen de Paul Simonon que imortalizaría la portada de "London Calling" Foto: Facebook The Clash

Cuatro décadas después, el bajo de Simonon llegó al Museo de Londres como parte de una exhibición para celebrar los 40 años del lanzamiento de London Calling, en una retrospectiva que albergó memorabilia de la banda y parte de los archivos del guitarrista Mick Jones. El tercer disco de The Clash es considerado una de las piezas fundamentales del punk por la forma en que conjuró el eclecticismo musical y es un favorito de las listas de los mejores álbumes de la historia del rock. En uno de sus trabajos más maduros, la banda integrada por Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon y NickyTopperHeadon, mezcló los sonidos del punk, reggae, rockabilly, jazz, ska con letras que lidiaban con el oscurantismo de la era de Margaret Thatcher, los cataclismos nucleares, las viciosas pandillas neofascistas y la violencia urbana de una Inglaterra en crisis.

El Museo de Londres anunció que este histórico instrumento será albergado permanentemente dentro de sus paredes como una nueva reliquia de la realeza británica como parte de la galería World City. El icónico bajo Fender Precision quedará bajo préstamo por parte de Simonon y The Clash y se unirá a una colección que incluye los mosaicos romanos de Bucklesbury del año 250 D.C. y redescubiertos en el siglo XIX; los paneles de Westminster —una serie de obras religiosas medievales del siglo XV—, además de una larga lista de tesoros históricos y objetos de la corona británica. El bajo de Simonon tendrá su lugar también en la nueva sede del museo en West Smithfield, una vez que el museo se mude de su actual recinto.

La galería World City, centrada en el periodo de 1951 a la actualidad, resguarda objetos contemporáneos que muestran la transformación que sufrió el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial. La moda del Swinging London, las vespas que caracterizaron a la juventud mod de los años sesenta, la moda inspirada por el Cuarteto de Liverpool son algunos de los objetos culturales nos ayudan a conectar los antecedentes históricos y musicales de esta nueva reliquia de la era del punk.

La música de The Clash fue una fuerza musical que cimbró en todos los rincones del mundo. Las canciones que crearon Strummer, Jones, Simonon y Headon nos hicieron ver posible que era fácil hacer una banda de rock para tratar de cambiar al mundo. En el camino nos ha impulsado a pensar en un mundo diferente, a abrazar la diversidad musical y su música nos dio la posibilidad de querer inspirar y cambiar nuestro entorno.

The Clash continúa siendo la inspiración para miles de bandas nuevas, escritores, diseñadores, soñadores. Casi medio siglo después de haber irrumpido en el mundo, su música ayudó a transformar la cultura británica y a revolucionar nuestras mentes en todo el mundo.

antonio.becerril@eleconomista.mx

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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