Lectura 3:00 min
El estado de la recuperación económica de México
El Inegi publicó recientemente sus estimaciones sobre el crecimiento económico de los primeros meses del año.
Destacan que, para el mes de marzo existe una pérdida de 536,000 empleos formales, comparados con los existentes a marzo de 2020.
En febrero, las actividades terciarias (que incluyen las actividades de comercio y servicios, que son las más relevantes en la conformación del PIB de nuestro país y las que mayor relación tienen con la demanda interna), se redujeron y están hoy en un nivel 5% inferior al de febrero de 2020.
Durante los primeros meses del año, el IGAE tiene un nivel similar al que tenía en diciembre de 2015. Ello implica que, aún en un entorno de incipiente recuperación, con nuestro principal socio comercial en un nivel de crecimiento y recuperación más acelerado de lo esperado; la actividad económica del país ha retrocedido prácticamente seis años.
Después de la abrupta caída de la economía en los meses de abril y mayo del año pasado, se inició un proceso acelerado de recuperación en los meses de junio a agosto; sin embargo, la tasa de recuperación en los meses posteriores, a partir de noviembre, ha sido sumamente reducida; lo que genera un escenario de mayor preocupación para el potencial nivel de crecimiento y de recuperación para el país en este año.
Por su parte, la balanza comercial presenta afectaciones importantes. Las exportaciones automotrices de nuestro país volvieron a decrecer en marzo en comparación con el mismo mes de 2020. La contracción para ese mes es de menos 5.2%, siendo principalmente afectadas las exportaciones al resto del mundo (con menos 23.9%), pero también con una ligera caída de menos 1% para las exportaciones más dinámicas hacia el mercado de Estados Unidos.
Conviene recordar, que el sector manufacturero de exportación, específicamente el orientado a la industria automotriz, ha sido en las últimas décadas de los más dinámicos en México y, en principio, con una reactivación más acelerada de la prevista para la economía estadounidense, deberíamos de tener signos ya de claro crecimiento en este primer trimestre del año en nuestro país.
También hay que destacar que, de enero a marzo de este año, las exportaciones totales crecieron apenas 3.1%, después de la contracción significativa del año pasado; mientras que las importaciones totales crecieron en 8.3 por ciento. Sin embargo, las exportaciones que más crecieron fueron las petroleras, con un crecimiento de 17.9%, mientras que las no petroleras crecieron sólo 7.2 por ciento. Los bienes de consumo por su parte reflejan una caída de 6.1 por ciento.
Además de las condiciones del entorno internacional, es evidente que en términos internos existen factores que no permiten la reactivación completa de la economía. El tema de la caída de nuevas inversiones, tanto nacionales como extranjeras, continúa pesando por la importancia que tienen en la generación de crecimiento y por su impacto en los nuevos empleos.
Es fundamental recordar que, en el pasado, en los 70 y 80, el crecimiento económico tenía una dependencia importante del nivel de actividad del Estado. Pero hoy es impensable que el país prospere sin las inversiones y la confianza del sector privado.